23 abril,2018 7:45 am

Sortea López Obrador ataques de los cuatro en el debate; Anaya y Meade también se enfrentan

Todos concentran sus señalamientos a la propuesta del tabasqueño de amnistiar a criminales a raíz de lo que dijo en Quechultenango
Meade hace alusión al video del asesinato de los seis policías de Guerrero
La violencia no se puede combatir con la violencia, les responde
Anaya también subraya el pasado priista de Andrés Manuel, quien no replica
El candidato del PRI señala que el del PAN vive por encima de sus ingresos
Éste muestra una fotografía de Meade con el prófugo César Duarte y le preguntó si cree que el presidente encabezó un gobierno honesto, a lo que no respondió
Y López Obrador señaló que parte de los sobornos de Odebrecht fueron a la campaña de Peña Nieto

Sortea AMLO ataques de los cuatro;
Anaya y Meade también se enfrentan

Su propuesta de amnistía a criminales, el principal cuestionamiento a López Obrador. La violencia no se puede enfrentar con la violencia, insiste el tabasqueño. Meade acusa a Anaya de vivir por encima de sus ingresos y el panista lo muestra con el prófugo César Duarte y le pregunta si cree que Peña Nieto es honesto y no le respondió Meade. Contra el aspirante de Morena, 56.8% de las acusaciones.

