28 febrero,2018 8:36 am

Teme el escritor Leonardo Padura al envejecimiento intelectual

Ciudad de México, 28 de febrero de 2018. Juntos han visto los cambios políticos y sociales de Cuba, por ello Leonardo Padura dio vida a Mario Conde, como desagüe emocional; un personaje, policía e investigador que aparece en casi una decena de sus obras.

“La mentira es absoluta, mentira hay una sola y en mis novelas no hay una sola mentira sobre la realidad cubana”.

De la mano, también han envejecido, una de las preocupaciones que Conde plantea al inicio de La transparencia del tiempo, la entrega más reciente de la serie Mario Conde, escrita por el autor cubano, bajo el sello de Grupo Planeta.

“A través de Conde trato de mirarme a mí mismo y este tema del envejecimiento es un tema que a mí me preocupa, no porque quiera ser permanentemente joven, ni por vanidad, sino porque hay un elemento que muchos escritores no saben ver a tiempo y es el envejecimiento intelectual”, enfatiza el escritor.

Aunque señala que la vida de los personajes no se debe confundir con la de los autores, es consciente que en el caso de Conde y de él es difícil diferenciar y acepta la culpa en ambos.

“Tenemos una cercanía de experiencia, de edades, vivir en lugares de La Habana, gustos literarios, ciertas preocupaciones, de maneras de ver y entender la realidad cubana que nos hacen muy cercanos. Utilizo a Conde para evacuar algunas de mis preocupaciones existenciales, que tienen que ver con el mundo que me rodea y el mundo por el cual estoy rodeado, que es mi propio cuerpo, mi mente. (…) sin duda el envejecimiento es algo que nos persigue a todos, una condición humana”, agrega.

Sin embargo, la vida del escritor le parece más tortuosa y larga que la de algunos otros profesionales, pues el desempeño no depende solamente del físico o la intelectualidad, sino de todo en conjunto, asegura.

En un punto de encuentro literario, para hablar de su obra más reciente y de su participación este viernes en la Cátedra  Latinoamericana Julio Cortázar, en el Paraninfo Enrique Díaz de León de la Universidad de Guadalajara, Padura comparte su decisión de seguir viviendo en el país caribeño y en el mismo barrio en el que nació, para no separarse de la realidad que vive la mayoría de sus compatriotas.

Y como solución para saber hasta qué momento dejar de escribir, Padura ha implementado el reto constante, que elige lejos de las estrategias editoriales y comerciales, para ahondar en las preocupaciones que reflejan sus libros: las crisis económicas, la homosexualidad en Cuba y las nuevas generaciones.

“Ahora mismo estoy pensando una novela, solamente pensándola, ya tengo leídas no sé cuántas páginas, concretadas ciertas entrevistas en los lugares en que voy a ubicar esa historia, porque trato de retarme, de entrar en un universo distinto”, adelanta sobre sus planes.

“Mario Conde, como yo, pertenece a una generación que creció en la revolución, que participó en todas las cosas que se nos pidió y se nos pidieron muchísimas (…)  Si bien mi generación es una que sufrió gran desencanto, el mundo post 89 es un mundo en el cual caen las bases de una utopía posible (…) Ahora hay una generación que es mucho más pragmática”, puntualiza sobre la situación cubana.

Texto: Jonathan Hernández / Agencia Reforma/ Foto: Agencia Reforma