22 abril,2024 9:17 am

Toma el acapulqueño José Agustín Los Pinos y se estrena la obra de teatro Baño de uñas

 

Montan la sátira política del escritor en lo que fue el corazón del presidencialismo

 

Ciudad de México, 22 de abril de 2024. La más reciente carcajada de José Agustín –que no la última, conociéndolo– fue estrenar una sátira política teatral, un dardo de humor negro, en el que fuera el corazón del presidencialismo mexicano.

Luego de estar más de 35 años perdida, su obra Baño de uñas, a cargo de la Compañía Nacional de Teatro, fue presentada por primera vez este sábado en el Complejo Cultural Los Pinos, en el marco del homenaje póstumo para el autor acapulqueño.

Ante una reducida audiencia de 50 personas, José Agustín (1944-2024) se mostró tan vigente y mordaz como siempre, con una puesta en escena situada el 6 de julio de 1988, el día de la polémica elección presidencial.

Ya borrachos y dispuestos a seguir la juerga en casa, dos parejas de amigos irrumpen en la sala y prenden la televisión: “Se cayó el sistema”, dice el presentador de noticias.

“De seguro se tropezó”, replica, con ironía, una de las mujeres, mientras se sirve un trago bien cargado.

Tras conocer la noticia, que no les sorprende, Hortensia, Gabriel, Lupe y Óscar deciden continuar bebiendo, pero algo ocurre que enrarece la fiesta de inmediato.

Hortensia cuenta que recibió por correo una extraña cadena anónima que promete éxito y abundancia, con una condición insólita: la persona elegida debe darse un baño, completamente desnuda, en una tina llena de agua con uñas.

Para tal efecto, la carta va acompañada con tres cajas repletas con las uñas de todos aquellos que, antes que ella, han pasado ya a formar parte de la “Hermandad de la uña”.

“Yo no quiero pertenecer a ninguna ‘hermandad de la uña’, para eso mejor entro al PRI”, bromea Gabriel, su esposo, con esa acepción que establece que alguien que es “uña” es un ladrón.

Lo que comienza como una mera curiosidad morbosa, pronto se convierte en una obsesión insana para el grupo de amigos que, entre hileras de tragos copeteados y dosis de cocaína, deciden seguir las instrucciones de la cadena.

Escrita por José Agustín en 1988, cuando la “caída del sistema” electoral dio la victoria al priista Carlos Salinas de Gortari, la obra retrata, con su simbolismo oscuro y contundente, el ánimo de un país embaucado.

“La estamos digiriendo, yo estoy tratando de entender los símbolos”, reconoció el editor Andrés Ramírez, hijo del autor, al término de la puesta en escena, cuyo guion no había leído.

“Creo que, sin duda, refleja el momento en el que estaba el país y un poco la sorpresa, la podredumbre”, reflexionó. “Tiene un valor muy del momento, que hoy además se ve como si fuera hoy”.

Ahora, 36 años después de su escritura y nuevamente en época electoral, la obra por fin ha salido a la luz, luego de que fuera considerara perdida hasta el pasado enero, cuando falleció su autor.

Bajo la dirección de Valeria Fabbri, la puesta en escena transita con holgura entre la risa y el horror, apuntalada por el lenguaje que hizo de su autor uno de los escritores más leídos y fundamentales de su generación.

Así, con el ánimo crítico y el entendimiento político exhibido por el escritor en los tres volúmenes de su Tragicomedia mexicana, la obra de teatro adquirió un talante incluso más desparpajado y retador al ser estrenada en la que fuera la residencia de los presidentes de México.

“Es una ironía muy grande, ¿verdad? Es muy extraño”, celebró José Agustín Ramírez, también hijo del autor.

“Mi padre, en uno de sus libros, predijo que esto pasaría, en La nueva música clásica, que está a poco de reestrenarse, ahí leerán que él dijo que Los Pinos se convertiría en un lugar cultural donde habría conciertos, y finalmente pasó, es increíble que se esté montando una obra suya aquí, que además criticaba al maldito sistema corrupto del 88”, abundó.

El homenaje, titulado Tributo a José Agustín. Inventando que sueño, hizo que en lo que fuera el helipuerto de Los Pinos se colocara un escenario, con decorados sicodélicos y el rostro triunfante del autor.

En la Cabaña 1, por otro lado, fue montada una exposición con objetos del archivo del escritor, como sus manuscritos y fotografías.

En esta toma completa de Los Pinos, dos objetos en particular claman la victoria de José Agustín sobre el sistema: el manuscrito original de la novela Se está haciendo tarde, que escribió en la cárcel de Lecumberri, en 1971, y el dictamen de la Secretaría de Gobernación que censuró el guion de su adaptación cinematográfica.

Así, con esta nueva carcajada, que continuó este domingo 21 de abril con más mesas de diálogo, más rock y más teatro, José Agustín sigue acercándose a nuevos y viejos lectores.

 

Le harán homenaje en el maratón de lectura del Día Mundial del Libro, en Guadalajara

Susana decide dejarlo todo: su país y su matrimonio, para emprender una nueva aventura que la llevará a un viaje de autoconocimiento, pero también de incertidumbre. La historia de esta mujer, que decide dejar a su esposo sin mayores avisos, se cuenta en Ciudades desiertas (1982), de José Agustín, que será homenajeado durante la próxima edición del maratón de lectura del Día Mundial del Libro, mañana martes.

La directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Marisol Schulz, resalta que con esta lectura se quiere hacer un homenaje a este autor central en las letras mexicanas, que resaltó por la vanguardia y por su ruptura con las formas establecidas y con el propio mundo literario.

“Lamentablemente falleció José Agustín y obviamente lo primero que pensamos fue en hacer un homenaje, José Agustín fue un autor de ruptura, de vanguardia, tenía una forma muy inteligente de comunicarse con la gente joven, de hablar de cosas que hasta ese momento no se hablaban, fue un autor que incorporó temas como el rock, la contracultura en general, temas que para la academia literaria mexicana no eran muy bien vistos.

“Con obras como La tumba, De perfil y Ciudades desiertas provocó que muchos jóvenes que no leía se hicieran lectores; José Agustín es una figura capital en las letras del siglo XX y lo que va del siglo XXI, no sólo por lo que hizo para la juventud, sino por tener una mirada de recelo a las corrientes dominantes de la literatura, él mismo se autoexilio, se retiró del mundillo literario”, remarca Schulz.

“La obra de José Agustín es clave para entender lo que pasaba en México, fue un autor que incursionó no solamente en la literatura, sino en el cine. Su obra remite a muchas lecturas y la propia Ciudades desiertas habla de la vida en Estados Unidos, de la sociedad norteamericana, creo que todo lo que hace José Agustín es poner el dedo en la yaga en temas que aparentemente no deberían ser literarios”, describe Schulz.

 

Texto y foto: Agencia Reforma