23 agosto,2024 6:01 am

Se corre el riesgo de que no haya regreso a clases en Chichihualco por la inseguridad

Docentes que trabajan en la zona reclaman la indiferencia de las autoridades de los gobiernos estatal y federal que no les dan las condiciones de seguridad       

Chilpancingo, Guerrero, 23 de agosto de 2024. En el municipio de Leonardo Bravo (Chichihualco) la inseguridad tiene en la incertidumbre a los maestros, quienes tal vez no iniciaran el curso escolar por segundo año, debido a la violencia y la indiferencia de las autoridades de los gobiernos estatal y federal que no les dan las condiciones.

Los profesores, que durante un año no acudieron a sus escuelas por una guerra entre los grupos criminales La Familia Michoacana y Los Tlacos, se mantienen en la zozobra de regresar a dar clases presenciales o seguir en la modalidad “en línea o internet”, que fue la forma en cómo dieron sus materias a los alumnos de las comunidades de ese minicipio.

De manera anónima, maestros que viajan de Chilpancingo a esa zona, que es una de las entradas a la Sierra de Guerrero, denunciaron que por la inseguridad no pudieron regresar a sus escuelas esta semana, que es cuando reciben el material didáctico de los padres de familia y se lleva a cabo el consejo técnico para el nuevo ciclo escolar 2024-2025.

“En la base (trabajadora) hay mucho miedo, sobre todo porque hay rumores de que en la carretera (Chilpancingo-Chichihualco) hay gente armada. En los últimos días habido asesinatos y hace poco, unos pasajeros fueron bajados de una urvan que fue incendiada”, comentó a El Sur un representante de los profesores.

El maestro señaló que el año pasado no iniciaron el curso escolar luego de que uno de los grupos delincuenciales ocupó drones, que aventaban explosivos, y provocó que los mismos pobladores dejaran de salir a las calles después del anochecer.

“Varios días estuvimos sin poder llegar. Se suspendió el transporte, se bloqueó la carretera y los que viajábamos diariamente decidimos no ir. Se llegó un acuerdo con los padres, de dar las clases en línea, y de esa manera nos llevamos el año. Fue similar a la contingencia por el Covid-19, donde sólo recibíamos los trabajos por línea”, comentó.

“El secretario de Educación (Marcial Rodríguez Saldaña) sabe de la situación. Desde hace un año le dijimos de las condiciones de inseguridad que vivíamos, pero sólo nos decía que se estaba trabajando por la seguridad. Hoy, de nueva cuenta, hace oídos sordos y ahora nos están obligando a regresar a trabajar a las aulas, porque según hay seguridad, pero realmente sólo es la presencia y las cosas siguen igual”, reclamó el maestro, quien pidió el anonimato.

El pasado 5 de agosto una urvan de la ruta Chilpancingo-Chichihualco fue incendiada por hombres armados, cerca de la comunidad El Palmar, quienes obligaron a los pasajeros a descender de la unidad.

Días antes, entre El Palmar y Atlixtac, fue dejado el cuerpo decapitado de Leonardo “N”, de 47 años, quien era chofer de la ruta Chilpancingo-El Palmar.

El miércoles, al menos dos presuntos sicarios murieron, en un enfrentamiento en el camino de terracería que comunica a Chichihualco con la comunidad El Naranjo, donde está parte de la frontera que controlan Los Tlacos.

La guerra por Chichihualco comenzó en agosto del año pasado, cuando el grupo de Isaac Navarrete Celis, El Señor de la I, aliado con la Familia Michoacana, recuperó su territorio, expulsando al grupo Los Jaleacos, encabezado por Juan Guevara, aliado de Los Tlacos.

A finales de febrero, los grupos de La Familia Michoacana y Los Tlacos hicieron una tregua de no agresión, luego llegaron a un acuerdo de que “se quedarían con los territorios que mantenían, hasta antes de sus enfrentamientos”, según el testimonio de uno de los sacerdotes que participó en el acuerdo de paz.

A mediados de mayo, por lo menos mil integrantes de la Policía Comunitaria de Heliodoro Castillo, brazo armado de Los Tlacos, incursionó en Chichihualco días antes de las elecciones, recuperando una parte del municipio.

Desde esos días, el Ejército, Guardia Nacional y Policía Estatal se encuentran en medio de los dos grupos para evitar enfrentamientos.

“Lo malo es que las autoridades no dan la cara. Aquí los maestros están rifándose la vida, si es que regresamos a las aulas. No es capricho de nosotros no regresar, la verdad queremos darles clases a los niños, pero no hay condiciones de seguridad para nosotros y mucho menos para ellos”, finalizó el profesor.

Texto: Lenin Ocampo Torres