17 marzo,2024 8:51 am

Rinden homenaje a Gladiola Orozco en Bellas Artes

 

Ciudad de México, 17 de marzo de 2024. A 74 años de haber pisado el escenario del Palacio de Bellas Artes por primera vez, Gladiola Orozco, pilar y ejemplo de la danza contemporánea en el país, recibió este sábado una ovación calurosa y sentida en el recinto capitalino.

“Aquí mismo, en este edificio de mármol acompañado por las musas, en 1950 puse mi primer pie: el de la esperanza, el de la pasión”, recordó la bailarina y coreógrafa, al término de un homenaje a su trayectoria.

“Aquí he estado toda mi vida, danzando, batallando, dirigiendo y feliz. Aquí he tenido el privilegio de envejecer; aquí sigo abrigada, homenajeada, por el INBAL”, celebró.

Así, con el porte de una vida sobre las tablas, elegante y de negro, Orozco (Guanajuato, 1934) lanzó besos a las butacas, se tocó el pecho en señal de amor y hasta deslizó los pies con gracia para bailar una vez más en su Palacio.

Como parte del Ballet Nacional de México, bajo la dirección de su mentora, Guillermina Bravo, la homenajeada inició en Bellas Artes una de las carreras más trascendentales que ha habido de su profesión en México.

Aunque su labor se ha ramificado de múltiples formas, una de las más destacadas fue la fundación del Ballet Teatro del Espacio, insigne compañía nacida del Ballet Independiente de México.

Desde 1966 hasta el 2009, de manera ininterrumpida, Orozco volvió a la agrupación un semillero de numerosas generaciones de creadores dancísticos, con proyectos tanto artísticos como educativos, junto con el bailarín y coreógrafo Michel Descombey (1930-2011).

“Nuestra casa teatral, magno recinto cultural del país, es el lugar perfecto para recordar a mis amados compañeros ya fallecidos y mil gracias al público que nos ha acompañado esta noche y que son mis hermanos y mis amores”, declaró.

Sobre el escenario con ella, y a través de un video proyectado durante la ceremonia, bailarines y coreógrafos como Miguel Mancilla, Cecilia Lugo, Jessica Sandoval y David Attie reconocieron la huella de la maestra en sus vidas.

Como una celebración de la escuela que ha dejado, el Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac) presentó dos coreografías en su honor.

“Maestra, este merecido homenaje a usted es desde el cuerpo”, introdujo Miguel Mancillas.

“Veremos esta noche a jóvenes artistas que comparten el impulso transformador de la danza, junto a creadores que proponen en tiempo presente, de la misma manera que usted, maestra Gladiola, lo hizo desde un inicio y que sigue haciéndolo hasta el día de hoy, porque su lucha no ha terminado y, espero, que como generación logremos ser recíprocos a su esfuerzo y legado”, elogió.

Bajo la dirección de Cecilia Lugo, el Ceprodac presentó las piezas Diarios de Rita Berlí, de María Brezzo, y Signos, el cuerpo de la noche, de Óscar Ruvalcaba.

Dos coreografías muy distintas entre sí que, no obstante, estuvieron unidas por un lenguaje dancístico que Gladiola Orozco llevó a los grandes escenarios del país y el mundo.

“Para entender la complejidad de su existencia, hay que tener contexto: nacer en ese México de 1934, mujer, y una mujer que, además, decidió, a muy temprana edad, dedicarse al arte y, como si eso no fuera poco, para meterse en problemas, a la danza contemporánea”, reflexionó Mancillas.

“Para sobrevivir lo anterior, debió requerirse de un carácter férreo, algo que, sabemos, tiene de sobra, y no sólo se mantiene congruente con su decisión, ella logra dejar huella y se convierte en referente en la historia de nuestro país”, concluyó.

Conmovida y feliz, casi sin oxígeno de tanto amor, según dijo, Gladiola Orozco recibió de su casa, el Palacio de Bellas Artes, el amor merecido.

“Por favor llévense mi amor con ustedes. Muchas gracias”, correspondió.

 

Texto y foto: Agencia Reforma