14 junio,2024 8:13 am

Ser escritor en Guerrero, un “deporte extremo” por la falta de apoyo, señalan creadores del estado

Desde las instancias municipales, estatales y nacionales, faltan infraestructura, actividades y políticas públicas, además de que se trabaja en la precariedad, critican

Acapulco, Guerrero, 14 de junio de 2024. Escritores guerrerenses señalaron que llevar a cabo este oficio en el estado y en el país es muy difícil, es un deporte extremo, ante la falta de apoyos, infraestructura y actividades y políticas relacionadas por parte de las instancias de cultura municipales, del estado y del país.

Ayer, en el marco ayer del Día del Escritor, admitieron en charlas separadas que en medio de la precariedad, es de la mano de los más jóvenes que el oficio continúa y de manera muy independiente.

Para la escritora Brenda Ríos, “celebrar un día para un trabajo que existe en la precariedad, sin ninguna seguridad social ni plan de retiro en la vejez es una broma macabra, es triste y patético. No importa lo importante que sea el escritor, Daniel Sada o Cohen o varios más, que al estar en el hospital o después de morir sus familias piden dinero porque no pueden con los gastos.

“No hay romanticismo en la vida del escritor que vive de escribir. Volvemos a la fantasía del siglo XIX: hay que ser heredero o vendedor de inmuebles para podernos pagar el ‘capricho’ de querer escribir. Digamos que uno se cansa muy rápido de vivir pescando los buenos días para vivir de esto. Habría que escribir sólo para nosotros mismos, es menos riesgoso y nos da menos opciones para la frustración”.

Es una falacia dar por hecho que el escritor o el artista debe hacerlo gratis, aseguró, “eso es una idea limitada de la izquierda: creer que nuestro trabajo debe ser gratuito cuando nuestra formación no lo es. Por otro lado, la derecha sataniza cualquier actividad que no tenga la finalidad de ganar dinero, habría que reconciliar el trabajo con retribución y seguridad social”.

A pesar de lo anterior, en charla electrónica, admitió que se sigue escribiendo, también en Guerrero, pero cuestionó: “¿en qué sentido lo que se hace?”.

Por su parte, el escritor Federico Vite, el oficio de escribir es un “deporte extremo” ante la precariedad a la que se enfrenta; “no hay con qué ni cómo”, dijo, y recordó que un escritor no es sólo quien publica, sino quien efectivamente hace de la escritura su día a día.

Escribir desde Guerrero es tan complicado como ejercer el periodismo, comparó en breve charla telefónica, para resaltar que “tenemos estadísticas terribles del número de libros que leen los guerrerenses: casi uno al año.

“No hay interlocutores, no hay posibilidad de retroalimentar el trabajo salvo que sólo quieras estar trabajando realismo o que sólo quieras escribir por hobby, por terapia, hasta por odio o por venganza, pero hacerlo profesionalmente no es posible, partiendo además del hecho de que no hay librerías, no hay editoriales”, argumentó, sumando a ello la carencia de talleres y cursos desde lo gubernamental tan sólo para que la gente conozca de las formas de la literatura y se pueda acercar a ella, añadió.

“Sí, tenemos (en Guerrero) problemas graves como lo es la pobreza o la violencia, pero las cosas que debe poner el estado y que están pagadas y puestas desde hace años no caminan”.

No obstante, quien actualmente es parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte, aseguró que se está escribiendo en Guerrero, a pesar de todo.

“Veo virtudes en el trabajo de gente como Analí Lagunas, Alexander Tadéuz o Ari J. González así como Israel Borja, jóvenes que quieren decir cosas en un lugar que no te permite hacerlo”, aunque señaló la falta de temas, tanto en los nuevos escritores como en los consolidados.

En ese sentido, el joven calentano Alexander Tadéuz señaló que dichos temas están llegando de los aún más jóvenes, de aquellos que en sus veintes tienen el deseo iniciático de escribir a pesar de las limitaciones.

“La literatura local está empezando a surgir de la mano de colectivos de jóvenes en sus veintes, en la universidad, y empieza a dialogar con algo más, incluso con otras artes como la pintura”, dijo el ganador el año pasado del Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines.

Así, agregó que si bien se escribe de lo que acontece directamente, de lo que le ocurre, “hay quienes escriben ya sobre la sexualidad, de encontrar respuestas al ‘quién soy’, escriben ciencia ficción, terror, y sí, violencia, desplazamientos, también”.

La literatura continúa a pesar de que no haya apoyos oficiales como festivales, talleres, becas tanto del estado como de los municipios, aceptó, “y cuando uno quiere dedicarse a esto, uno busca la manera, sale, encuentra diálogos en otro lado; escribe a pesar de todo”.

Así también lo consideró la también escritora Astrid Paola Chavelas, quien aseguró, a pesar de que actualmente las políticas culturales por parte de las entidades de gobierno son prácticamente son nulas y que no hay apoyo para desarrollar el oficio, y peor aún, para vivir de él, hay más actividad y no sólo del lado de la literatura sino también de otras artes.

Para la ganadora del XXIII Premio Estatal de Cuento y Poesía María Luisa Ocampo 2023, “es sorprendente ver que hay mucha gente haciendo de manera independiente muchas cosas, no sólo en Acapulco sino también en Chilpancingo y otros municipios, cosa que me parece muy importante; nunca como antes en el estado hemos visto tanta participación, tanta gestión independiente para acercar a las personas a la cultura”.

En el caso de las letras, destacó la presencia de gente joven que se anima a escribir, “y cuya perspectiva, alejada de las instituciones, le ha conferido libertad de autogestión”. En ese sentido, “y justo por esa libertad que te da la autogestión, es que ahora vemos que se escribe con muchísima libertad; hay grandes temas, pero veo una parte que da cuenta de lo que les gusta, lo que les duele”, aunque también aceptó las dificultades para desarrollar el oficio de escritor, “al final del día uno se dedica a otras cosas para salir adelante”.

Texto: Óscar Ricardo Muñoz Cano