3 mayo,2018 8:05 am

Reprueba Guerrero por sexto año consecutivo la evaluación penitenciaria; es el lugar 31 nacional

En el más reciente estudio de la CNDH, de 2017, obtuvo la calificación más baja desde 2011, de 4.22 de 10 puntos posibles.
Texto: Zacarías Cervantes
Foto: Carlos Alberto Carbajal
Chilpancingo, Guerrero. Por sexto año consecutivo el estado de Guerrero volvió a reprobar el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) 2017, este año la entidad obtuvo la calificación más baja desde el 2011 con 4.22 y ocupó el lugar número 31 de las 32 entidades del país, incluida la Ciudad de México.
El estado que ocupó el último lugar fue Nayarit con una calificación de 4.15.
Los resultados del diagnóstico correspondientes al 2017 fueron subidos a la página de la CNDH ayer.
En la escala nacional Guerrero se encuentra en la parte más baja y es identificado con el color rojo para la calificación que va de 0 a 5.9, es decir reprobatoria. El amarillo es para las entidades que obtuvieron una calificación de 6 a 8.0, mientras que el verde es para las entidades con calificaciones de 8.1 a 10, en el que sólo se encuentran Guanajuato y Querétaro, el primer estado con una calificación de 8.19 y el segundo con 8.13.
Según los resultados de este diagnóstico de la CNDH que se aplica desde 2011, Guerrero nunca en los últimos 7 años ha obtenido una calificación aprobatoria, y en 2017 obtuvo la calificación más baja desde 2011.
En 2011 la calificación fue de 5.13, en 2012 de 5.92, en 2013 de 4.80, en 2014 de 5.01, en 2015 de 4.99, en 2016 de 4.39 y en 2017 de 4.22, por lo que la entidad fue ubicada dentro de los 10 estados rojos y que van a la baja en materia de integridad personal del interno, estancia digna, condiciones de gobernabilidad, reinserción social del interno y atención a internos con requerimientos específicos.
Sobrepoblación, hacinamiento, deficiente separación entre hombres y mujeres, en los servicios de salud…
De los cuatro centros penitenciarios evaluados el de Acapulco obtuvo una calificación de 4.08, el de Chilpancingo 4.56, el de Iguala 4.5 y el de Taxco 4.17.
En cuanto a los aspectos que garantizan la integridad personal del interno, la CNDH halló en los penales de la entidad problemas de sobrepoblación, hacinamiento, deficiente separación entre hombres y mujeres, deficiencias en los servicios de salud, falta de supervisión del funcionamiento del centro por el titular, insuficiencia de programas para la prevención y atención de incidentes violentos, falta de prevención de violaciones a derechos humanos y de atención en caso de detección, insuficiencia de vías para la remisión de quejas de probables violaciones a los derechos humanos y deficiencia en la atención a personas internas en condiciones de aislamiento.
De los aspectos que garantizan una estancia digna la CNDH observó insuficiencia o inexistencia de instalaciones necesarias para el funcionamiento del centro, deficientes condiciones materiales e higiene de instalaciones para alojar a las personas privadas de la libertad, inexistencia o deficientes condiciones materiales e higiene del área médica, inexistencia o deficientes condiciones materiales e higiene de la cocina y/o comedores, inexistencia o deficientes condiciones materiales e higiene de instalaciones para la comunicación con el exterior, inexistencia o deficientes condiciones materiales e higiene de los talleres y áreas deportivas, así como deficiencias en la alimentación.
De las condiciones de gobernabilidad la CNDH encontró falta de normatividad que rige al centro (reglamentos, manuales, lineamientos y disposiciones aplicables; su difusión y actualización), insuficiencia de personal de seguridad y custodia, deficiencias en el procedimiento para la imposición de las sanciones disciplinarias, ejercicio de funciones de autoridad de personas privadas de la libertad (autogobierno/cogobierno), presencia de actividades ilícitas, presencia de cobros (extorsión y sobornos) y falta de capacitación del personal penitenciario.
En la reinserción social del interno las deficiencias que se encontraron son la integración del expediente técnico-jurídico, inadecuada clasificación de las personas privadas de la libertad, deficiente separación entre procesados y sentenciados, insuficiencia o inexistencia de actividades laborales y de capacitación, insuficiencia o inexistencia de actividades educativas, insuficiencia o inexistencia de actividades deportivas, inadecuada organización y registros para el cumplimiento del plan actividades, y la inadecuada vinculación de la persona privada de la libertad con la sociedad.
En el rubro de grupos de internos con requerimientos específicos las observaciones son deficiencia en la atención a mujeres o menores que vivan con ellas, deficiencia en la atención a personas adultas mayores, deficiencia en la atención a indígenas, deficiencia en la atención a personas con discapacidad, así como insuficiencia en los programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria.
La información obtenida por la CNDH fue durante visitas de supervisión durante los meses de febrero a noviembre de 2017, y el levantamiento del Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2017 se realizó sobre una muestra total de 198 instituciones penitenciarias de las 378 que se encontraban en funcionamiento al inicio de 2017.
En Guerrero los centros penitenciarios visitados fueron los de Acapulco, Chilpancingo, Iguala y Taxco que son los de mayor población en la entidad.
(En la imagen: El 6 de julio de 2017, en Acapulco, elementos de la Fuerza Conago resguardan el penal Las Cruces, luego de una presunta riña en donde fueron asesinados 28 reos. Foto: Carlos Alberto Carbajal)
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