4 octubre,2024 9:06 am

Recuperan científicos el ADN de mamuts hallados en el AIFA, para establecer su linaje

 

La investigación mexicana coloca al país en el mapa de los estudios de la historia evolutiva de especies en el continente

 

Ciudad de México, 4 de octubre de 2024. Por primera vez en México, científicos nacionales recuperaron ADN mitocondrial de un mamut colombino (Mammuthus columbi), originario de la Cuenca de México, cuyo estudio descubre una marcada diferencia genética entre los ejemplares de Estados Unidos y Canadá, un hallazgo de relevancia para la historia evolutiva de las especies de América.

Se trata de una investigación que cambia el paradigma y coloca a México en el mapa de los estudios de la historia evolutiva de especies en nuestro continente.

Lo anterior se logró a partir de un estudio de paleogenómica, el cual analizó 83 muestras tomadas de molares de mamuts colombinos, descubiertos en las excavaciones de los terrenos del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y en el yacimiento de Tultepec. El material genético se extrajo con éxito en 64 de las muestras, lo que representa 77 por ciento, de acuerdo con información emitida por el INAH.

“Un resultado extraordinario”, define el genetista Federico Sánchez Quinto, líder del grupo de Paleogenómica y Biología evolutiva del Laboratorio Internacional de Investigación sobre el Genoma Humano de la UNAM, Campus Juriquilla, Querétaro, donde se realizó la investigación.

Destacó también el logró que constituyó hacer una captura enriquecida del ADN mitocondrial:

“En lugar de centrarnos en todo el material genético que recuperamos de las 64 muestras, utilizamos sondas específicas que capturaron el ADN mitocondrial en 28 muestras, a alta profundidad de cobertura, es decir, el genoma de la madre, el cual provee de información filogenética del origen evolutivo de estos animales. El resultado que arrojó es una marcada diferencia genética entre los mamuts colombinos de Estados Unidos y Canadá, respecto a los de la Cuenca de México”.

El mamut colombino, explica, fue el único endémico de América; llegó de Eurasia hace 1.5 millones de años, en la forma de mamut de la estepa y, eventualmente, evolucionó al colombino, de modo que, hace alrededor de un millón de años, ya existía el mamut con las características del colombino.

“En cuanto a datos genéticos, lo que sabíamos era solo a partir de muestras obtenidas de fósiles hallados en Canadá y Estados Unidos, y con esos datos se asumió que toda la variación genética de la especie estaba representada en dichas muestras, a pesar de que se han descubierto restos del colombino desde Norteamérica hasta Costa Rica, por lo cual era necesario realizar un muestreo genómico geográficamente más amplio”.

Sánchez Quinto detalla que, en las 28 muestras de ADN mitocondrial de alta profundidad de cobertura se observaron tres subclados (variación genética), y que el ancestro común de cada subclado es bastante antiguo: “Eso quiere decir que estos linajes eran muy distintos entre sí”.

El ancestro común del subclado uno, abunda, vivió hace 80 mil años, mientras los correspondientes a los subclados dos y tres, hace 283 mil y 243 mil años, respectivamente.

“Los resultados indican que los 28 mamuts estudiados habitaron la cuenca hacia el final del Pleistoceno, entre 13 mil y 15 a 16 mil años, cerca de la fecha en que se extinguió la megafauna en el mundo, durante el Último Máximo Glacial. En la Cuenca de México el registro fósil del mamut llega hasta hace 12 mil años, por lo que es fascinante que aquí, hacia el final del Pleistoceno, vivieran tres linajes diferentes y, probablemente, hayan cohabitado.

“En resumen, el estudio muestra que, a partir del árbol filogenético, descubrimos, al menos, dos orígenes migratorios diferentes del mamut colombino en América, y que en la Cuenca de México estamos identificando distintos linajes en un mismo sitio. Inicialmente, se había pensado que las migraciones de estos animales debieron ocurrir en un evento sencillo, del cual se habría poblado el continente, pero estos resultados indican que pudieron ser diferentes migraciones hacia América. Es sorprendente que estamos obteniendo datos genéticos en sitios donde nunca imaginamos”, expone el genetista.

 

Texto: Agencia Reforma / Foto: INAH