22 noviembre,2022 9:59 am

Reflejan en serie protagonizada por Yalitza Aparicio males mentales y conflictos entre suegras y nueras

Encabeza la actriz oaxaqueña el episodio “La insomne”, de “Mujeres asesinas”

Ciudad de México, 22 de noviembre de 2022. Rocío (interpretada por la oaxaqueña Yalitza Aparicio) queda profundamente afectada porque sus padres murieron en un incendio. Su vida social se ve mermada y más tarde ella se empareja y casa, casi en automático, con Gabino (Luis Fernando Peña).

Pese a las protestas de doña Soco (Leticia Huijara), su suegra, ambos hacen una vida en común que con los años se vuelve compleja, ya que la protagonista tiene trastorno de sueño y alucinaciones.

Así comienza La insomne, el tercer capítulo de la nueva versión de la serie Mujeres asesinas, disponible en ViX+.

“Lo que es muy complicado de este episodio, de la historia de Rocío, es que hay diferentes situaciones que la afectan y se convierte en un juego emocional que te obliga a plantearte por qué nadie le dice nada de su salud mental, aunque claro, nadie lo detecta”, dijo Yalitza en entrevista virtual desde Miami.

La suegra de Rocío se convierte en su enemiga natural al entrometerse en su vida con Gabino, aunque también le resuelve situaciones al ayudar con su nieta, Lucero, y con el bebé que viene en camino.

“Van a pensar que no nos caemos bien después de ver el episodio, pero la verdad es que nos llevamos de maravilla. Disfrutábamos cada momento en el set y nos sentamos a comer juntos”, platicó Aparicio.

A medida que la historia progresa, Rocío continúa durmiendo mal, con alucinaciones, y sólo encuentra consuelo en los remedios que le da doña Flor (Ana Silvia Garza).

Luego, una serie de circunstancias, como los encontronazos con su suegra, hacen a la protagonista desatinar con Gabino y que ella comience a tomar malas decisiones.

“Cuando hablamos (el elenco) concordamos que no había buenos ni malos. Pasa comúnmente en la sociedad que se señala, pero no atendemos la salud mental y no razonamos sobre qué sucede antes”, reflexionó Aparicio.

El misterio de este episodio gira en torno a quién es la persona a la que Rocío mata y qué la orilla a hacerlo.

“Es una situación donde falta la comunicación, donde nadie detecta que tiene un problema que debe atenderse (con un médico). Ella debió tratarse pero no sabía.

“Te encuentras con este problema, en esta situación, y pasan por tu mente cosas que no te llevan a tener el raciocinio correcto”, apuntó la actriz.

Texto: Juan Carlos García / Agencia Reforma