16 junio,2024 8:36 am

Rinde Coyoacán homenaje a Margo Glantz

 

Ciudad de México, 16 de junio de 2024. La escritora Margo Glantz, una de las más célebres habitantes de Coyoacán, recibió un homenaje este sábado en la Feria Internacional del Libro de la demarcación, en un soleado sábado familiar en el Jardín Hidalgo.

“Margo es, por supuesto, una persona que es protagonista de la vida cotidiana cultural de México, pero también protagonista de varios mundos, del mundo universitario, por supuesto, del mundo de los escritores, por supuesto, y si ustedes dicen ‘¿en qué rango está?’, pues ella está en el primer rango de todos”, elogió el autor Alberto Ruy Sánchez, quien la acompañó en el homenaje.

Sonriente y de buenas, Glantz (Cdmx, 1930) agradeció la “hiperboliquísima” presentación de su colega y charló desenfadadamente con el público sobre algunos de sus libros, que luego firmó con gusto.

A petición de Ruy Sánchez, la escritora ocupó buena parte del evento para hablar sobre Las genealogías (1981), una autobiografía familiar que realizó a partir de entrevistas con sus padres, con quienes charló semanalmente, durante 72 sesiones, con la mediación de la comida hogareña.

“Logré hacer una vida de mis padres que no conocía. Yo sabía que eran mis padres, la cosa más cercana que tiene uno, más visceral, más extraordinaria en muchos sentidos, pero no sabía yo cómo habían vivido sus infancias, cómo era la tierra donde nacieron”, relató la escritora.

Originalmente publicadas en su columna en el diario Unomásuno, las anécdotas comienzan con la infancia de sus padres en comunidades judías en Ucrania y continúan con la migración que tuvieron que emprender hacia México a los 25 años, a causa de los turbulentos tiempos de la Revolución rusa.

Algunos son alegres, como el que relata la amistad de su padre con el pintor Marc Chagall, pero también los hay violentos, como un intento de linchamiento que sufrió ya en la Ciudad de México.

“Era el principio del nazismo, el principio de un mundo que no imaginábamos que iba a poder ser posible, el principio de una industria de la muerte, como dijo Heidegger, que también era nazi en alguna medida, o bastante, y, sin embargo, para mí fue algo decisivo el problema del probable linchamiento de mi padre, del antisemitismo brutal que había en ese momento y que ahora está resurgiendo de manera brutal”, señaló Glantz.

Un libro que, además, está complementado por el viaje que la propia escritora realizó a Ucrania para conocer, de primera mano, los paisajes que le habían descrito sus padres.

Sobre la obra general de la homenajeada, Ruy Sánchez alabó tanto su erudición como la dificultad para clasificarla.

“Margo es una sabia. Del tema que ustedes digan que es importante, Margo lo conoce, pero ese tema que es importante, muchas veces es importante porque Margo ha escrito sobre él, y eso es de verdad increíble”, celebró.

“Aparte de todo, ella siempre ha escrito textos que luego la gente clasifica como cuentos, novelas, relatos, lo que se le pegue la gana a la gente, porque luego, ahora ya menos, pero uno comienza a escribir lo que sea, luego les cuesta trabajo decir ‘no, eso no es una novela’, o lo que sea, pero Margo ha hecho que se imponga y que sea aceptado un género que se llama ‘lo que se me pegue la gana'”, abundó.

Una apreciación que la autora reconoce, sobre todo, en las obras que escribió al inicio de su carrera.

“Yo, al principio, lo que escribía era absolutamente poco canónico. Nunca me lo querían publicar”, expuso.

Esto la llevó a relatar la historia de la publicación de sus dos primeros libros, Las mil y una calorías, novela dietética (1978) y Doscientas ballenas azules (1979), ambos tan difíciles de llevar a la imprenta y tan disímiles entre sí que tuvieron que ser pagados por ella.

También se habló de Saña (2007), un libro de textos breves del que Ruy Sánchez recordó uno sobre el pintor inglés Stanley Spencer, cuya humildad era tal que recibió su nombramiento como caballero “como si recibiera un botecito de mermelada”.

“¿Es así como tú piensas los premios? Porque tienes tantos que ahorita tendrías un clóset lleno de mermeladas”, bromeó Ruy Sánchez.

Con un aplauso caluroso del público de Coyoacán, Glantz recibió un reconocimiento por parte de la Alcaldía de Coyoacán y una escultura que representa a otra de sus más ilustres habitantes, la pintora Frida Kahlo.

“Muchas gracias por su presencia, muchas gracias a Alberto por haberme presentado tan maravillosamente. A partir de hoy, me siento más que una conserva de mermelada”, se despidió con una sonrisa.

“Y yo espero que la mermelada te la den ya muy pronto, cuando te den el Premio Cervantes”, deseó Ruy Sánchez, a lo que Glantz respondió con un sonoro “Dios te oiga”.

 

Texto y foto: Agencia Reforma