Texto: DPA/ Foto: EFE
Barcelona, España, 17 de mayo de 2018. Desde que fue propuesto candidato a la presidencia del Gobierno de Cataluña la semana pasada, el calificativo que más ha recibido el independentista Joaquim Torra ha sido “radical”. “Sí, soy un radical. Soy un radical porque me gusta entrar al fondo de los problemas”, contestó él mismo a las críticas.
La senda hacia el separatismo que tomó al regresar hace una década de Suiza a Cataluña tras dejar su puesto como ejecutivo en una gran compañía de seguros culminó hoy cuando tomó posesión como nuevo jefe del Ejecutivo catalán, un cargo desde el que tratará de implementar el plan rupturista de su antecesor, Carles Puigdemont.
Torra (Blanes, Gerona, 1962) es integrante del llamado “núcleo duro” del independentismo catalán y fue cuestionado en los últimos días por sus críticas a España y los españoles, consideradas “racistas” y “supremacistas” por diversos políticos e intelectuales.
Los partidos no secesionistas lo ven además como un “títere” al servicio de Puigdemont, el hombre que en octubre puso a Cataluña al borde del precipicio al impulsar una declaración de independencia que llevó a Madrid a intervenir la autonomía de la región.
“Seremos leales al mandato del referéndum de autodeterminación del 1 de octubre: construir un Estado soberano en forma de república”, prometió Torra durante su investidura el lunes en alusión al referéndum ilegal celebrado ese día en la región.
Al asumir hoy el cargo durante un acto breve y casi sin invitados, evitó cualquier mención a España, el rey o la Constitución y se limitó a prometer “cumplir lealmente las obligaciones del cargo de ‘president’ de la ‘Generalitat’ y ser fiel al pueblo de Cataluña”.
Cercano a Puigdemont, quien fue destituido por el Gobierno de Mariano Rajoy por su plan rupturista, el rostro del nuevo “president” no era hasta ahora muy conocido fuera de Cataluña, aunque llevaba años militando de forma activa en el independentismo.
Nada más darse a conocer su candidatura a presidir el “Govern” catalán, se vio envuelto en la polémica por tuits y artículos publicados hace pocos años en los que arremetía contra los españoles y los acusaba de expolio, denunciaba su “avalancha inmigratoria” en Cataluña o consideraba “anormal” hablar español en la región.
“Si en algún momento he podido usar una palabra inconveniente, lo lamento, no volverá a pasar”, se disculpó Torra el lunes en el Parlamento catalán. Las explicaciones no calmaron la alarma entre los no independentistas, que advirtieron de que habrá una ausencia de “normalidad” en Cataluña bajo su presidencia.
“Torra dice que la mayoría de catalanes y el resto de españoles somos bestias con taras genéticas por no ser nacionalistas”, destacó Albert Rivera, líder del partido antiseparatista Ciudadanos.
Abogado, editor, escritor y ex alto ejecutivo de una empresa de seguros, Torra se puso en 2015 al frente de la influyente organización Ómnium Cultural, impulsora del separatismo en la calle.
Más adelante fue director del centro cultural Born, ubicado en Barcelona y dedicado a la caída de esta ciudad en 1714 ante el Ejército del rey español Felipe V en la Guerra de Sucesión.
Experto en literatura catalana, fundó la editorial A Contra Vent y se interesó por la obra gestada en el exilio tras la Guerra Civil Española (1936-1939), escribiendo y editando libros como “Honorables. Cartes a la pàtria perduda” o “El Nadal que no vam tornar a casa”.
También ha coordinado ejemplares centrados en el soberanismo, como “Els últimos 100 metres. La fulla de ruta para guanyar la República Catalana”, en el que analiza el proceso hacia la independencia en Cataluña, o “La porta de la gàbia”, acerca de la sentencia de la Justicia europea sobre la declaración de independencia de Kosovo.
