5 diciembre,2017 7:54 am

Se inaugura exposición de Tim Burton en Ciudad de México; los boletos, desde 340 y sólo por internet

Ciudad de México, 5 de diciembre de 2017. Diego González no despega los ojos de la laptop. Ni siquiera cuando conversa, su mirada se cruza con la del otro. Está concentrado en responder correos o revisar archivos. Es el director de la exposición El mundo de Tim Burton, que se inaugura este 5 de diciembre en el Museo Franz Mayer de la Ciudad de México.

Días antes de que ello suceda, se puede observar a la entrada del museo un reloj cuya circunferencia tiene forma de telaraña, mientras que unas alas de murciélago funcionan como manecillas. Fue instalado a fines de julio para llevar la cuenta regresiva de la apertura de la muestra.

Bajo la presión de ese reloj con tiempo finito, Diego, sentado frente a su laptop instalada en una mesa de la cafetería del museo, trabaja sin descanso y sin levantar la vista de la pantalla. Así, concentrado en otras cosas, es como rememora:

“Mi primer acercamiento a la obra de Tim Burton fue en la década de los noventa, cuando vi El extraño mundo de Jack. Me encantó. Fue la primera película que vi donde el mensaje era que ser raro está bien y que está bien no encajar. Muchos no encajamos, muchos nos sentimos raros”.

Alto, pelirrojo, joven. La tez excesivamente blanca de Diego contrasta con su atuendo de riguroso negro, tal como ocurre con los personajes de Tim Burton: el director y productor cinematográfico que en los últimos años de la década de los ochenta estableció un estilo propio para retratar la rareza. Tras una juventud dedicada a los cortos de animación –entre los cuales destaca Frankenweenie, narrado por Vincent Price– y después de incursionar como director de un episodio de la serie ochentera Alfred Hitchcock presenta, Tim Burton inició una carrera cinematográfica en la que los desadaptados, los estrafalarios, los seres ojerosos o los monstruos llevan la voz principal. Si no hay freaks, entonces no es un largometraje de Burton.

 

Burton, el culto

Su obra ha derivado en un culto profesado por un sinnúmero de fans alrededor del mundo. Un culto muy apartado de la crítica cinematográfica, que ha reconocido las películas Ed Wood, Big Fish y El extraño mundo de Jack (dirigida por Henry Selick); ha destrozado El planeta de los simios y ha tratado con tibieza el resto de la obra de Burton.

Pero es justamente por ese culto, por la burtonmanía, que una exposición como la que se presenta este 5 de diciembre en el Franz Mayer es posible. “Tim Burton es un creador, un artista único –dice Diego González–. Tiene una imaginación desbordada. Sus personajes son inconfundibles. Eso es lo que distingue a los artistas: cuando observas una pieza y enseguida sabes quién la realizó. Además, tenemos la ventaja de que se trata de un artista vivo, por lo que el montaje de esta exposición no revela el punto de vista del curador, sino el del creador. Tim es quien da la última palabra de cómo deberá quedar el montaje”.

Diego González cuenta que desde 2014 tenía la intención de traer a México El mundo de Tim Burton, después de que prestigiosas instituciones como el MoMA de Nueva York, el Museo de Arte de Los Ángeles, el Museo Karel Zeman de Praga, el Museo Mori de Japón o La Cinémathèque Française, de París, entre otros espacios, habían albergado esta muestra. González, quien se ha desempeñado como promotor de conciertos, tuvo su primer contacto con Tim Burton a través del compositor Danny Elfman, el músico de cabecera de todas las cintas de Burton, quien el 31 de octubre ofreció un concierto en Ciudad de México, promovido a través de González.

Fue por Danny que pude entablar comunicación con Tim Burton para traer la muestra. México es un país por el cual (el director) siente afecto. Se siente atraído por las festividades de Muertos y lo que éstas representan. Así que aceptó”.

 

Burton, su servilleta

González destaca que, desde 2009, cuando se inauguró la primera exhibición de Burton en el MoMA, nunca se ha presentado una exposición igual que la otra. Si bien todas están integradas por pinturas, esculturas, bocetos y objetos del director cinematográfico, las piezas varían según el país donde se expongan.

En México, por ejemplo, se exhibirá un corto que Burton realizó en su adolescencia, y habrá toda una sección dedicada a las servilletas sobre las cuales hizo algunos dibujos durante su visita a México en el Festival de Cine de Guanajuato, hace 10 años. Las servilletas han sido un tema. Porque, explica González, Burton dibuja de manera obsesiva y su colección de “servilletas intervenidas” es enorme, lo cual ha representado un trabajo arduo para la curadora Jenny He, encargada de reunir y seleccionar aquellas que se presentarán exclusivamente en México.

“Como Burton siempre está ocupado, simplemente llevó a Jenny a su casa, le indicó dónde estaban archivadas las servilletas y le dijo que quizá podría encontrar algo de su interés… entre miles de servilletas”.

Nueve son las secciones en las cuales se dividirá la exposición que abarcará desde storyboards, bocetos, maquetas y marionetas de las películas de Burton, hasta ilustraciones con un carácter más íntimo, fotografías tomadas con cámara Polaroid, series dedicadas a su obsesión con los  payasos, obras inspiradas en festividades y materiales provenientes de proyectos que fueron cancelados. “Hay cosas que ocurren en la mente de Burton que son imposibles de concretar en la realidad”, dice González.

 

Burton, un negocio

 La exposición El mundo de Tim Burton estará abierta al público del 5 de diciembre de 2017 al 8 de abril de 2018. Será acompañada de una serie de actividades que incluyen proyecciones de sus películas, una masterclass impartida por el director, una exhibición en Paseo de la Reforma de esculturas basadas en los personajes de Burton e intervenidas por artistas mexicanos, y un encuentro entre Burton y los 500 fans que hayan adquirido el libro El arte de Tim Burton, de Leah Gallo, a través del sitio oficial de la exposición.

A pocos días de que se inaugure la exhibición, Diego González revela: “Al final, sólo quedará esperar que sea Tim Burton quien brinde su visto bueno del montaje. Nada se inaugura sin que él haya recorrido previamente la muestra y otorgue su aprobación”. A González no le queda duda de que la exposición será un éxito. Se tiene calculado que el Franz Meyer recibirá 3 mil visitantes al día, durante cuatro meses. Y para asegurar un lugar, se deben de adquirir las entradas a través del sitio oficial (timburton.mx). Sólo se venderán 300 mil boletos… y la venta inició desde agosto. La entrada individual es de 340 pesos, pero si se adquiere a través de un paquete que incluye dos libros, asciende hasta 3 mil.

“Yo recomendaría que, quienes deseen asistir, se apuren a comprar su boleto, porque las ventas van muy bien”, exclama González. En el mundo material, los desadaptados y los raros que no tengan dinero para adquirir sus boletos o no tengan tiempo para aisstir, se quedarán al margen. Siempre al margen. Como personaje de Burton.

 

Nota: Tatiana Maillard/ Foto: Galos Cañas, Cuartoscuro