14 marzo,2024 9:25 am

Subastará hoy la casa Morton cuadro de Diego Rivera de un atardecer acapulqueño

 

Acapulco, Guerrero, 14 de marzo de 2024. Un cuadro prácticamente desconocido de Diego Rivera, de un atardecer acapulqueño, será subastado este jueves por la casa Morton, en la Ciudad de México, teniendo como precio de salida un millón 600 mil pesos.

Dicho cuadro podría haber sido un encargo al pintor nacido en Guanajuato en 1886 durante su estancia en el puerto, en los años 50 del siglo pasado.

Está firmado por el artista y fechado en 1956, un año antes de morir.

En su portal de internet, Morton describe que se trata de un óleo sobre tela de 27.5 x 39 centímetros, que fue nombrado Atardecer en Acapulco.

Presenta detalles de conservación y no se tienen registros de dicha obra, especulándose que pudo ser un encargo privado que pasó de mano en mano, pero cuenta con certificado de autenticidad de noviembre de 1990, por parte del finado historiador de arte mexicano Xavier Moyssen.

Del mismo modo, tiene una constancia de opinión del también historiador de arte y crítico mexicano Juan Rafael Coronel Rivera, de noviembre de 2023.

Durante sus últimos años, a mediados de los años 50, Diego Rivera, en medio de sus problemas por el cáncer de próstata que padeció, vivió en Acapulco, siendo la Casa de los Vientos, de la mecenas del arte, Dolores Olmedo, su base de operaciones.

En este lugar el artista vivió entre 6 y 8 meses, en los últimos años de su vida, falleciendo en 1957 a los 71 años de edad.

De él se le conocen una serie de murales precisamente en dicha casa, ubicada en lo alto del cerro de La Pinzona, así como otros trabajos menores en otra casa ubicada en Las Playas y que perteneció a Emma Hurtado, su última esposa.

La subasta, según el boletín de Morton, se llevará a cabo este jueves 14 de marzo a las 5 de la tarde en el salón de subastas de Monte Athos 179, Lomas de Chapultepec, en la Ciudad de México.

En esta ocasión y además del trabajo de Rivera, se presentan 311 lotes a manera de recorrido por las técnicas y materiales del arte: dibujo, escultura, obra gráfica y pintura.

 

Mostrarán en EU obras de Rivera y Manuel Rodríguez Lozano

Con apenas cuatro pinturas, la Shoelkopf Gallery de Nueva York busca sintetizar un momento crucial de la historia artística entre México y Estados Unidos a través de un par de artistas clave: Diego Rivera y Manuel Rodríguez Lozano.

Una pareja disímil, pues Rivera ha sido siempre uno de los nombres más influyentes y reconocidos en el país vecino, mientras que Rodríguez Lozano (1896-1971) no ha sido descubierto todavía por el gran público estadunidense.

No obstante, las cuatro obras, dos de cada artista y realizadas entre 1926 y 1928, son elocuentes al contar la historia de cómo Estados Unidos comenzó a interesarse en el arte revolucionario y moderno que se gestó al sur de su frontera.

“Es como un encapsulamiento de la historia del primer encuentro de Estados Unidos con el modernismo mexicano”, detalla el galerista Andrew Shoelkopf sobre la exposición.

Titulada Mexican Modernism: Diego Rivera and Manuel Rodríguez Lozano, la muestra se precia de devolver a la luz pública un grupo de obras que han sido escasamente vistas desde el siglo pasado.

En un ensayo académico para resaltar la importancia de la exposición, el especialista James Oles describe el proceso de trazar su origen como un “corrido de redescubrimiento”, en alusión a una pintura de Rodríguez Lozano que muestra a un grupo de personas cantando corridos en una calle.

De acuerdo con su investigación, las cuatro pinturas fueron adquiridas alrededor de 1930 por el galerista Erhard Weyhe (1882-1972), una figura cuya relevancia para la introducción del arte mexicano en Estados Unidos es fundamental, aunque poco conocida.

“Tiene un lugar realmente importante tanto para el modernismo mexicano como para el modernismo estadounidense. Era un personaje muy interesante que sigue proyectando una sombra muy larga en el mundo del arte moderno”, aquilata Schoelkopf.

Fundador de la también neoyorquina Weyhe Gallery, el marchante de arte hizo mancuerna con Carl Zigrosser (1891-1971), quien se convertiría en un influyente curador en el Philadelphia Museum of Art, para internacionalizar al modernismo mexicano.

“Erhard Weyhe fue un hombre del mundo, un personaje realmente internacional. Creció en Alemania, luego vivió en Londres por un tiempo y después vino a los Estados Unidos, así que le tenía sin cuidado, al hacer negocios, cualquier barrera de dónde proviniera un artista”, elogia su colega galerista.

Las dos piezas de Rivera en la exposición, Niña sentada con rebozo (1929) y Niño (1929), son significativas pues, tras ser adquiridas por Weyhe, fueron prestadas para la gran retrospectiva del artista en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York en diciembre de 1931.

Posteriormente, según investigó Oles, fueron incluidas en la retrospectiva de Rivera en el Palacio de Bellas Artes en 1949, para luego desaparecer mayormente de la vista pública.

En su artículo, el académico y curador señala que los retratos de niños del pintor mexicano fueron de sus piezas más demandadas en Estados Unidos y que forman parte de alrededor de 70 que pintó en su carrera.

 

Texto: Óscar Ricardo Muñoz Cano-Agencia Reforma / Fotograma tomado de Facebook, Morton Subastas