En 2009 ganó el premio Carles Rahola de ensayo gracias al libro “Viatge involuntari a la Catalunya impossible”. Es, además, colaborador en prensa y director de la “Revista de Catalunya”. Y, a partir de hoy, presidente del Gobierno de Cataluña en una de las etapas más convulsas y complicadas en la región.
La senda hacia el separatismo que tomó al regresar hace una década de Suiza a Cataluña tras dejar su puesto como ejecutivo en una gran compañía de seguros culminó hoy cuando tomó posesión como nuevo jefe del Ejecutivo catalán, un cargo desde el que tratará de implementar el plan rupturista de su antecesor, Carles Puigdemont.
Torra (Blanes, Gerona, 1962) es integrante del llamado “núcleo duro” del independentismo catalán y fue cuestionado en los últimos días por sus críticas a España y los españoles, consideradas “racistas” y “supremacistas” por diversos políticos e intelectuales.
Los partidos no secesionistas lo ven además como un “títere” al servicio de Puigdemont, el hombre que en octubre puso a Cataluña al borde del precipicio al impulsar una declaración de independencia que llevó a Madrid a intervenir la autonomía de la región.
“Seremos leales al mandato del referéndum de autodeterminación del 1 de octubre: construir un Estado soberano en forma de república”, prometió Torra durante su investidura el lunes en alusión al referéndum ilegal celebrado ese día en la región.
Al asumir hoy el cargo durante un acto breve y casi sin invitados, evitó cualquier mención a España, el rey o la Constitución y se limitó a prometer “cumplir lealmente las obligaciones del cargo de ‘president’ de la ‘Generalitat’ y ser fiel al pueblo de Cataluña”.
Cercano a Puigdemont, quien fue destituido por el Gobierno de Mariano Rajoy por su plan rupturista, el rostro del nuevo “president” no era hasta ahora muy conocido fuera de Cataluña, aunque llevaba años militando de forma activa en el independentismo.
Nada más darse a conocer su candidatura a presidir el “Govern” catalán, se vio envuelto en la polémica por tuits y artículos publicados hace pocos años en los que arremetía contra los españoles y los acusaba de expolio, denunciaba su “avalancha inmigratoria” en Cataluña o consideraba “anormal” hablar español en la región.
“Si en algún momento he podido usar una palabra inconveniente, lo lamento, no volverá a pasar”, se disculpó Torra el lunes en el Parlamento catalán. Las explicaciones no calmaron la alarma entre los no independentistas, que advirtieron de que habrá una ausencia de “normalidad” en Cataluña bajo su presidencia.
“Torra dice que la mayoría de catalanes y el resto de españoles somos bestias con taras genéticas por no ser nacionalistas”, destacó Albert Rivera, líder del partido antiseparatista Ciudadanos.
Abogado, editor, escritor y ex alto ejecutivo de una empresa de seguros, Torra se puso en 2015 al frente de la influyente organización Ómnium Cultural, impulsora del separatismo en la calle.
Más adelante fue director del centro cultural Born, ubicado en Barcelona y dedicado a la caída de esta ciudad en 1714 ante el Ejército del rey español Felipe V en la Guerra de Sucesión.
Experto en literatura catalana, fundó la editorial A Contra Vent y se interesó por la obra gestada en el exilio tras la Guerra Civil Española (1936-1939), escribiendo y editando libros como “Honorables. Cartes a la pàtria perduda” o “El Nadal que no vam tornar a casa”.
También ha coordinado ejemplares centrados en el soberanismo, como “Els últimos 100 metres. La fulla de ruta para guanyar la República Catalana”, en el que analiza el proceso hacia la independencia en Cataluña, o “La porta de la gàbia”, acerca de la sentencia de la Justicia europea sobre la declaración de independencia de Kosovo.
En 2009 ganó el premio Carles Rahola de ensayo gracias al libro “Viatge involuntari a la Catalunya impossible”. Es, además, colaborador en prensa y director de la “Revista de Catalunya”. Y, a partir de hoy, presidente del Gobierno de Cataluña en una de las etapas más convulsas y complicadas en la región.
