Ciudad de México, 15 de marzo de 2023. Aunque de pronto parezca que la sociedad ha progresado mucho, todavía una autora como Beatriz Rivas (Ciudad de México, 1965) ha tenido que escuchar comentarios como: “Dicen que su esposo le escribe sus novelas”.
“Entonces, sí, efectivamente, aunque estamos en el 2023, ser mujer sigue siendo difícil. O sea, hacer nuestro lugar y poder vivir libres, sin ser juzgadas, no está fácil”, expresó la noche del lunes la escritora durante la jornada inaugural del encuentro La hora de las diosas, en la Casa Universitaria del Libro (Casul) de la UNAM.
Se trata de una serie de mesas de análisis sobre mujeres en distintas disciplinas, cuyo título es una referencia a la primera novela de Rivas, La hora sin diosas, que cumple 20 años de haber sido publicada.
Un título en el que, según compartió, encarara la dificultad de cómo hacer brillar a tres mujeres –Lou Andreas-Salomé, Hannah Arendt y Alma Mahler– por su propia historia y méritos, y no por aquellos hombres importantes con quienes estuvieron relacionadas: Friedrich Nietzsche, Rainer Maria Rilke, Martin Heidegger y Gustav Mahler, entre otros.
La pregunta básica era: ¿Cómo ser mujer en el mundo?, ¿cómo ser una que no esté siempre “detrás de un gran hombre”?, tal cual versa el arcaico dicho popular, y como la propia Rivas lo ha padecido al compartir la vida con el escritor Francisco Martín Moreno.
“A la fecha, me sigue pesando en el sentido de que siempre soy ‘la esposa de…’. Vaya, no me importa, pero es chistoso que siempre estoy en referencia a él”, clamó la autora mientras su esposo, a quien le agradeció su apoyo incondicional siempre, escuchaba atento en primera fila, en un salón a reventar.
“Porque, además, resulta que los dos somos escritores, y yo creo que mucha gente piensa que es fácil. Y no, es mucho más difícil”, continuó. “Es mucho más difícil ser escritora cuando eres esposa de un escritor, y de un escritor muy conocido. O sea, no es ninguna ventaja”.
De ahí que, remarcó Rivas, La hora sin diosas, que escribió mientras estaba embarazada de su única hija, le permitiera abordar la cuestión común sobre “cómo ser mujeres independientes, libres, sin cadenas, sin traumas, sin prejuicios, en el mundo hoy en día”. Tan vigente ahora como hace dos décadas.
Durante la charla, Guadalupe Alonso, directora de la Casul, encendió el debate entre las participantes con cuestionamientos como si existe una literatura femenina, de mujeres, diferente a la que escriben los hombres.
“Me choca, no; ‘literatura femenina’, no lo vamos a decir”, respondería la escritora Mónica Lavín, presente en la mesa.
“Yo creo que lo que hemos cambiado es que las mujeres escribimos; es decir, que asumimos que las mujeres escribimos. No nos tenemos que esconder en un seudónimo de hombre como pasó en otras épocas; asumimos que escribimos, y asumimos el compromiso, la libertad y la responsabilidad que eso significa”.
Lavín recordó que cuando ganó el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen, enviando su manuscrito bajo seudónimo, como se acostumbra en los certámenes literarios, los miembros del jurado le dijeron: “Creímos que eras hombre”. Fue la primera vez que pensó en si hombres y mujeres escribían distinto, y qué podía caracterizar a cada uno.
Entonces trajo a cuenta una cita de Virginia Woolf sobre Jane Austen, quien “escribía como si no tuviera consciencia de su sexo”.
“Es decir, una no escribe porque es mujer; una escribe porque quiere formar esta vida alternativa o esta mentira en papel que debe funcionar para ver la realidad y relacionarnos con ella, y que funciona independientemente de nuestra biología o de nuestra experiencia de vida”, destacó Lavín.
El ciclo La hora de las diosas, en Orizaba 24, en la colonia Roma, continuará hasta el sábado. Consulte el programa en: www.casul.unam.mx.
Texto: Israel Sánchez / Agencia Reforma / Foto: @MarcucettiClau (Twitter)