20 octubre,2023 9:47 am

Sigue en la impunidad el asesinato de Rocío Mesino, denuncian en aniversario luctuoso

 

Reprocha Norma Mesino que a 10 años del crimen la FGE no ha dado resultados de la investigación. Señala que tras la masacre de Aguas Blancas tampoco ha habido justicia para los 35 militantes de la OCCS asesinados, los desaparecidos ni los presos políticos. Piden organizaciones al gobierno la creación de una fiscalía especial para investigar crímenes contra luchadores sociales

 

 

Atoyac, Guerrero, 20 de octubre de 2023. Familiares, militantes de la OCSS y organizaciones sociales conmemoraron el aniversario luctuoso número 10 de Rocío Mesino, asesinada en Mexcaltepec en la sierra de Atoyac, y pidieron al gobierno estatal la creación de una fiscalía especial para investigar la muerte de luchadores sociales.

El homenaje inició con una ceremonia holística denominada Esperanza de lucha por la vida, junto al río en el puente de Mexcaltepec donde murió abatida a balazos hace 10 años cuando hacía trabajo social para poder comunicar a la sierra de Pie de la Cuesta, incomunicada por el huracán Ingrid y la tormenta tropical Manuel.

Ahí se develó el mural del pintor Oscar Montalbo del que resalta un corazón simbolizando a Rocío por su entrega a las causas sociales, y unas manos de las que brotan la flora y fauna de la región con un tucán y un leopardo como ejemplo de que la lucha sigue y la vida trasciende.

En su participación la hija del extinto luchador social, Ranferi Hernández, Diana Itzel Hernández citó que han pasado 10 años exigiendo justicia, como en el caso su padre que igual que el de Rocío Mesino es complicado “porque los pueblos no buscan generar problemas, el asesinato de Rocío es un crimen de Estado, denunció el abandono de las familias por las autoridades a quienes no les gusta que el pueblo se organice”.

Señaló que la muerte de Rocío trasciende en cada lucha y advirtió que seguirán trabajando sin claudicar.

Asimismo, Celene Olivares hija de Luis Olivares destacó la hermandad por la lucha y muerte de sus familiares, que dejaron semillas que siguen dando frutos.

Citó que los crímenes que han vivido las familias los dobla, pero no los quiebran, y siguen el ejemplo que les enseñaron, a no ser cobardes y a exigir justicia independientemente de quien esté gobernando.

Comparó que el asesinato de sus parientes los marcan por haberlos visto abatidos “pero otros no han tenido oportunidad de sepultarlos y siguen buscándolos, como los 43 normalistas de Ayotzinapa” con quienes dijo, se solidarizan.

Mientras que la indígena mazateca de Oaxaca, Argela Betanzio Zepeda señaló que aplauden el valor y lucha con inspiración. En la ceremonia entregaron una cruz de barro negro elaborado por mujeres de ese estado.

En nombre de la familia, Norma Mesino destacó que para ellos y la OCSS, acudir cada año al lugar donde asesinaron a Rocío les causa dolor, pero van porque es un sitio de memoria, justicia y no repetición.

Reseñó la formación de Rocío de valores y empatía por las luchas de pueblo y la defensa de los bosques.

Agregó que el reclamo de justicia y la defensa por los derechos humanos de Rocío ante la represión militar y gubernamental siguen vigentes.

Citó que el caso Aguas Blancas fue una campaña de represión y no ha habido justicia hasta hoy por el asesinato de 35 militantes, desapariciones y presos políticos de la organización.

Pero también fue el resultado de una lucha que logró la destitución de gobiernos represores.

Destacó que Rocío Mesino fundó la Policía Ecológica en Atoyac como regidora del municipio, sin dejar la gestión social por la que fue un dolor de cabeza para los gobiernos.

Señaló que las demandas de la OCSS y sus métodos de lucha “no fueron del agrado de los caciques y los políticos del Estado, de manera que decidieron reprimirnos”.

Rememoró el caso Aguas Blancas donde fueron masacrados 17 campesinos “bajo la orden del entonces gobernador Rubén Figueroa Alcocer, quien no conforme con la masacre, indicó que, desató una intensa campaña de represión contra nuestra organización”.

