27 abril,2023 9:15 am

Retoma la poeta Anne Carson el feminismo emanado de Safo en lectura en Monterrey

La canadiense recibirá hoy el Premio Internacional Manuel Acuña de Poesía 2020, que le otorgó el gobierno de Coahuila y que no pudo recoger por la pandemia

Monterrey, Nuevo León, 27 de abril de 2023. Fue una visita postergada tres años, a decir de la propia Anne Carson, pero finalmente la poeta estuvo en México.

Se suponía que la canadiense de 72 años, candidata frecuente al Nobel de Literatura, vendría al país por primera vez en 2020 para recoger el Premio Internacional Manuel Acuña de Poesía, que le otorgó el gobierno de Coahuila y que finalmente recibirá hoy viernes de manera presencial. Y también planeaba visitar Monterrey, sede de su editorial en español: Vaso Roto.

Pero la pandemia por el Covid-19 alargó aquel viaje, que quedó saldado anoche.

En un abarrotado auditorio de la Universidad de Monterrey (Udem), la poeta, vestida de rojo intenso, ofreció un breve pero emotivo recital. Llegó puntual, acompañado de su esposo, Robert Currie, y de su traductora al español, Jeannette L. Clariond, fundadora de Vaso Roto.

La laureada con el Premio Princesa de Asturias de las Letras en 2020, considerada como una heredera de la poeta Safo no sólo por su mirada revitalizada hacia la cultura helénica, sino también por la vena feminista en sus obras, comenzó su tertulia dos minutos antes de lo acordado. La hora pactada eran las 19:00 horas.

La nominada al Nobel de Literatura en múltiples ocasiones, empezó su lectura, titulada Texturas y sombras, con Sinfonía del suspiro de Guillermo (“Guillermo’s Sigh Symphony”), que aparece en su poemario -si es que se puede definir así un libro del cual una de sus cualidades más notables es su hibridez- Decreación, el primero de ocho traducidos por Vaso Roto al español.

“El primer poema que leeré es el que escribí para un hombre, Guillermo Galindo, un mexicano que conocí cuando enseñaba en el California College Board, en la década de los 90”, compartió la poeta.

“Guillermo es un compositor, una maravillosa y graciosa persona de quien tuve la idea general que los mexicanos son gente fantástica”.

Y luego leyó: “Será una duda / Será una desilusión / El mundo no me debía nada / Las hojas llegan suspirando a la puerta / Trozos de muchachas suspiran como hombres”.

Mientras recitaba, en la pantalla detrás de Carson, también profesora de literatura, se leían las palabras ethos, pathos y logos, referencias al bagaje helénico que abunda siempre en sus creaciones.

La autora, sin embargo, pareció priorizar en su lectura los pasajes de lo cotidiano y lo íntimo, otro sentido hondo en sus poemas.

No olvidó en el encuentro a su hermano Michael, fallecido muy lejos de ella y a quien no veía desde hace décadas, y a quien le dedicó años atrás esa suerte de epitafio y libro-objeto llamado Nox, disponible también en Vaso Roto.

Sobre él, leyó Feliz Navidad de parte de Hegel, que inicia: “Fue el año en que murió mi hermano / Yo vivía en el norte y tenía pocos amigos o se habían marchado todos / El día de mi Navidad estaba en mi sillón / leyendo a Hegel”.

Y también compartió las memorias sobre su madre, figura recurrente en su poética.

“Visitar a mi madre es como empezar una obra de Beckett / Conoces esa sensación de atravesar la corteza / la densa oscuridad del pequeño cuarto / con paredes demasiado estrechas / tan predecibles”.

“Okay, esa era mi madre”, señaló al terminar el poema El Beckett de ella.

¿Cuándo parar?

“Si la literatura es un diálogo ¿Cómo sabe cuando el proceso creativo ha acabado?”, le preguntó a Carson, tras la lectura, Mariana Chávez, estudiante de cuarto semestre de Estudios Humanísticos y Sociales de la UDEM, y una de las tres mujeres elegidas para establecer un corto diálogo con ella.

Ella, clara y breve, respondió que cuando se empezaba a preguntar si debía parar, significaba que el punto en que debía detenerse ya lo había superado.

Aunque Carson, más allá de su lectura, no habló mucho, cuando apenas lo hacía daba respuestas como dardos, agudas.

Quienes la conocen la describen como una persona muy discreta, y siempre directa.

“¡Ya acabamos!”, zanjó la canadiense apenas acabó una ronda de preguntas.

De todas formas, no era momento de irse, pues, Carson firmó libros al final de sus Texturas y sombras sobre una mesa improvisada por el personal de la UDEM, pues no preveían que la poeta aceptaría la dinámica.

Hoy jueves recogerá su pospuesto Premio Manuel Acuña de Poesía en el Centro Cultural Vito Alessio Robles, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Saltillo.

Texto: Elena S. Gaytán / Agencia Reforma