20 abril,2022 4:24 am

Seguirá el nuevo obispo de Chilpancingo el diálogo con el crimen organizado

En su presentación ante los medios, José de Jesús González Hernández dice que conseguir la paz en el estado es uno de sus desafíos. También buscará la reconciliación con el gobierno de Evelyn Salgado, que no envió representante visible a la toma de posesión. Su antecesor Salvador Rangel asegura que los narcos están de acuerdo en “reconstruir Guerrero”. Propone una ley de amnistía y afirma que sabe que López Obrador y su esposa estarían de acuerdo

Chilpancingo, Guerrero, 20 de abril de 2022. Reconciliación con las autoridades estatales, incluso “pedir disculpas si les herimos de parte de la Iglesia” católica, y mantener el diálogo con el crimen organizado como  labor de pacificación, planteó ayer el nuevo obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández.

El prelado ofreció una conferencia de prensa acompañado por el ahora obispo emérito Salvador Rangel Mendoza, quien a su vez dijo que a él le gustaría que continuara el diálogo con las autoridades y con el crimen organizado, y se propuso como intermediario, además de que reiteró su propuesta de amnistiar a integrantes de la delincuencia organizada.

A pregunta expresa, González Hernández declaró también que pedirá a los pueblos indígenas que “lo adopten”, y anunció que va a trabajar con ellos en un proyecto para una iglesia autóctona.

Informó que viene a trabajar con una actitud humilde, y pidió: “me pueden llamar Chuy, fray Chuy u obispo Chuy”.

Dijo que, al igual que Rangel Mendoza, estuvo en Tierra Santa cuando había guerra, y que como él, perdió el miedo: aquí no hay guerra, pero hay armas, y uno de los desafíos es la paz.

La conferencia de prensa se realizó en las instalaciones de la Curia Diocesana, donde el nuevo obispo llegó acompañado de Rangel Mendoza, de quien dijo que coincidió con él en Tierra Santa.

“De allá viene nuestra amistad y el trabajo de continuidad. Dios nos concedió esa gracia en medio de dificultades, en medio de guerras. Aquí no estamos en guerra pero también hay armas y también hay quienes asustan en los caminos, y sí, nos asustamos pero ya no tanto, no nos hemos enfermado ni del azúcar”, dijo sonriendo.

Declaró que viene con una actitud de servicio, “con carisma de franciscano, el mío espero no se me haya acabado”.

Contó que el Papa Francisco le pidió que sea sencillo y que con esa actitud viene a esta “grande diócesis y de grandes desafíos. A mí me pueden decir simplemente Chuy, fray Chuy, padre Chuy u obispo Chuy”. Aunque aclaró que entre los indígenas le dicen Tata.

Para el nuevo obispo el más grande desafío en su diócesis es lograr la paz, pero que “si no hay paz en el corazón no hay en ningún otro ambiente”.

Otro de sus desafíos es “sumarme a todos los que trabajan, a los que buscan el progreso de los pueblos, sobre todo de los marginados, de los indígenas, de los que no alcanzan a ir a los centros de salud, de los que no alcanzan a ir a la escuela, de los que no tienen trabajo y que lo hemos abandonado”.

Se pronunció por apoyar a los campesinos y anunció que va a bendecir muchas siembras, muchas semillas “que nos van a dar el pan de cada día”.

Contó además que en su oración de todas las misas es para que las autoridades no se corrompan, “porque los pueblos les han encomendado el bien de todos, principalmente por los más pobres”.

También pide porque no se enriquezcan “unos poquitos”.

Declaró que en esa actitud seguirá aquí hasta donde llegue “o me dejen llegar, porque andamos en campos minados”.

Al respecto contó que siempre se presenta (al crimen organizado) y les dice: “Voy a andar con esta barbita; este voy a ser yo para que no me vayan a venadear, o si me van a venadear, no me vayan a confundir con otros, ¿verdad?”.

Por el diálogo con el gobierno

Dijo que admira a los indígenas porque le han enseñado a pedir perdón a la tierra “por tantos descalabros que le hemos hecho”, también a pedirle a la tierra “que no se vaya a vengar de nosotros”.

Añadió que se une a todos los que están sanando al planeta, y que, en su caso, empezó por lo pronto,  a no tirar chicle o basura a la tierra, “no la junto pero por lo menos no la tiro y así me uno a todos aquellos que están limpiando el planeta”.

