3 enero,2018 8:10 am

Superan un conflicto de más de 20 años por la administración del centro cultural La Pirámide

Ciudad de México, 3 de enero de 2018. La Pirámide remonta 20 años de enfrentamiento para resurgir como un espacio cultural de la Ciudad de México compartido entre ciudadanos –adscritos a una cooperativa– y el gobierno capitalino.

“Es un modelo de gobernanza basado en la cogestión: la cooperativa tiene acceso al espacio para dinamizarlo y la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México fortalece la oferta. Es un ejercicio que apunta hacia iniciativas que globalmente están generándose, como los Puntos de Cultura de Brasil”, explica Víctor Villegas, jefe de Unidad Departamental de Programas Comunitarios de la dependencia.

El espacio de la Colonia San Pedro de los Pinos, llamado también Centro Cultural Luis G Basurto, cumple dos años como recinto de la secretaría, tras un conflicto que enfrentó, durante casi dos décadas, a la Asociación de Escritores de México (AEMAC) con la Delegación Benito Juárez.

En 1992, la AEMAC suscribió un convenio con la demarcación para encargarse del lugar, pero fue cancelado en 1997 por la panista Esperanza Gómez Mont, quien pretendía que la delegación –dirigida entonces por ella– operara el sitio. (Reforma 19/02/1997.)

Subsecuentes administraciones de la Benito Juárez intentaron tomar las riendas de La Pirámide; el sitio, que albergaba proyectos de colectivos culturales convocados por la AEMAC, como Santa Sabina, Circo Sentido, Hermandad Rasta y la Asociación Mexicana de Estudios sobre Cannabis, permaneció en la incertidumbre jurídica hasta que el Comité de Patrimonio Inmobiliario lo incorporó, en 2015, a la red de recintos culturales de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.

La AEMAC dejó el lugar, apunta Villegas, pero continuaron grupos de creadores que en el curso de los años afianzaron la enseñanza de la danza área y las expresiones culturales africanas, entre otras actividades. Ahora integran la Cooperativa La Pirámide, Arte, Cultura y Ecología, que imparte más de 30 talleres.

“La cooperativa se encarga de las actividades y los talleres del espacio. Nosotros, como Secretaría de Cultura, hemos promovido que también sea un lugar para que sectores o grupos vulnerables tengan un lugar donde generar propuestas”, añade.

Actores con síndrome de Down, por ejemplo, ocupan el teatro, mientras personas con discapacidad visual participan en el coro del lugar, adultos mayores de Tepito exponen su trabajo y la población LGBT halla aquí un foro. Es, además, sede de Biblioteca Cannábica, que se presenta como la primera de América Latina, fundada hace 14 años.

Sin recursos públicos garantizados durante la época de conflicto, según denunció AEMAC, el recinto recibe ahora un presupuesto de 250 mil pesos que ha permitido rescatar el anfiteatro, uno de cuyos muros amenazaba caer; cambiar la duela del teatro, dañada por inundaciones –no estaba impermeabilizado el lugar– y reemplazar ventanales, entre otras labores. Para el próximo año, informa Villegas, se prevé invertir en iluminación.

Las actividades programadas por la Secretaría son gratuitas, mientras los talleres que organiza la cooperativa tienen costo. Los recursos recabados por cuotas no los administra la dependencia: son el ingreso que permite funcionar a la cooperativa y remunerar a los maestros que imparten los talleres, aclara.

La entrada de Cultura Ciudad de México introdujo una observancia estricta de los lineamientos en La Pirámide, como parte de un proceso de mayor acercamiento con la comunidad.

“Concurrían muchos movimientos y, en ocasiones, esto propiciaba que no hubiese una muy buena relación con los vecinos. Parte de la problemática que enfrentaba La Pirámide tenía que ver, lo dicen vecinos que a veces nos visitan, con que había sonido en horarios más allá de los convenientes o que los chicos bebían afuera”.

Con normas de respeto mutuo, La Pirámide apuesta a la convivencia vecinal sin renunciar a su vocación alternativa, como se manifestará este 6 de enero durante el Día de Reinas, festival de hip hop, reggae, soul y breaking, al que asisten Olinka, Ximbo, Afromega y La Otredad.

En una época de feminicidios y violencia, la voz de las mujeres reinará en La Pirámide, destaca Villegas.

 
Texto: Yanireth Israde / Agencia Reforma/ Foto: Reforma.