Piden familiares su libertad y aseguran que no tienen nada que ver con la desaparición de los 43 normalistas en Iguala. Denuncian que no les permitieron hablar con ellos y desde su captura los tuvieron incomunicados
Chilpancingo, Guerrero, 24 de marzo de 2023. Los nueve policías -siete estatales y dos municipales de Iguala-, vinculados con la desaparición de los 43 normalista de Ayotzinapa, fueron trasladados a las 11 de la mañana de ayer de la delegación de la Fiscalía General de la República (FGR) de Chilpancingo, al penal de máxima seguridad del Altiplano en el Estado de México.
A esa hora, afuera de la delegación de la FGR, algunos familiares de los detenidos exigieron su libertad, aseguraron que son inocentes y que no tienen nada que ver en el caso.
Pidieron que, cuando menos, les permitieran verlos antes de trasladarlos al Centro Federal de Readaptación Social Número 1, conocido como del Altiplano, pues aseguraron que los tenían incomunicados desde el miércoles cuando fueron detenidos.
Los policías estatales: Sandra Gerardo Gallardo, Juan Durán Mosso, Ramiro Alvarado Sánchez, Lorenzo Bello Hernández, Noel Baltazar Gómez, Pablo Jiménez Morales, Alberto Chávez Álvarez fueron detenidos el miércoles
Mientras que a los policías municipales de Iguala, los hermanos: Navis e Imer Mayo Zúñiga los capturaron el martes.
Familiares de los policías estatales confirmaron que éstos estaban comisionados en diferentes lugares del estado y que los siete fueron citados a un curso que comenzó el martes en la Universidad Policial (Unipol), donde fueron detenidos ayer por personal de la Marina y trasladados a las instalaciones de la FGR.
Los nueve policías fueron trasladados en camionetas Pick Up con vidrios polarizados, y al menos de la delegación de la FGR, salieron resguardados por tres patrullas con personal de la Marina.
Antes, algunos familiares de los detenidos exigieron su libertad y aseguraron que son inocentes.
Lucía Durán Mosso, hermana de Juan, denunció que su hermano es hipertenso y que necesita tomar permanentemente sus medicinas, “y no se vale que sin deber nada lo hayan detenido”. Dijo que hace responsable al gobierno si le llega pasar algo.
Aseguró que su hermano no tuvo que ver en el caso de la desaparición de los 43 que ocurrió en Iguala, porque el 26 de septiembre del 2014, cuando ocurrieron los ataques a los normalistas, él estaba en Chilpancingo comisionado como escolta del director del periódico Vértice, Dan Nobel Castorena
Beatriz Durán, otra hermana de Juan, exigió justicia para él; “no se vale que a mi hermano lo hayan metido sin culpa. En ese tiempo él estaba aquí, incluso tenía vacaciones y no se vale que lo hayan agarrado injustamente”.
Juan Durán tiene 57 años, y 28 de ellos ha estado dentro de la corporación.
Beatriz fue insistente en que Juan es inocente; “no se vale que lo hayan detenido, él está enfermo, sufre de la presión, incluso él no oye y no nos dejan verlo. No se vale que lo acusen de un delito que ni si quiera hizo y no sabemos por qué lo hayan involucrado injustamente”.
Dijo que el gobierno lo quiere hacer culpable cuando en realidad no lo es, “los que deben de pagar son otros”, reprochó, y agregó que cuando menos querían verlo antes de que lo trasladaran al Estado de México, “queremos saber que está bien, pero no nos permiten verlo”.
Aseguró que a diferencia de otros de los policías estatales, su hermano no había sido señalado en el caso.
“Su historial está limpio, no lo habían señalado, ni había sido citado ni notificado de nada”, reiteró.
Informó que antes del martes estaba comisionado en Chilapa de donde se vino al curso.
“Vemos que lo que están señalando solamente como para tapar el caso Ayotzinapa, porque cómo es posible que después de nueve años, ahora vengan y digan ya encontramos a los culpables. No es posible que después de nueve años digan tú eres y ya. No es justo”.
La esposa de Ramiro Alvarado Sánchez, también denunció que lo están inculpando injustamente; “él lleva 18 años en la policía y ni si quiera una falta tenía. Ha sido bien cumplido en su trabajo”.
Reconoció que, “desgraciadamente”, él si estaba en Iguala cuando ocurrieron los ataques a los normalistas, pero no estaba en operativo, sino de guardia en una dependencia, pero no recordó en cuá.
“Queremos justicia, y que se investigue bien antes de que los sentencien, o no sé qué vaya a proceder con ellos, nosotros nunca habíamos pasado por esta situación, así que no tenemos mucho conocimiento de que es lo que va a pasar con ellos”, agregó.
Alfredo Alvarado, hijo de Ramiro, contó que su padre tiene 54 años de edad y 19 de ellos en la corporación.
Reprochó: “Cómo es posible que ya los van a trasladar (al penal del Altiplano), así nomás, de repente, sin que nos dejen verlos, y sin que nos hayan dicho nada. Exigimos que nos dejen verlos antes de que se los lleven”.
Dijo que está de acuerdo en que el gobierno quiera hacer su trabajo “pero que también se ponga en los zapatos de nosotros como familiares”.
Alfredo, aseguró que el trabajo de su padre “ha sido impecable, sin ningún historial, y cómo es posible que hasta este momento lo detengan”.
Informó que un año después de los hechos de Iguala, su padre fue citado a declarar a la Procuraduría General de la República (ahora FGR) y declaró que él no estaba en operativo, sino comisionado en una dependencia estatal, “y no le pudieron comprobar nada, por eso lo liberaron, pero ahora resulta que es culpable”.
Aseguró que su padre tiene un historial “impecable”, y que “es ejemplo en la corporación”, agregó que no se le hace congruente que hasta ahora le hayan iniciado un proceso; “como familia no se nos hace justo porque no se está buscando la verdad, ni aplicando la verdadera ley”.
Concepción de la Rosa Vásquez, esposa de Pablo Jiménez Morales de 46 años de edad y 20 de ellos en la corporación, contó que su esposo estaba comisionado en Acapulco, cuando lo mandaron traer para el curso.
Explicó que el miércoles le llamó y le dijo: “ven a traer mis cosas porque estoy detenido, y le soltó: “Me involucran en el caso Ayotzinapa, pero yo no estuve, ya estaba en Acapulco en ese tiempo”.
Concluyó: “estamos viendo que todo esto fue planeado; estaban en un curso con el uniforme, ¿por qué los detuvieron a todos en su curso”.
Las instalaciones de la delegación de la FGR estaban resguardadas por tres patrullas con personal de la Marina, entre 15 y 20 en total, y fueron los mismos que a las 11 de la mañana partieron atrás de un convoy de unas cinco camionetas Pick Up blancas, con vidrios polarizados, en las que se llevaron a los nueve policías detenidos.
Texto: Zacarías Cervantes / Foto: Jesús Eduardo Guerrero