16 agosto,2022 11:23 am

Se deslinda el gobierno de Irán de cualquier vínculo con el agresor del escritor Salman Rushdie

 

Redacción

Tras días de silencio, el lunes Irán negó “categóricamente” cualquier vínculo con el agresor que apuñaló el viernes en Estados Unidos al escritor indio-británico Salman Rushdie, autor de la novela Los versos satánicos, 33 años después de la fetua del ayatola Jomeini condenándolo a muerte.
“Desmentimos categóricamente” cualquier relación entre el agresor e Irán, dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Nasser Kanani. “Nadie tiene derecho de acusar a la República Islámica”,.
Se trata de la primera reacción oficial de Teherán a la agresión contra el autor de 75 años, ocurrida en el anfiteatro de un centro cultural en Chautauqua, en el estado de Nueva York.
“En este ataque, sólo Rushdie y sus partidarios merecen ser culpados e incluso condenados”, subrayó Kanani durante la rueda de prensa en Teherán.
“Insultando los asuntos sagrados del Islam y cruzando las líneas rojas de más de mil 500 millones de musulmanes y de todos los seguidores de las religiones divinas, Salman Rushdie se expuso a la ira y a la rabia de la gente”, añadió en una nota de la agencia AFP.
Hospitalizado con heridas graves tras el ataque, el escritor va mejorando, según sus allegados. Ya no necesita respiración artificial y ha comenzado la recuperación, indicó su agente literario Andrew Wylie en un comunicado enviado a los medios.
“Cólera de millones”

Salman Rushdie, nacido en 1947 en India en una familia de intelectuales musulmanes no practicantes, incendió una parte del mundo musulmán con la publicación en 1988 de Los versos satánicos, novela considerada como blasfema por los más rigoristas, al entender que insultaba al Corán y al profeta Mahoma.
El fundador de la República islámica emitió en 1989 una fetua llamando a matar a Rushdie, que vivió durante años con protección policial.
La fetua contra el escritor nunca fue retirada y en estos años, varios de sus traductores han sufrido ataques, incluido el apuñalamiento mortal a su traductor japonés en 1991.
“La ira mostrada en ese momento (…) no se limitó a Irán y la República Islámica. Millones de personas en países árabes, musulmanes y no musulmanes reaccionaron con cólera” al trabajo de Salman Rushdie, recordó el lunes el portavoz de Asuntos Exteriores de Irán.
Kanani consideró “completamente contradictorio” “condenar la acción del agresor y absolver la acción del que insulta las cosas sagradas e islámicas” al mismo tiempo.
El presunto agresor, Hadi Matar, es un joven estadunidense de origen libanés de 24 años, que ha sido acusado de “intento de asesinato y agresión”. Matar se ha declarado “no culpable” de los cargos.
En Irán, el diario ultraconservador Kayhan elogió a Matar aludiendo a él como “ese hombre valiente y consciente del deber que atacó al apóstata y vicioso Salman Rushdie”.
Javan, otro periódico ultraconservador, escribió el domingo que se trata de un complot de Estados Unidos con la “probable” intención de “propagar la islamofobia en el mundo”.
En Irán se trata de una cuestión delicada. Varias personas entrevistadas por AFP en los últimos días en Teherán se negaron a comentar sobre el ataque a Salman Rushdie, mientras que otros celebraron la agresión.