Texto: DPA/EFE/ Foto tomada de Internet
Estocolmo, Suecia, 28 de abril de 2018. La Academia Sueca volvió a ser sacudida hoy sábado por la renuncia de un nuevo miembro del comité que entrega los Premios Nobel de Literatura, en medio de la crisis generada en las últimas semanas por un escándalo acoso sexual y de corrupción.
La periodista y escritoria Sara Stridsberg renunció a su cargo, informó a través de un comunicado en su sitio web la Academia, que vio reducir su número de miembros activos original de 18 a 10 tras el escándalo.
Tres puntos suspensivos a la entrega del Nobel de Literatura 2018
El pasado miércoles, 25 de abril, la Academia anunció que podría no conceder el Nobel de Literatura este año por el escándalo de filtraciones y supuestos abusos sexuales que ha creado una crisis en la institución con la salida de, hasta entonces, cinco intehrantes, según confirmó el presidente de la Fundación Nobel, Carl-Henrik Heldin, a la televisión pública SVT.
Varias personas del Comité del Nobel de Literatura y la Academia Sueca consideran que el premio no debería fallarse este año y que eso serviría para recuperar la confianza y reparar las heridas, según desveló la emisora pública SR, que citó a fuentes sin identificar de esa institución.
De este modo se otorgarían dos premios de Literatura en 2019, uno correspondiente al año anterior, según una idea que apoya Peter Englund, uno de los miembros que ha abandonado la academia
“Estamos en el medio de una discusión, no voy a decir nada, pero dentro de poco se aclarará qué ocurre con ese punto (la elección del ganador de este año)”, declaró a la emisora el secretario de la Academia Sueca, Anders Olsson, mientras que uno de los integrantes de la academia, Per Wästberg, dijo a la SVT que hasta dentro de un par de semanas no se podrá dar una respuesta definitiva sobre el tema.
El director de la institución, Göran Malmqvist, desmintió en cambio a la edición digital del diario Dagens Nyheter que el premio no se vaya a conceder, y aunque admitió que ha habido una propuesta, la dio por descartada y aseguró que sería “horrible” que ocurriese.
Sin embargo, la decisión sobre el premio deberá ser tomada por todos los miembros de la academia, en la que el cargo principal lo desempeña el secretario permanente.
El Nobel de Literatura ha sido declarado desierto en varias ocasiones y no fue concedido, al igual que los otros, durante las guerras mundiales del siglo pasado, pero nunca por otros motivos.
Un escándalo privado que sale a la luz pública
Aunque el escándalo estalló en noviembre, cuando Dagens Nyheter publicó la denuncia anónima de 18 mujeres por abusos y vejaciones sexuales contra el dramaturgo Jean-Claude Arnault, muy vinculado a la academia a través de su club literario y esposo de una de sus miembros, Katarina Frostenson, no fue, sino hasta el pasado 12 de abril que la Academia se declaró en crisis por la renuncia de 5 de sus miembros.
La academia cortó la relación con Arnault y encargó una auditoría sobre sus relaciones con la institución, pero desacuerdos internos en las medidas a tomar provocaron renuncias, acusaciones y las salidas, entre otros, de la secretaria, Sara Danius, y Frostenson.
La Academia Sueca decidió el pasado jueves 19 de abril publicarla y entregarla a las autoridades, además de anunciar reformas.
El informe descarta que Arnault haya influido en decisiones sobre premios y ayudas, aunque el apoyo económico recibido incumple las reglas de imparcialidad al ser su esposa copropietaria de la sociedad que controla el club; y confirma que la confidencialidad sobre el ganador del Nobel fue violada en varias ocasiones.
Entre los cambios en el funcionamiento de la institución se enmarca la reforma de los estatutos propuesta por el rey Carlos XVI Gustavo, protector de la academia, para permitir la renuncia real de sus miembros, por deseo propio o tras dos años sin participar activamente, y la posibilidad de que sean reemplazados.
Las renuncias son simbólicas y sólo se traducen en no participar en votaciones y actividades, ya que la pertenencia a la institución es de por vida y sólo se eligen nuevos miembros cuando muere alguno.