Mencionó que actualmente sigue desaparecido Gilberto Romero Vázquez; y 35 militantes de la OCSS han sido asesinados.

Señaló que Rocío se convirtió en una incansable luchadora social nunca dejó de exigir justicia en torno al caso de los compañeros asesinados, ni flaqueó en la lucha por la defensa de los derechos humanos de los pobladores de la región “cada 28 de junio encabezaba la marcha conmemorativa por nuestros compañeros caídos y su participación en las intensas movilizaciones por el esclarecimiento de la masacre de Aguas Blancas fue clave para que el gobernador Rubén Figueroa Alcocer dimitiera de su cargo”, agregó.

Destacó que en marzo de 2013, Rocío fue encarcelada acusada de homicidio calificado y secuestro, pero “casualmente quien la acusaba era un preso llamado Herivan Ortíz Serafín, a quien antes Rocío había señalado como uno de los asesinos de mi hermano, Miguel Ángel Mesino, ejecutado extrajudicialmente por hombres vestidos de civil el 19 de septiembre de 1995” Rocío fue liberada a los pocos días por la presión social y porque no se demostró delito alguno.

Siete meses después de haber sido liberada, el 19 de octubre de 2013, Rocío se encontraba en el río de la comunidad de Mexcaltepec atendiendo un comedor comunitario que creó para apoyar a las comunidades de la sierra afectadas por los huracanes Ingrid y Manuel.

Ahí hombres armados le dispararon por la espalda y “huyeron del lugar con toda tranquilidad a pesar de que un campamento militar se apostaba muy cerca de ahí”.

Norma Mesino sostuvo que durante 29 años, la OCSS ha sido una de las organizaciones más perseguidas, calumniadas y reprimidas por los diferentes gobiernos que han pasado; desde Rubén Figueroa Alcocer, René Juárez Cisneros, Zeferino Torreblanca Galindo y Ángel Aguirre Rivero, en sus dos periodos.

Manifestó que el caso de Rocío fue atraído por la Fiscalía General del Estado (FGE) sin que hasta la fecha haya resultados.

Desde aquel 19 de octubre del 2013 el crimen permanece en la total impunidad; “al igual que todos los casos de represión política que hemos sufrido como organización campesina esta permanente política de represión y de no esclarecimiento de las violaciones graves a los derechos humanos, de las que hemos sido objeto, demuestra que la intención del Estado, aun en los tiempos de la denominada Cuarta Transformación, es mantener el dominio de la impunidad como verdadero Estado de derecho”.

Las distintas participaciones coincidieron en exigir verdad y justicia por los asesinatos de Miguel Ángel Mesino, Ranferi Hernández Acevedo, Arturo Hernández Cardona, Luis Olivares Enríquez y todos los crímenes políticos.

También pidieron la libertad inmediata e incondicional de los presos políticos Orlando Ávila Mesino y Antonio Barragán Carrasco de la OCSS así como de los de Eloxochitlán de Flores Magón, Oaxaca y de los Solidarios la Voz del Amate.

De igual manera demandaron la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa y de todos los desaparecidos del país.

Exigieron también a los tres órdenes de gobierno que no sigan vulnerando los derechos humanos de los ciudadanos y las organizaciones sociales.

Acusó Norma Mesino a los diferentes niveles de gobierno “y a las diferentes instancias de procuración de justicia, que se caracterizan por ser omisas e indolentes, les decimos que no vamos a dejar de demandar de justicia porque la lucha por la justicia es un derecho irrenunciable”

Sostuvo que “gobierne quien gobierne, los derechos se defienden”.

Al tomar la palabra el vocero de la Sección 9 de la CNTE, Gonzalo Hernández Villagran dijo que seguirán luchando por el derecho a la justicia.

Pidió al gobierno federal y estatal la creación de una fiscalia especial para que se lleve a cabo una investigación integral y reparación del daño que aclaro no es sólo economía.

En el acto expresaron solidaridad con la organización Voz de Amate y exigieron la por libertad de los presos políticos de Chiapas quienes fueron torturados y obligados a declararse culpables porque no entendían el español ni sabían leer y escribir.

 

Texto y foto: Francisco Magaña