Texto: Claudia Guerrero / Agencia Reforma
Foto: Cuartoscuro
Ciudad de México. Una andanada de cuestionamientos contra Andrés Manuel López Obrador sobresalió sobre las propuestas en el primer debate presidencial.
La ventaja la sacó el frentista Ricardo Anaya Cortés quien exhibió datos, citas de libros y fotografías, cuestionando principalmente al tabasqueño.
Con tres moderadores y un formato que permitió tímidamente una mayor interacción entre candidatos, el primer debate organizado por el INE tuvo –según contabilidad de Reforma– 88 acusaciones, de los cuales 56.8 por ciento fue dirigido contra el aspirante de Morena, Andrés Manuel López Obrador, de las cuales apenas respondió 11.
A López Obrador lo cuestionaron por su propuesta de otorgar amnistía a criminales –la moderadora Denise Maerker le recordó que lo propuso en Quechultenan-go, Guerrero–, por el cargo de sus hijos en Morena y por su alianza con Elba Esther Gordillo y Napoleón Gómez Urrutia.
Luego de que Meade hizo alusión al reciente video de la matanza de seis policías estatales en la sierra de Zihuatanejo, sobre la amnistía López Obrador respondió que la violencia no se puede enfrentar con violencia.
Ricardo Anaya, de la coalición Por México al Frente, le recordó que en su libro Fobaproa, expediente abierto criticó a quienes aprobaron el rescate bancario, pero no repara que entre quienes lo avalaron estuvo Miguel Ángel Navarro, candidato a senador por Morena en Nayarit.
El panista le recetó a Meade su 7 de 7: “Odebrecht, el socavón, la Estafa Maestra, Javier Duarte, César Duarte, Roberto Borge” y le mostró una imagen donde aparece en un festejo de cumpleaños con el ex gobernador de Chihuahua cuestionándole: “¿De qué tamaño es la rebanada del pastel que te tocó?”.
El frentista Anaya fue cuestionado en dos ocasiones por los moderadores sobre las presuntas operaciones de lavado realizadas en Querétaro en la compraventa de una nave industrial.
Meade acusó a López Obrador de tener tres departamentos sin declararlos. López Obrador replicó: “No tengo tres departamentos a mi nombre; si los tengo, se los regalo”.
Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, sorprendió con propuestas polémicas como la de le cortará las manos a los corruptos si gana.
La independiente Margarita Zavala Gómez del Campo fue cuestionada por las cuentas de gobierno que dejó su esposo, el ex presidente Felipe Calderón.
Le echan montón
Al terminar el debate, Andrés Manuel López Obrador recogió sus papeles, los guardó en un portafolios negro y bajó del escenario con prisa. No se despidió de sus contrincantes.
Mientras los otros cuatro se despedían de mano, haciendo comentarios cordiales, López Obrador se enfilaba hacia la salida sin voltear a verlos. Incluso, una asistente de producción tuvo que alcanzarlo para desconectar el micrófono de respaldo que se le había colocado debajo del saco.
“Vinieron a echarme montón”, había dicho López Obrador minutos antes, mientras se desarrollaba el segundo de tres bloques en los que se dividió el programa.
El candidato de Morena libró un debate en el que dos de cada tres ataques, y dos de cada tres preguntas, iban dirigidos hacia él.
Ricardo Anaya le sacó ocho láminas con gráficas, cifras y fotografías. Desde las imágenes de la marcha contra la inseguridad de 2004, cuando era Jefe de Gobierno del DF, hasta un retrato en blanco y negro de Manuel Bartlett, ex secretario de Gobernación y hoy coordinador de Morena en el Senado.
José Antonio Meade Kuribreña lo acusó tres veces de tener tres departamentos a su nombre no reportados en su 3 de 3, según el Registro Público de la Propiedad. Departamentos que, casi al final del debate, López Obrador ofreció regalarle al candidato del PRI en caso de comprobárselos.
Jaime Rodríguez, El Bronco, se salió de su atril y caminó hacia él para retarlo a firmar un compromiso para devolver al erario las prerrogativas de Morena.
Margarita Zavala le achacó, una y otra vez, su propuesta de otorgar amnistía a delincuentes.
“Me traen en la punta de la lengua… por algo será”, dijo López Obrador ante la insistencia de sus rivales.
Luego sacó una lámina con las encuestas que le otorgaban 48 puntos porcentuales en las preferencias electorales cuatro días antes del debate.
“¿Amnistía sí o no, Andrés Manuel?”, le preguntaba con insistencia el panista Ricardo Anaya, quien fue el contendiente que mejor entendió y aprovechó el formato del debate.
“¿Eres honesto, Andrés Manuel, realmente honesto?, ¿cuatro veces honesto?”, lo cuestionó El Bronco.
“Mil veces honesto”, le respondió AMLO, quien se negó a firmar la carta que le proponía el gobernador con licencia.
“Sí eres ambicioso Andrés Manuel”, le dijo Meade.
“Tus hijos cobran en Morena”, lo acusó.
Y López Obrador evadía. Más de tres veces rechazó la oferta de las moderadoras para replicar los comentarios y preguntas que se le hacían.
Repetía las frases hechas desde sus anteriores campañas presidenciales: “Me podrán acusar de Peje, pero no de lagarto”. “Tengo tres principios: no robar, no mentir y no traicionar al pueblo”.
O, de plano, aguardaba en silencio mientras sus oponentes se distraían en alguien que no fuera él.
Por fin Anaya cambia de objetivo y ataca a Meade
Como cuando Ricardo Anaya arremetió contra Meade y su 7 de 7. Y le preguntó si consideraba que su jefe, Enrique Peña Nieto, había hecho un gobierno realmente honesto.
O como cuando Meade acusaba al panista de tener un estilo de vida no acorde con sus ingresos.
López Obrador sonreía mientras se daban esos breves escarceos.
Pero muy pronto tenía que regresar a la defensa, pues el debate se trataba de él.
“Es una farsa tu historia”, le reprochaba Anaya, quien fue el más directo e insistente.
“Yo voy a protegerte de los criminales, de Trump y de las propuestas de López Obrador”, decía Margarita Zavala.
Lo que obligaba a AMLO al contraataque: responsabilizaba al PRIAN de la corrupción, la pobreza y la violencia. Aseguraba que el dinero de Odebrecht había ido a dar a la campaña de Peña Nieto, y también había beneficiado a funcionarios del sexenio de Felipe Calderón.
“Si fuera corrupto, ya me hubieran destruido los de la mafia del poder, sus verdaderos jefes”, dijo, volteando a izquierda y derecha, para abarcar a sus cuatro rivales.
La llegada de AMLO había sido premonitoria. Fue el último en arribar al Palacio de Minería y, a diferencia de los demás, no caminó frente a la prensa ni utilizó la tarima instalada por el INE a las puertas del recinto.
Entró rápido, acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez. Dentro se encontró con dos de sus hijos y con su inseparable vocero César Yáñez. Apenas cruzó la puerta, se soltó una tormenta que rápidamente empapó a fotógrafos, camarógrafos y reporteros.
Dentro también lo esperaba un aguacero.
Y, sin embargo, dos horas después, al acabar el debate, López Obrador salió sonriendo. Levantó el brazo izquierdo. Cuando iba a subirse a su auto, un camarógrafo le gritó: “Ahí, humildemente, Andrés Manuel…”.
“Ahí, pobremente”, respondió el tabasqueño. Fue su manera de declararse vencedor. Y se fue, dejando tras de sí múltiples preguntas sin responder. (Ernesto Núñez / Agencia Reforma / Ciudad de México).
(En la imagen: Antes del debate, los candidatos presidenciales Margarita Zavala —independiente—, Ricardo Meade —PRI-PVEM y Panal—; Ricardo Anaya —PAN, PRD y MC—, Andrés Manuel López Obrador -Morena, PT y PES— y Jaime Rodríguez Calderón —independiente—. Foto: Cuartoscuro)
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