10 noviembre,2023 9:40 am

Se refugiaron en los cuartos hechos con Peña Nieto, relatan vecinos de La Libertad

 

Durante el gobierno del priista se impulsó el programa Un Cuarto Más, que es una habitación de cuatro por cuatro metros de dos metros de altura, con paredes de tabicón, una puerta y una ventana

 

Acapulco, Guerrero, 10 de noviembre de 2023. Vecinos de la colonia La Libertad parte alta se refugiaron en los cuartos que construyó el gobierno federal en el sexenio del priista Enrique Peña Nieto, como parte de las reconstrucciones que hizo la federación por la tormenta Manuel.

Para llegar a la parte alta de esta colonia, se toma una camioneta sobre la avenida Lázaro Cárdenas, el pasaje que antes era de 10 pesos ahora está en 15 pesos.

El acceso a la colonia está pavimentado, pero en algunas partes el concreto estaba quebrado y la fuerza del agua lo levantó, por lo que algunos tramos de la calle Emiliano Zapata son accidentados.

Durante el gobierno de Peña Nieto, el gobierno federal impulsó el programa Un Cuarto Más, el cual es una habitación de cuatro por cuatro metros de dos metros de altura, las paredes son de tabicones y el techo de azotea, tiene una puerta y una ventana.

Las experiencias de los vecinos son similares, en medio del huracán, cuando el viento voló los techos de sus casas, buscaron refugio en las pequeñas habitaciones de concreto, las casas se movían y pensaron que también las volaría el viento, pero afortunadamente resistieron las dos horas del huracán.

Los vecinos indicaron que por las paredes de esas casas, cada vez que llueve se trasmina el agua, pero fueron su único refugió contra el viento.

En la parte alta, en el límite de la zona habitada y el bosque del cerro, está la casa de la señora Juana Díaz Merino, originaria de Petatlán, municipio de Atlixtac, vive en Acapulco desde hace un año, su hijo compró la casa en 60 mil pesos y se vinieron a vivir al puerto.

Los vientos del huracán Otis volaron el techo de la casa de dos habitaciones y un corredor, y derribó una pared. Todas sus cosas se mojaron, sus colchones, su ropa, su televisión y por eso duermen en petates.

Juana Díaz contó que vio en las noticias que venía el huracán y se fue a la casa de su hija Josefina Félix Díaz, quien vive unos 30 escalones abajo, pues tuvo miedo y se refugiaron en la habitación de Un Cuarto Más. Ahí permanecieron durante el huracán y la madrugada, cuando amaneció vieron el desastre.

En el caso Carlos Daniel Félix, tenía una casa de adobe. Primero el viento se llevó el techo que era de lámina galvanizada, después el viento y la lluvia carcomieron las paredes, sólo quedaron cimientos. Son una familia numerosa, de 18 personas y todos se refugiaron en el cuartito de 4 por 4 metros, durante el huracán estuvieron de pie toda la madrugada.

María Angélica Caudillo Hernández también vivió una situación similar. Estaba sola en su casa, con sus dos hijos, la habitación de Un Cuarto Más es el cuarto de su hija, pero cuando el viento les voló las láminas, se refugiaron en esa habitación y no salieron hasta el día siguiente.

Las vecinas Isaías Cortés Bibiano, Jania Salinas y Rocío Salinas se refugiaron también en un cuartito, siete personas, tres adultos y cuatro menores. El cuarto se movía y las paredes se humedecieron.

Agua

Los vecinos de la parte alta de la colonia La Libertad se abastecen agua de un manantial con mangueras, es el único servicio que tienen, la energía eléctrica es inestable, “hay por ratitos”. A veces en el día, otras ocasiones por la noche, coincidieron los vecinos.

 

Sin trabajo

En la colonia La Libertad, la vecina Ofelia Hernández Mena, que se dedica a hacer empanadas de arroz, de camote y plátano, desde el huracán no ha salido a vender, primero por estar ocupada en recuperar las láminas de su casa, porque vive con su mamá María Mena Casimiro que tiene 100 años y la sacaron a rastras de la casa, donde el viento voló las láminas para refugiarse en el cuartito de 4×4 que les construyó el gobierno federal, ahí se encerraron ocho personas.

El vecino Víctor Manuel Carrillo contó que él se dedica a la venta de mariscos en playa Icacos y por el huracán no ha salido a trabajar.

Su casa es de un nivel, las ventanas tienen herrería y cortinas. No ha colocado vidrios y el aire “entraba recio” en la casa, por lo que él, su esposa y su hijo, se refugiaron en un cuartito hasta que pasó el huracán.

Se mojaron los sillones de su casa, todavía los tiene al sol, en espera de que se sequen. El tinaco del baño el viento se lo llevó y también un techado de herrería que tenía afuera de su casa para protegerse del sol.

Los dos vecinos coincidieron en que se mantienen con las despensas que les han regalado, pero para conseguirlas tienen que salir hasta la avenida Lázaro Cárdenas, porque la ayuda no llega a las partes altas.

 

Texto y fotos : Daniel Velázquez