Chilapa, Guerrero, 29 de septiembre de 2020. Dos cámaras con tarjetas de memoria y una tarjeta de memoria de una tercera cámara que son utilizadas para registrar el movimiento de la fauna silvestre fueron robadas del Parque Nacional Juan Álvarez.
Con la sustracción del equipo se perdió el registro de un mes y medio de vida de la fauna silvestre del Parque, creado en 1964.
Los guardaparques de la zona en coordinación con la Comisión Nacional de Áreas Protegidas trabajan para recuperar el equipo, así como en reforzar las medidas de seguridad.
Las cámaras fueron colocadas apenas a mediados de agosto pasado con la finalidad de estudiar los hábitos durante el día y la noche de animales endémicos como el venado, gato montés, tlacuache, zorrillo, coyote, mapache o tejón.
Las cámaras tienen un sistema infrarrojo que les permite grabar durante la noche y fueron colocadas en lugares estratégicos del parque, que tiene una extensión de 528 hectáreas.
El pasado jueves 24 de septiembre durante un recorrido, guardaparques y personal de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) constaron la sustracción de la tarjeta de memoria MicroSD de una cámara de video. La cámara de video había sido removida, pero se encontraba en el mismo lugar.
Y en otro punto se sustrajo por completo la cámara de video, que incluía la tarjeta de memoria.
Este primer hecho en el Parque Nacional se registró en el área de los bienes ejidales de la comunidad de Xulchichio, del municipio de Chilapa.
El segundo robo, reportado al siguiente día, el viernes 25 de septiembre, fue del lado que pertenece a los ejidos de Petatlán del municipio de Atlixtac. Ahí fue sustraída la segunda cámara con su información contenida en la tarjeta de memoria.
El Parque Nacional Juan Álvarez fue creado el 14 de mayo de 1964 en el sexenio del entonces presidente Adolfo López Mateos.
Está ubicado en la zona conocida como El Ocotal al noroeste de Chilapa y se encuentra en los bienes ejidales de las comunidades Xulchichio y Lamacintla del municipio de Chilapa y Petatlán, en el municipio Atlixtac.
El objetivo, de acuerdo con el decreto, fue proteger la vegetación forestal existente en el área y mejorarla con reforestación. Predominan el pino y el encino.
Este bosque, considerado un refugio natural para la conservación de la fauna, también padece de la tala de encino y la extracción ilegal del ocote.
Texto y foto: Luis Daniel Nava
