31 mayo,2024 6:25 am

Santiago Roncagliolo y nuestro endemoniado origen

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Adán Ramírez Serret

 

Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) ha sido, hasta ahora, el autor más joven, con 31 años, en ganar el Premio Alfaguara en 2006 con la novela Abril rojo. Este autor peruano es un absoluto profesional de la escritura y a sus casi 50 años ha escrito más de 30 obras entre cuentos infantiles, relatos, guiones de televisión, biografías y novelas, por supuesto.

Es prolífico en todos sentidos: toca asuntos históricos, biográficos, futbol…, cubre muchos temas y diversos tópicos. Abril rojo, La noche de los alfileres o Líbranos del mal comparten una prolijidad de lenguaje, son obras escritas por un autor latinoamericano, pero sus búsquedas son absolutamente distintas.

Pienso en las palabras de otro peruano que es canon literario admirado y problemático del Perú, Mario Vargas Llosa, quien dice que entre las muchas familias que puede haber de autores, piensa que hay dos: unos que con cada nuevo libro que publican añaden un eslabón a una obra; y otros quienes, entre los que se incluye, con cada nuevo libro añaden una nueva búsqueda a su obra. A esta última estirpe, me parece, pertenece Santiago Roncagliolo, quien con su más reciente novela El año en que nació el demonio busca contar de manera exhaustiva, los inicios del Virreinato del Perú.

Corre el año de 1623, Lima es una ciudad oscura que apenas y comienza a configurarse, al centro viven los españoles, luego los criollos; la ciudad está compuesta por edificios públicos, casas y, sobre todo, por enormes conventos. A las afueras se encuentran los moradores originarios indígenas y, más allá, los afrodescendientes libertos que viven en guetos.

La novela arranca una noche oscura en que van a buscar al inquisidor, un joven imberbe acompañado de otros dos iguales, pues algo sobre natural y terrible sucede en uno de los conventos. Se dirigen al recinto en medio de las calles sórdidas de Lima, llenos de miedo, apenas iluminados por tímidas antorchas. Hasta que llegan al convento, es inmenso y son guiados por plazas y corredores por una bella monja. Al fin, luego de un profundo laberinto de celdas y pasillos, llegan a un cuarto en donde los espera un escenario sorprendente. Lo primero que observan es a una mujer desnuda por completo, con rastros de sangre en el cuerpo, acaba de parir. Ella llora desconsolada, el cuadro es violento, pero aún falta lo peor: en la cama de al lado unas monjas contienen llenas de miedo y espanto lo que en esos días es visto como un monstruo: el cuerpo de un recién nacido que tiene duplicadas todas sus extremidades y también la cabeza, que no puede ser a los ojos de esos días, otra cosa que hijo del demonio.

Los inquisidores se llevan a la mujer y en un saco aquel pequeño cuerpo, van llenos de terror, el inquisidor muere de miedo, pero puede oler que sus dos acompañantes casi adolescentes aún tienen más miedo, pues apestan a orines. Así recorren las calles de Lima hasta que son interceptados por un carruaje oscuro, que se lleva a la criatura, asesina a los acompañantes y apenas y sobrevive el inquisidor.

Así arranca esta novela de Roncagliolo, que busca ser un cuadro de época y es un retablo inmenso de la rica diversidad de personas y credos que había en la Lima de inicios del Virreinato. Hay inquisidores, monjas libertarias, artistas; conventos con corridas de toros, magia negra, piratas. Esta novela nos recuerda el origen tan diverso de Latinoamérica que parece salido de una novela endemoniada. Nuestro brutal pasado que refleja un presente inaprensible.

Santiago Roncagliolo, El año en que nació el demonio, Ciudad de México, Seix Barral, 2023. 554 páginas.

 

 

 

 

 

Adán Ramírez Serret, Santiago Roncagliolo y nuestro endemoniado origen, El año en que nació el demonio, Ciudad de México, Seix Barral