Acapulco, Guerrero, 28 de marzo de 2023. En la Montaña baja de Guerrero comenzó la preparación física y espiritual de los luchadores que vestidos de hombres jaguar escenificarán el ritual de petición de lluvias en mayo.
En el pueblo nahua de Zitlala, el ritual conocido como Atsatsilistli tiene un significado profundo para los participantes más allá de las peleas cuerpo a cuerpo.
Arnulfo Tecruceño Valle, que representará como capitán al barrio de la Cabecera en esta edición, explica que el ritual que se aproxima es brindado a sus dioses prehispánicos que representan a los cuatro elementos de la vida: agua, fuego, tierra y aire.
Se realiza, añade, cada año por los pobladores nahuas y el combate representa la culminación del proceso de ritualidad siguiendo el calendario agrícola de sus antepasados.
“Es un legado cultural y se tiene que cumplir la manifestación”, dijo Tecruceño Valle, con estudios en antropología social.
Precisa que no son sólo peleas sino un ofrecimiento de fuerza, sudor y sangre por medio de golpes.
Cada peleador, indica, debe portar los elementos sagrados al momento de realizar el ritual: la máscara de cuero curtido, el mazo o cuarta de reata de lazar y una indumentaria de jaguar que puede ser color amarillo, verde o negro.
Detalla que los colores también tienen significado. El traje de color amarillo simboliza el sol, la sequía y la hambruna; el verde la fertilidad, mientras que el negro representa al inframundo. Los trajes tienen en sus costados figuras negras que simbolizan la milpa.
Los tecuanis, de acuerdo con el peleador, consideran el ayuno una parte de su preparación espiritual. Desde este momento han dejado de ingerir bebidas alcohólicas y algunos optan por abstenerse de tener relaciones sexuales.
La preparación física consiste en tener una alimentación saludable, entrenamiento para la resistencia física y los trabajos en el campo.
“Con este ritual el aire atrae a las nubes que nos brindan la lluvia, ésta cae en la tierra y fertiliza las semillas de maíz para que haya buenas cosechas como el maíz que es nuestro principal alimento”, comenta Arnulfo Tecruceño.
“La representatividad espiritual del ritual dice que entre más sangre de los peleadores habrá más agua, es decir, entre más lluvia caiga en la tierra, mejores cosechas de maíz tendremos”.
En la Montaña baja desde el 25 de abril al 5 de mayo también se llevan a cabo rituales propiciatorios de lluvias en Pochahuizco, municipio de Zitlala; Acatlán, municipio de Chilapa así como en pueblos de Mártir de Cuilapan como La Esperanza.
Texto y foto: Luis Daniel Nava
