29 mayo,2023 10:06 am

Reducen las gravilleras el caudal del río Papagayo y provocan sequía en pueblos aledaños, denuncia Cecop

Señala el vocero, Marco Antonio Suástegui Muñoz, que antes había tres empresas y hoy son alrededor de 12 las cuales están sobreexplotando el material pétreo sin el permiso de autoridades y de los comuneros de Cacahuatepec. Recuerda una campesina que antes “había ya en este tiempo rebalsos que enverdecían los árboles, pero ahora están bien secos”. Advierte el biólogo Octavio Klimek que la extracción de material pétreo representa una caída de nutrientes para el ecosistema porque sin arena y sin grava ya no se guarda el agua

Primera parte

Rancho las Marías, Guerrero, 29 de mayo de 2023. María camina cuesta abajo unos 10 minutos desde su casa en Rancho las Marías para llegar al río Papagayo. La campesina de toda la vida lo observa reducido en comparación a años anteriores, “se está hundiendo más”. Es por culpa de las gravilleras, acusa el vocero del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa la Parota (Cecop), Marco Antonio Suástegui Muñoz, quien señala que han aumentado en los últimos años hasta llegar a unas 12 y extraen cada vez más material pétreo que sirve para retener el agua.

Acusa que estas empresas no cuentan con los permisos oficiales y tampoco el de las comunidades que forman parte de los Bienes Comunales de Cacahuatepec. Están bajo el amparo del gobierno estatal después del tiroteo en La Concepción en enero de 2018, cuando fueron ejecutados policías comunitarios y encarcelados comuneros.

La extracción de la arena y la grava por parte de las gravilleras también representa una caída de nutrientes para el ecosistema que rodea al río Papagayo, señala el biólogo y doctor en ciencias forestales, Octavio Klimek. Esto se puede potenciar con el deterioro de muchos años de la cubierta vegetal del río, otro factor de su bajo caudal, expone el ambientalista.

Las viejas y nuevas gravilleras que afectan al río Papagayo

María Pineda Guadalupe tiene 60 años y es campesina desde los 17. Siembra maíz, calabaza, sandía y frijol, este último lo guarda en unos recipientes para consumirlo después. “Aquí no hay nada más que eso”, se queja de manera seca en el pasillo de su casa. A unos 400 metros se encuentra el río Papagayo, cuyo paisaje muestra varias islas fluviales, o playas que se ven por el bajo caudal.

“En vez que ahorita rebasara, se está hundiendo más”, dice María, quien recuerda que “en estos tiempos siempre había rebalsos ya de río, los árboles ya estaban fresquesitos, llenos de hoja. Bonito era el paisaje de todo el pueblo. Los pueblos estaban llenos de hoja ya este mes. ¿Pero ahorita qué? ¿Qué hoja tienen? Nada, están bien secos”.

Marco Antonio Suástegui Muñoz señala una pared de arena que está junto al río, “aquí debería de estar” el nivel de agua, exclama. El recorrido con el vocero del Cecop empieza en Rancho las Marías, donde tiene una huerta, y continúa en la comunidad de La Parota, donde se pretendía construir “la gran presa, la presa de la muerte”, dice quien fue encarcelado varias veces por este proyecto. Se percibe la sequía en las colinas que rodean esta zona de Acapulco. Algunos campesinos tienen sus propios pozos, de una profundidad de unos 10 metros.

Pero más allá de la sequía que se está viviendo, el vocero del Cecop acusa a las gravilleras por el bajo nivel del río Papagayo porque utilizan dragas que se meten al río y socavan con una mano de chango para extraer la grava que sirve para retener el agua. Después de acumular el material pétreo, lo traspasan a un terreno cerca del río y separan el material con agua y arena que también venden.

Asimismo, extraen “tierra lama” que se utiliza para jardines por su riqueza en minerales; también sacan el material pétreo granzón que se usa para decorar o hacer tabicón; grava clasificada, que “ya tiene la medida de tres cuartos de pulgada, de ahí sacan la piedra bola, que se mete a una trituradora, donde se muele y sale triturada. Es la más cara porque ya viene triturada a la medida de los constructores”, cuenta Suástegui Muñoz; y por último, las gravilleras extraen la piedra que se utiliza para decorar las “casas de los ricos”.

A lo largo del camino entre La Sabana y los Bienes Comunales se observaron varios camiones de volteo repletos de grava. Antes había tres gravilleras, hoy son alrededor de 12, asegura el vocero del Cecop, las cuales “están sobreexplotando el río sin el permiso de la Conagua (Comisión Nacional del Agua), sin el permiso de la Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) ¡y sin el permiso de los comuneros de Cacahuatepec!”

De las gravilleras históricas, Suástegui Muñoz cuenta que una está instalada desde hace 50 años en la comunidad de Bella Vista Papagayo, cerca del puente que conecta con San Marcos, cuya propietaria es la familia Cadena Almanza. Otra empresa que tiene como 25 años se encuentra en Parotillas y es de Humberto Marín.

Otras tres extractoras de larga data, alrededor de 40 años, se encuentran en Agua Caliente y los propietarios son los hermanos Valle. En esa comunidad se instalaron a partir del 2018 otras cuatro gravilleras, pero “desconocemos hasta el momento quiénes son los propietarios, lo único que sabemos es que es gente de Jalisco, incluso se menciona ahí que pudiera ser de algunas personas relacionadas con cuestiones ilícitas, con grupos criminales”.