A pregunta expresa, adelantó que buscará la reconciliación con el gobierno, “porque el diálogo es verdad, en el diálogo no siempre se gana en la primera, como ya lo sabemos cuándo perdemos con un amigo, con un ser querido cuando se rompe el diálogo y, a veces, hay mucho tiempo sin perdonarnos, sin dirigirnos la palabra”.

En su caso, adelantó que para reiniciar el diálogo entre la iglesia y las instancias del gobierno, pedirá una disculpa “si les herimos de parte de la iglesia, porque no conviene estar distantes, por el pueblo necesitamos estar unidos, si no como vamos a poder remediar los males.

“Sí da miedo” el crimen organizado

Declaró que reanudar el diálogo con las autoridades implica “disculparnos y reconciliarnos, porque el diálogo es para hacer amigos, y si aquí todavía no hemos logrado llegar a ser amigos, entonces alguno tiene que decir perdón, y qué mejor que sea la iglesia porque es lo que predicamos, el perdón”.

El nuevo obispo declaró que también va a continuar el diálogo con los grupos delictivos; “ciertamente el cuerpo humano a veces se asusta porque traen armas y esas armas tienen balas y hacen agujeros y la gente se muere, entonces sí da miedo, pero hay que vencerlo o tratar de que el cuerpo no se vaya a asustar mucho”.

Aunque reconoció que a veces no es posible dialogar con esa gente “porque algunos están drogados y ya no se puede dialogar tan fácilmente, o el diálogo no funciona”.

Reconoció que “estamos ante una crisis grande y a veces ya no hay posibilidades de diálogo”.

Pero dijo que el obispo Salvador Rangel ya lo ha hecho “y yo aprendería en este caso. Yo me arrimo a los que ya estén dialogando”.

Apoya que haya sacerdotes y un obispo indígenas

Con respecto a su opinión de los pueblos indígenas, el nuevo obispo José de Jesús Hernández, dijo que les pedirá que si lo “adoptan”, porque siendo güero y barboncito pudiera parecerles un conquistador “a la manera de que se les quedó grabado hace muchos años”.

Anunció que tiene un proyecto con los pueblos indígenas y que se trata de la instauración de las iglesias autóctonas, en las que ya nada más les hace falta que esté un obispo y sacerdotes porque todos son religiosos allí.

Aunque reconoció que son pocas las iglesias en México que ya tienen clero nativo y obispos indígenas  que hablan su lengua o que sea originarios.

Habló de la necesidad de que en la iglesia haya más sacerdotes originarios.

“Me gustaría que (los indígenas) me enseñaran a caminar con ellos, para que un día resurjan las iglesias autóctonas. Yo si quisiera estar con ellos, que me sientan parte de ellos y que lleguemos a valorar lo que ellos hacen”.

Los narcos están de acuerdo en “reconstruir Guerrero”, dice el obispo Salvador Rangel

Presente en la primera conferencia de prensa de su sucesor José de Jesús González Hernández, un reportero preguntó al ahora obispo emérito Salvador Rangel si mediaría para acercarlo a grupos del crimen organizado,  y respondió que “en lo personal sí me gustaría que continuara este diálogo, ya sea con estos señores del narcotráfico o delincuentes, como con el gobierno, el diálogo siempre ayuda, siempre es positivo”.

Respondió que estaba esperando la llegada del nuevo obispo para pedirle su opinión si quería dialogar con “estas personas”, porque están de acuerdo en “reconstruir Guerrero”, y agregó que se tiene que ayudar a que la gente viva bien.

“Entonces si monseñor Jesús desea dialogar con estos personajes yo creo que podemos intentar, si él me lo pide podemos dialogar con ellos porque para mí es muy importante”.

Argumentó que ellos tienen su verdad o sus problemas. “Yo pudiera decir que se hicieron delincuentes, asesinos, lo que ustedes quieran, pero en cierta manera tienen razón, entonces hay que escuchar la otra opinión, las razones que ellos han tenido, así es como en algunos lugares hemos logrado pacificar y salvar muchas vidas”.

Añadió que ojalá se dé el diálogo también con el gobierno.

Sin embargo añadió que no quiere hablar mucho de eso pero que cree que “esos señores (los delincuentes) como al gobierno, les conviene que estemos callados”.

