
Chilpancingo, Guerrero, 20 de enero de 2025. Tras 10 días de que la mujer indígena, víctima de tentativa de feminicidio, Cristina Aurelia López fue aceptada en el Hospital del IMSS Bienestar en Ometepec, donde inicialmente le negaron el acceso por la gravedad de sus heridas, sigue esperando una operación para salvar su mano derecha que estuvo a punto de ser desprendida en un ataque de su consuegro, el pasado 6 de enero.
En denuncia telefónica familiares recriminaron que debido a negligencia del personal administrativo del hospital público, el cirujano ortopédico que labora los fines de semana, el único capacitado para hacer esta operación, no pudo hacerla en sus días de servicio el pasado fin de semana o el antepasado.
Exigieron que la dirección del hospital consiga hoy mismo al especialista que pueda unir los huesos de la mano, de lo contrario se incrementa el riesgo de que la víctima termine discapacitada.
Acusaron de negligencia a las autoridades porque no hicieron su trabajo ni consideraron la condición de víctima de la paciente.
De acuerdo con sus observaciones, los fines de semana y en las noches los pacientes internados no reciben atención, la prioridad son los que ingresan al área de Urgencias.
Pero en Urgencias tampoco reciben todos los servicios. De acuerdo con la denuncia, la noche del ataque Cristina fue llevada al hospital de Xochistlahuaca, donde la estabilizaron y le recomendaron llevarla a hospital general Ometepec para que le aplicaran sangre y le hicieran una tomografía, donde no la recibieron.
Esa noche sólo la aceptaron en un hospital particular y regresaron al servicio público del IMSS Bienestar porque no tiene dinero para pagar la atención privada.
Ayer sus familiares indicaron que el sábado 11 de enero Cristina iba a ser operada, pero el hospital se negó a prestarle una bolsa de sangre.
La cirugía se volvió a programar para este sábado 18 pero vieron que las horas pasaban y no había ninguna preparación, y cuando preguntaron los médicos comenzaron a lanzarse la responsabilidad del retraso.
El especialista decía que sí la operaba pero no tenía los documentos de valoración y referencia, y en otra área encargada de los documentos, señalaron que no hubo donadores de sangre, lo cual era falso.
Cuando finalmente se aclaró que los donadores fueron desde el martes y se realizó la transfusión de sangre a Cristina para llevarla a quirófano, llegó un accidente a Urgencias.
A las 6 de la tarde el cirujano se disculpó con Cristina por no poder hacer la operación. Le dijo que le tocaría a otro médico en la semana.
“Nosotros no tenemos recursos para operarla en un particular, y ya se perdió tiempo porque no había un diagnóstico”, recriminaron.
Los familiares denunciaron además que compran todos los insumos y medicamentos que requiere su paciente, desde sueros, porque no hay en el hospital.
Además tienen los gastos de estancia de ellos, que se quedan a veces sin comer para tener dinero que ocupan para lo que pidan los médicos.
Insistieron en el riesgo de que por el tiempo de no atención, “ya no podría agarrar pesado, ni hacer tortillas, la van a dejar como incapacitada, cuando quieran unir el hueso podría estar deshecho por el tiempo transcurrido desde el ataque”.
Precisaron que aún no hablan con la directora del hospital porque no estuvo el domingo, pero advirtieron que primero le negaron la atención a una víctima de intento de feminicidio, y como usuaria, siguen violentando sus derechos humanos.
Texto: Lourdes Chávez