Se pretende instalar tres empresas más, una en la comunidad Tasajeras, otra en Salsipuedes y otra en Los Ilamos, pero no han podido “porque hay una fuerte presencia del Cecop”, asegura su vocero y agrega que era “estratégico” la existencia de la Policía Comunitaria porque “cuidaba los recursos naturales y el medio ambiente, y no permitía la instalación de más gravilleras y las que ya estaban eran supervisadas”.

El 7 de enero de 2018 hubo dos enfrentamientos en la comunidad La Concepción, con un saldo de 11 muertos: ocho durante la madrugada, seis civiles y dos comunitarios; y a mediodía la ejecución extrajudicial de tres policías comunitarios. Después, la Policía Estatal tomó el control de la zona y permitió la entrada de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) y de las gravilleras, afirma Suástegui Muñoz, quien estuvo en la cárcel un año y cinco meses por estos hechos, hasta el 8 de junio de 2019.

“Entonces se puede decir que es la Policía del Estado que actualmente, incluso con este gobierno de Evelyn Salgado, sigue solapando a estas gravilleras. Entraron porque ya no está el plantón instalado por el Cecop y que después se retomó con la comandancia en La Concepción”, lamenta el líder de los comuneros.

Acusa que todos los comisariados han recibido dinero “de manera clandestina de parte de estos gravilleros” que han comprado de manera ilegal las tierras de los Bienes Comunales de Cacahuatepec porque éstas son inembargables, inalienables e imprescriptibles. Los dueños no tienen un certificado parcelario que esté a su nombre, asegura Suástegui Muñoz.

El bajo nivel del río, asegura, también está afectando a la cosecha y a la cría de animales, “ya no hay ganadería, ya no hay producción de leche, de arroz, ajonjolí, ya no hay producción de frijol. Lo único que nos queda es esperar el temporal de lluvia, pero vuelvo a insistir, antes era en mayo, después en junio, ahora en julio y a veces hasta en agosto tenemos que sembrar. Y a veces la mitad de la cosecha simplemente se pierde”.

La pérdida de nutrientes por la extracción de arena y grava: Klimek

El biólogo Octavio Klimek explica que la extracción de arena y grava cambia el curso del río, “finalmente son sedimentos”, pero el problema es “más complejo” y se tendría que medir las afectaciones de las gravilleras “que evidentemente están saqueando las partes bajas del río Papagayo”.

Consultado vía telefónica, precisa: “yo estoy partiendo de supuestos, pero eso te genera en las partes de baja, que seguramente hay caída de nutrientes, hay problemas de la física del río, de la misma dinámica que no son naturales en las orillas de los ríos. Y eso te va afectar a todo el sistema de esa zona, pero es un problema puntual que está siendo rebasado, además, o se potencia con el deterioro general de toda la cuenca”.

Acota que en las temporadas de estiaje como la que estamos viviendo “los ríos bajan mucho su caudal. No tendría aquí un dato preciso de qué tamaño es la reducción del caudal del río Papagayo, que hay que recordar es el segundo río más importante que tiene, en términos de superficie de cuenca, el estado, después de la cuenca del Balsas-Mezcala”.

Sin embargo, considerando que los nacimientos de los ríos vienen de la región de la Montaña, como el Omitlán que surte al Papagayo, “seguramente hay un proceso, no de hoy, sino continuo de degradación del área de la cuenca. Es decir, degradación en el sentido de pérdida de cubierta vegetal. Eso está seguramente haciendo que no se esté guardando el agua”.

El delegado federal de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de 2001 a 2003, explica que en el ciclo hidrológico, “la cubierta vegetal funciona como una esponja, que cuando llueve, recoge esa agua y va haciendo que se infiltre al subsuelo y surja en manantiales o que llegue con cierta economía, digámoslo así, a los afluentes que van a ser el gran río Papagayo”. Cuando se va perdiendo la cubierta vegetal, agrega, “el agua se va muy rápido en las épocas de lluvias y eso hace, pues, entonces que no se guarde esa agua”.

Octavio Klimek indica que la arena y la grava son nutrientes, “una fertilidad hacia la parte costera, digámoslo así, una fertilización”. Sin embargo si se extraen ya no llegan a enriquecer el ecosistema que rodea al río. Asimismo, agrega, “la cadena de la vida se deteriora, entonces tienes, por ejemplo, caída en pesquerías, sobre todo hasta arriba de peces que finalmente viven en esa parte de las orillas. Eso ha sucedido ahí en el Balsas, por las afectaciones de las represas, hidroeléctricas, en la cuenca del Balsas hacia Petacalco. Entonces es probable que un proceso similar ocurra”.

Otro problema es el cambio en los sistemas de esteros. El articulista de El Sur arguye que cuando hay mucho caudal, “hay comunicación del río hacia la Laguna de Tres Palos. Al no haber esa comunicación, baja la entrada de nutrientes a la laguna por ese lado, y hace que baje la fertilidad de la laguna. Que haya mayor movimiento en la dinámica que permita que se oxigene la laguna como un río, entonces eso no sucede, seguramente, todo va junto, que vas a tener anoxia. O sea, en horas de la mañana en las lagunas tienes una caída muy severa de oxígeno, sobre todo en estiaje y eso hace que al no haber oxígeno pues hay mortandad de peces. Eso es típico”.

Texto: Ramón Gracida Gómez