“Incluso, ustedes, como medios de comunicación, entre menos digan cosas son más simpáticos, a ustedes les consta que en México han asesinado a periodistas y en Guerrero los han asesinado por hablar, entonces yo me pongo en sus zapatos”.

Argumentó que cuando él ha hablado “cosas que no convienen a los políticos o a los narcotraficantes, es cuando se me han echado encima, pero yo creo que lo peor que pudiéramos hacer, tanto ustedes como nosotros, es quedarnos callados”.

También a pregunta expresa, Rangel Mendoza volvió a manifestarse a favor de una ley de amnistía para los narcotraficantes.

“Yo sé que en Guerrero se pudiera lograr algo, porque yo digo que si el crimen es violento, en Guerrero no es tan violento, no es tan cruel, hay gente que puede entender”.

Argumentó que se le hace curioso que muchos delincuentes tengan a sus hijos estudiando en Inglaterra, en Francia o en Estados Unidos, “entonces tienen otra mentalidad. Yo sí abogo porque haya una amnistía, pero que también se vea con qué grupos, poner candados”.

Insistió que eso llevaría a la pacificación y que aunque pocas veces ha hablado con el presidente Andrés Manuel López Obrador y con su esposa, Beatriz Gutiérez Müller, sabe que ellos están convencidos de esto.

“Yo estoy de acuerdo en que se dé esa amnistía pero bien aplicada y bien entendida”, porque incluso uno de los narcotraficantes le decía que ya está muy cansado de esa vida.

Reciben cientos al nuevo obispo en la capital y caminan con él hacia su toma de posesión

Cientos de feligreses con bandas de música de viento, danzantes autóctonos y populares, recibieron la tarde de ayer, en un ambiente festivo, al nuevo obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, quien, al menos en la primera jornada de sus actividades públicas en Chilpancingo, no fue recibido oficialmente por autoridades del gobierno del estado.

A las 5 de la tarde, los feligreses, encabezados por el ahora obispo emérito, Salvador Rangel Mendoza, lo recibieron en el monumento de la Estela de Luz Bicentenario de donde caminaron con él a la plaza Primer Congreso de Anáhuac.

Posteriormente, el representante de la Nunciatura Apostólica de México, Roberto Luquini y los obispos entrante y saliente encabezaron en la parroquia La Asunción de María la toma de posesión canónica.

Durante la marcha, los feligreses con banderines amarillos con la leyenda “Eucaristía del amor”, coreaban la consigna: “José de Jesús, amigo, el pueblo está contigo”, mientras que el obispo entrante González Hernández y el saliente Rangel Mendoza repartían saludos con las manos extendidas a la gente que les aplaudía o los saludaba desde la banqueta, ventanas y puertas.

En la recepción participaron entre 300 y 400 personas, aunque al llegar a la plaza Primer Congreso de Anáhuac los esperaban otras 300 que se sumaron al recibimiento.

Al llegar al zócalo recibieron al nuevo obispo el presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Raymundo Casarrubias Vázquez, la presidenta municipal, Norma Ortilia Hernández Martínez, el ex diputado local por Morena y subsecretario de Educación, Ricardo Castillo Peña, así como el ex alcalde Marco Antonio Leyva Mena.

También se vio entre el público las magistradas Norma Leticia Méndez Abarca y María Elena Medina Hernández.

En el presídium solamente estuvieron la alcaldesa y el presidente del TSJ. Fue anunciado un representante del gobierno del estado, pero no mencionaron su nombre y la persona que se levantó para saludar, minutos después abandonó el estrado.

Estuvieron también el representante de la Nunciatura Apostólica de México Roberto Luquini y el obispo emérito, Alejo Zavala Castro, quien hace siete años entregó la diócesis a Salvador Rangel Mendoza. Igual entre el público estaba Roberto Castro Castro, obispo de Cuernavaca.

La bienvenida del obispo Rangel

“Bienaventurados los pies de los que anuncian la paz”, le dijo al darle la bienvenida en el zócalo el obispo emérito Salvador Rangel a nuevo obispo González Hernández.