Las últimas salidas han dejado a la academia con sólo 10 de 18 asientos ocupados, dos menos de los necesarios para elegir nuevos miembros y tomar decisiones, como las relativas al Nobel.
La periodista y escritoria Sara Stridsberg renunció a su cargo, informó a través de un comunicado en su sitio web la Academia, que vio reducir su número de miembros activos original de 18 a 10 tras el escándalo.
Tres puntos suspensivos a la entrega del Nobel de Literatura 2018
El pasado miércoles, 25 de abril, la Academia anunció que podría no conceder el Nobel de Literatura este año por el escándalo de filtraciones y supuestos abusos sexuales que ha creado una crisis en la institución con la salida de, hasta entonces, cinco intehrantes, según confirmó el presidente de la Fundación Nobel, Carl-Henrik Heldin, a la televisión pública SVT.
Varias personas del Comité del Nobel de Literatura y la Academia Sueca consideran que el premio no debería fallarse este año y que eso serviría para recuperar la confianza y reparar las heridas, según desveló la emisora pública SR, que citó a fuentes sin identificar de esa institución.
De este modo se otorgarían dos premios de Literatura en 2019, uno correspondiente al año anterior, según una idea que apoya Peter Englund, uno de los miembros que ha abandonado la academia
“Estamos en el medio de una discusión, no voy a decir nada, pero dentro de poco se aclarará qué ocurre con ese punto (la elección del ganador de este año)”, declaró a la emisora el secretario de la Academia Sueca, Anders Olsson, mientras que uno de los integrantes de la academia, Per Wästberg, dijo a la SVT que hasta dentro de un par de semanas no se podrá dar una respuesta definitiva sobre el tema.
El director de la institución, Göran Malmqvist, desmintió en cambio a la edición digital del diario Dagens Nyheter que el premio no se vaya a conceder, y aunque admitió que ha habido una propuesta, la dio por descartada y aseguró que sería “horrible” que ocurriese.
Sin embargo, la decisión sobre el premio deberá ser tomada por todos los miembros de la academia, en la que el cargo principal lo desempeña el secretario permanente.
El Nobel de Literatura ha sido declarado desierto en varias ocasiones y no fue concedido, al igual que los otros, durante las guerras mundiales del siglo pasado, pero nunca por otros motivos.
Un escándalo privado que sale a la luz pública
Aunque el escándalo estalló en noviembre, cuando Dagens Nyheter publicó la denuncia anónima de 18 mujeres por abusos y vejaciones sexuales contra el dramaturgo Jean-Claude Arnault, muy vinculado a la academia a través de su club literario y esposo de una de sus miembros, Katarina Frostenson, no fue, sino hasta el pasado 12 de abril que la Academia se declaró en crisis por la renuncia de 5 de sus miembros.
La academia cortó la relación con Arnault y encargó una auditoría sobre sus relaciones con la institución, pero desacuerdos internos en las medidas a tomar provocaron renuncias, acusaciones y las salidas, entre otros, de la secretaria, Sara Danius, y Frostenson.
La Academia Sueca decidió el pasado jueves 19 de abril publicarla y entregarla a las autoridades, además de anunciar reformas.
El informe descarta que Arnault haya influido en decisiones sobre premios y ayudas, aunque el apoyo económico recibido incumple las reglas de imparcialidad al ser su esposa copropietaria de la sociedad que controla el club; y confirma que la confidencialidad sobre el ganador del Nobel fue violada en varias ocasiones.
Entre los cambios en el funcionamiento de la institución se enmarca la reforma de los estatutos propuesta por el rey Carlos XVI Gustavo, protector de la academia, para permitir la renuncia real de sus miembros, por deseo propio o tras dos años sin participar activamente, y la posibilidad de que sean reemplazados.
Las renuncias son simbólicas y sólo se traducen en no participar en votaciones y actividades, ya que la pertenencia a la institución es de por vida y sólo se eligen nuevos miembros cuando muere alguno.
Las últimas salidas han dejado a la academia con sólo 10 de 18 asientos ocupados, dos menos de los necesarios para elegir nuevos miembros y tomar decisiones, como las relativas al Nobel.