Ciudad de México, 22 de agosto de 2023. Con una reducción en el presupuesto de más de 42.7 por ciento real desde 2018, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) tiene la obligación desde evitar la siembra de granos genéticamente modificados, hasta vigilar el control de plagas y bacterias cada vez más resistentes y localizadas en nuevas zonas por efecto del cambio climático.
David Soriano, titular de la Dirección General de Inocuidad Agroalimentaria, Acuícola y Pesquera del Senasica, reconoció que mientras que en 2018 se contaba con un presupuesto de 6 mil 882 millones de pesos, actualmente se ubica en 5 mil 42 millones, a lo que hay que tomar en cuenta los efectos de la inflación.
“En economía sí ha habido una reducción presupuestal en términos nominales y reales de entre 26 y 42 por ciento”, detalló Soriano en conferencia.
Con todo y la reducción presupuestal, el funcionario dijo que el organismo dependiente de la Secretaría Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) sigue cumpliendo con el trabajo encomendado.
Actualmente, el Senasica cuenta con cerca de 2 mil inspectores en puertos, aeropuertos y fronteras, que buscan evitar el ingreso de potenciales riesgos a la salud agropecuaria del país.
“Si tuviéramos un mayor presupuesto podríamos tener un mayor número de inspectores, mayor número de acciones en ciertos programas, que podrían abarcar una mayor zona,
“Si no tuviéramos esa reducción y un mayor presupuesto tendríamos un mayor número de acciones de vigilancia, mayores puntos de control y probablemente identificar estas posibles entradas de plagas o enfermedades”, consideró Soriano.
Insisten respetar ciencia y marco internacional
Tanto para el sector privado como para funcionarios de sanidad e inocuidad es necesario basar en ciencia las conclusiones que orienten la política comercial del maíz y otros productos agroalimentarios.
Mario Puente, vicepresidente de sanidad e inocuidad del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), consideró que en general la legislación y políticas comerciales deben apoyarse en evidencia científica, pues México al ser el séptimo productor y exportador de alimentos debe orientarse a un marco internacional.
“Otro tema relevante es que las leyes que se generan tengan un respeto por la parte técnica-científica donde más allá tener ideas diferentes, se tienen que tener datos para debatir y cambiar la ciencia.
“El otro factor que es importante son los principios internacionales, como país estamos inmersos en tratados comerciales, en organizaciones internacionales que generan ciertos principios de bases científicas, transparencia, cooperación, y que eso pueda ser reflejado en las leyes nacionales es importante”, dijo el vocero del CNA.
Por su parte, David Soriano afirmó que la ciencia debe ser el eje rector de la evidencia que se exponga en el caso de la actual controversia sobre el maíz genéticamente modificado.
“Esa información que se presente desde el gobierno federal deberá tener ese sustento científico y técnico que esperamos que se presente”, dijo el funcionario.
Cabe recordar que desde 2013, en México está restringida la siembra de maíz genéticamente modificado, un rubro que vigila Senasica, mientras que los efectos sobre la salud humana y animal se monitorea por la Secretaría de Salud, en tanto que los efectos ambientales se revisan por la Semarnat.
El funcionario señaló que al momento, la Secretaría de Economía, la dependencia a cargo del panel de controversia solicitado por Estados Unidos, no ha solicitado información correspondiente a aspectos fito (vegetales).
Texto y foto de archivo: Agencia Reforma