Agregó; “Te queremos decir que no te vamos a recibir a ti, si no tú vas a recibir a toda esta familia, recíbenos a todos nosotros, que queremos trabajar por la unidad, por el dialogo y sobre todo, todos buscamos el bien común, cada uno desde nuestras trincheras; desde la política, desde la acción social, desde la iglesia podemos hacer mucho por Guerrero y por esta diócesis de Chilpancingo-Chilapa”, le dijo.

El obispo saliente agregó que Guerrero es un “gran estado”, y que posiblemente no pinte mucho a nivel nacional e internacional “pero de aquí han salido grandes héroes y grande hombres. Guerrero fue el primer lugar donde estuvo la cultura olmeca y no la han valorado los guerrerenses”.

Expresó que Guerrero es un gran estado por su espíritu religioso, por sus tradiciones y danzas; “Guerrero tiene algo muy especial y muy particular, tú también te vas a enamorar de estas gentes”.

Le presumió la cuestión gastronómica y la turística, pero sobre todo, “tiene ese gran espíritu de lucha y de esfuerzo”.

Reiteró que con el obispo González Hernández se conocieron en Tierra Santa, “por allá nos tocó la intifada, las bombas, las minas personales, los ataques de helicópteros en Israel, entonces ya venimos curados de espanto”.

También le dio la bienvenida a nombre de las autoridades municipales la presidenta municipal Hernández Martínez, quien después de la recepción  pública invitó al nuevo obispo y al resto de personalidades que lo recibieron, a una recepción privada con el cabildo al interior del Palacio Municipal.

La toma de posesión

Posteriormente se trasladaron acompañados por la mayoría de los feligreses a la parroquia la Asunción de María, en donde el nuevo obispo se dirigió primero a la capilla del Santísimo Sacramento, “por la primicia que tiene Cristo Redentor, de quien procede toda Santidad”, explicó el presentador.

Ahí González Hernández oró durante unos cinco minutos, todavía ataviado con sus cadenas de cempaxúchitl que le colgaron al cuello los feligreses durante la recepción.

En un segundo momento expresó el juramento de fidelidad, respecto a los deberes particulares inherentes a la función episcopal por asumir.

“Acepto y retengo firmemente todas y cada una de las cosas sobre la doctrina de la fe y me adhiero en religioso obsequio en voluntad y entendimiento”, y manifestó su compromiso de fidelidad a las “obligaciones del ministerio”.

Al final firmó los documentos oficiales, que son “las letras apostólicas” enviadas desde la Santa Sede mediante las cuales se nombra de manera oficial al nuevo obispo.

La ceremonia de la toma de posesión canónica estuvo encabezada por el encargado de la Nunciatura Apostólica de México, Roberto Luquin, quien leyó dichos documentos, y González Hernández quedó oficialmente nombrado pastor propio de esta Iglesia particular.

Obispos y sacerdotes que acompañaron al recién nombrado obispo se reunieron posteriormente a puerta cerrada en las oficinas adjuntas de la catedral.

Su trayectoria

González Hernández fue nombrado obispo de la diócesis Chilpancingo Chilapa el 11 de febrero por el papa Francisco, luego de que desde abril del año pasado Rangel Mendoza solicitó su jubilación por su mayoría de edad al cumplir 75 años.

Se desempeñaba como obispo desde el 25 de mayo del 2010 en El Nayar, estado de Nayarit.

Nació el 25 de diciembre de 1964 en Etzatlán, Jalisco; fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1994, pertenece a la orden de los Frailes Menores Franciscanos, igual que el obispo en retiro Rangel Mendoza y ha ocupado cargos en México, Tierra Santa, Suecia, Bélgica y Mozambique.

Fue responsable de la Dimensión Pastoral Indígena de la CEM y miembro de la Congregación para Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.

Su biografía menciona que cursó estudios de humanidades en su tierra natal y que estudió filosofía en Zapopan, Jalisco y que “enviado por sus superiores”, realizó sus estudios teológicos en el Seminario Franciscano Internacional de Jerusalén (Israel).

De 1994 a 1997 fue pastor de la Misión de Huazamota, Durango; de 1997 hasta 2000, fue Guardián y Pastor de la Misión de Santa María en Jalisco, donde fue director de la Escuela para niños indígenas durante dos años.

Del 2006 al 2010, estuvo en Mozambique, como rector y párroco de la Iglesia Catedral de Inhambane.

Texto: Zacarías Cervantes / Foto: Jessica Torres Barrera