25 febrero,2022 5:21 am

Reflexiones sobre las consultas a los pueblos originarios

Maribel Nicasio

 

Los pasados 19 y 20 de febrero se llevó a cabo en Guerrero la tercera consulta a la ciudadanía para definir la forma de elección de las autoridades municipales: por el sistema normativo propio, más conocido como “usos y costumbres”; o por partidos políticos.

El Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Guerrero (IEPC) en atención a la solicitud ciudadana de vecinos de Tecoanapa, nuevamente se reproduce una estrategia de dilación administrativo-electoral, donde los partidos políticos han jugado un papel central.

Este retraso se puso en marcha desde que por primera vez el municipio indígena de San Luis Acatlán realizó la solicitud en 2012, esperaron tres años para que se realizara la consulta en la que la ciudadanía tendría que elegir entre “usos y costumbres” o partidos políticos. Después Ayutla solicitó el cambio en 2014, y es en 2018 que se realiza la consulta, cuatro años después.

Ahora tocó a Tecoanapa, el proceso inició en 2017, y es en 2022 que se hace la consulta, a casi cinco años de distancia. Es claro que las instituciones electorales de Guerrero, le quedan a deber a la ciudadanía indígena, incumpliendo con el encargo de tutelar sus derechos políticos, prescritos en la Constitución federal y local, la Ley 701 y la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado de Guerrero, para asegurar el ejercicio de ciudadanía lo más expedito posible, y la construcción de democracia.

Esta dilación de parte de la instancia electoral, para evitar que se den cambios en la forma de gobernar municipios indígenas o equiparables a indígenas, caso de Tecoanapa, ha sido enfrentada a golpe de sentencias, emitidas por el máximo tribunal electoral. Este escenario también permite ver, que más allá de los intereses político-partidistas, que no son pocos, en Guerrero se requieren autoridades electorales que tengan una mayor comprensión de que el pluralismo jurídico y político, entendido como la interacción constante entre el sistema normativo del Estado y los sistemas normativos de los pueblos nahua, mixteco, tlapaneco y amuzgo, es una realidad para la que hay que estar preparados. Formarse y prepararse es el reto tanto para el IEPC, como para el Tribunal Electoral del Estado de Guerrero.

La consulta previa es un derecho que tiene la ciudadanía indígena o equiparable a pueblo indígena, misma que debe ser “previa, libre, informada, de buena fe y culturalmente adecuada”, tarea que le toca organizar al IEPC. Sin embargo falta afinar procedimientos, de manera que la institución funja como una instancia que acompañe y asesore, para que sea la ciudadanía la que tenga el mayor protagonismo en la organización y toma de decisiones respecto de los resultados.

Organizar una consulta previa con la ciudadanía para definir la forma de elegir a las autoridades municipales, los partidos la toman como un reto para fortalecer el sistema de partidos, y con ello activar los mecanismos cotidianos de compra y coacción, como estilo proselitista. Con la entrega de obras, materiales varios, dinero en efectivo, o la amenaza de perder beneficios, apoyos y programas, cumplen su función de amedrentar a la ciudadanía para que emita un voto a modo. Estos actos aún no se consideran como parte del contexto político de una consulta previa, son violatorios a todas luces de la libertad para elegir y de la buena fe, que tienen que ser señalados y sancionados.

Aunado a la compra y coacción, está la campaña de desprestigio que se realizó contra lo que son los “usos y costumbres” como sistema normativo propio, por parte de los partidos políticos como opositores. De la experiencia de Ayutla, primer municipio en Guerrero donde se designaron autoridades por sistema normativo propio, se han recuperado las limitaciones y problemas que se viven particularmente en la zona urbana, y lo relativo a las diferencias entre las autoridades, pero se oculta en qué consiste la experiencia organizativa bajo este modelo.

Esta desinformación circulada a propósito, confunde a la ciudadanía sobre lo que es o no es un sistema normativo propio, ante lo que se tienen que tomar decisiones de cómo o quién tendría que explicarlo, actividad que por el momento imparte el IEPC.

A partir del contexto de compra y coacción se puede identificar que hubo una consigna para pronunciarse en las asambleas de consulta por voto en boleta: eligieron la opción “1. Partidos Políticos”, unos 7 mil 460 votos; y 400 se pronunciaron por la opción “2. Usos y Costumbres” según la nota de El Sur (“Participó la cuarta parte del padrón de Tecoanapa el domingo”, 22 de febrero, Lourdes Chávez). Los resultados también son reflejo del mayor trabajo del lado de quienes simpatizan con los partidos políticos, y un menor de los promoventes de los “usos y costumbres”, que tiene que entenderse en el marco del desgaste y la dilación burocrática.

Las asambleas de consulta sui generis realizadas en Tecoanapa el 19 y 20 de febrero pasado, y las siguientes del próximo fin de semana, 26 y 27 de febrero, dan cuenta del cuestionamiento ciudadano de cómo se administran los recursos municipales, de la manera cómo se trata a los vecinos de las cabeceras municipales y de las comunidades, del actuar de los partidos políticos, del poder que tienen las comunidades, de los encuentros y desencuentros de las organizaciones comunitarias, del contexto de violencia y de la ausencia de un Estado de derecho.

 

* Profesora-investigadora de la Escuela Superior de Antropología Social de la UAG.