5 febrero,2022 9:13 am

Rusia y China declaran al unísono su oposición a la expansión de la OTAN en el este de Europa

Putin llega a Pekín para celebrar la proximidad “sin precedentes” en las relaciones bilaterales entre ambos países en pleno boicot diplomático a los Juegos Olímpicos de Invierno de buena parte de la comunidad occidental. Alemania se suma a esfuerzos por buscar una solución diplomática a la crisis de Ucrania

Madrid / Berlín, 5 de febrero de 2022. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, declararon ayer a una sola voz su oposición a lo que perciben como una maniobra de expansión de la OTAN en el este de Europa y sus intentos de “socavar la estabilidad de otros países”, en velada referencia la tensión en Ucrania.

En un comunicado conjunto, publicado tras la llegada de Putin a la capital china, Pekín, para presenciar ayer la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Invierno, Rusia y China no solo “se oponen a una mayor expansión de la OTAN”, sino que piden además a la Alianza Atlántica “que abandone los enfoques ideológicos de la era de la Guerra Fría, respete la soberanía, la seguridad y los intereses de otros países”.

Esta declaración ocurre en un momento de enorme tensión entre Rusia y los países de la OTAN por la acumulación de militares rusos en la frontera con Ucrania, prolegómeno de una invasión, según los países de la Alianza, con Estados Unidos a la cabeza. Rusia niega que tenga interés en ordenar una ofensiva militar y acusa por contra a la OTAN de incrementar la tensión de manera artificial para justificar una maniobra de expansión hacia el este de Europa.

Tanto Putin como Xi denuncian en este sentido y de nuevo en referencia a la OTAN, la existencia de “estados individuales, alianzas o coaliciones político-militares” que actúan “en detrimento de la seguridad de otros” con el objetivo de “fomentar antagonismo y la confrontación, socavar gravemente el orden de la seguridad internacional y la estabilidad estratégica mundial”.

Como parte de las negociaciones para desactivar la tensión, Rusia presentó una serie de propuestas por escrito que, a muy grandes rasgos, pide a la OTAN que verifique su papel como garante de la estabilidad en Europa, en lugar de actuar como fuerza generadora de conflictos. En este sentido, el presidente de China “apoya las propuestas presentadas por la Federación Rusa sobre la formación de garantías de seguridad legalmente vinculantes a largo plazo en el continente europeo”, según el comunicado, publicado en la página web oficial del Kremlin.

Por lo demás, el presidente de Rusia llega a Pekín para celebrar la proximidad “sin precedentes” en las relaciones bilaterales entre ambos países en pleno boicot diplomático al evento de buena parte de la comunidad occidental.

“Nuestra relación bilateral ahora mismo no tiene precedentes en lo que se refiere a nuestro espíritu de amistad y relación estratégica”, declaró Putin en comentarios televisados antes de un encuentro a puerta cerrada con el presidente Xi.

Por su parte, El canciller alemán, Olaf Scholz, intensificará de forma sustancial sus esfuerzos por encontrar una solución diplomática a la crisis de Ucrania con viajes a Washington, Kiev y Moscú, además de varias reuniones en Berlín.

El portavoz adjunto del gobierno Wolfgang Büchner informó ayer que el canciller visitará Kiev el 14 de febrero antes de reunirse un día después en Moscú con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Este domingo, Scholz partirá hacia Washington y el lunes será recibido por el presidente Joe Biden en la Casa Blanca.

Las tensiones políticas por la posible invasión rusa sobre Ucrania dieron paso en los últimos días a una sucesión de llamadas y visitas por parte de líderes internacionales, en algunos casos con una doble vía abierta hacia Kiev y Moscú en la que comenzaron a ganar presencia gobiernos europeos.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, fue uno de los dirigentes más activos en los últimos días, con un total de tres conversaciones telefónicas con su homólogo de Rusia, Vladimir Putin, en menos de una semana, la última de ellas este jueves. El lunes, el mandatario galo viajará personalmente a Moscú, para desplazarse un día más tarde a Kiev.

La Unión Europea no está asumiendo un papel destacado como bloque y optó por dejar la iniciativa a los gobiernos de los Estados miembro, con sus correspondientes intereses. Así, en una misma semana coincidieron las visitas a Kiev del primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, y del presidente de Polonia, Andrzej Duda, con otra a Moscú del jefe del gobierno húngaro, Viktor Orbán.

También movió ficha el primer ministro de Italia, Mario Draghi, que el martes logró de boca de Putin una garantía sobre el suministro energético. Ese mismo día se produjo el último contacto conocido del gobierno español, en concreto una conversación telefónica entre el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y su homólogo ucraniano, Dimitri Kuleba.

En tanto, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, mantuvo ayer una llamada telefónica con su homólogo ucraniano, el ministro de Exteriores, Dimitro Kuleba, donde le informó de las recientes conversaciones mantenidas con las autoridades rusas.

Por otro lado, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, informó ayer del envío de armamento a Ucrania, que debería llegar en los próximos días, a medida que siguen creciendo las tensiones en la frontera con Rusia, a pesar de la retórica de desescalada a la que apelan tanto Moscú como la OTAN.

Texto: Europa Press / DPA