15 julio,2018 12:22 pm

Truenos, VAR y un torrente de goles: Rusia regala una final de locos 

Texto: DPA/ Foto:Pussy Riot (Twitter)

Un gol en propia puerta, una intervención decisiva del VAR, un portero que intenta un regate en su área, cuatro aficionados que saltan al césped y seis goles: todo eso y más ocurrió hoy en la final del Mundial de futbol de Rusia, un partido gobernado por la locura y aderezado por los rayos y truenos que caían del cielo de Moscú.
Francia derrotó 4-2 a Croacia en un duelo memorable que no ofreció respiro ninguno. Hay que retroceder hasta 1958 para ver una final del Mundial con tantos goles en 90 minutos. Pero desde luego que hace 60 años, en aquel 5-2 de Brasil sobre Sueica, el futbol no era lo que es. Ni había VAR, ni hinchas invadiendo la cancha.
La final vio incluso a Emmanuel Macron, el presidente de Francia, saltar como un loco en el palco de autoridades con los goles de “Les Bleus”.
Después de que ambos equipos se tantearan en los primeros instantes del encuentro, en el minuto 18 arrancó la locura. Antoine Griezmann se tiró al césped y engañó al árbitro, que pitó falta. La lanzó el delantero de Atlético de Madrid y Mario Mandzukic la peinó hacia su arco.
Justo Mandzukic, el hombre que había clasificado a Croacia a la final. “Es el primero en defender”, había dicho el sábado su seleccionador, Zlatko Dalic. Fue el primer gol en propia en la final de un Mundial.
Tras el empate de Ivan Perisic en el 28′, el VAR hizo su aparición en una final mundialista. El árbitro argentino Néstor Pitana señaló penal por mano de Perisic tras consultar la pantalla. El balón llevaba parado cuatro minutos cuando Antoine Griezmann marcó el 2-1.
Para ese minuto ya habían visto los primeros rayos por encima del techo del Luzhniki. Los truenos retumbaban en la bóveda del estadio moscovita.
Poco después de que volvieran del túnel de vestuarios tras el descanso, los jugadores se tuvieron que detener porque cuatro personas interrumpieron la final al salir al césped. Vestían pantalón negro y camisa blanca y fueron sacados enseguida por las fuerzas de seguridad. El grupo de activistas Pussy Riot se atribuyó la acción.
Por si eso no fuera poco, Kylian Mbappé se convirtió en el futbolista más joven en marcar en una final mundialista desde el mismísimo Pelé en 1958. Anotó con un disparo desde fuera del área y mostró su enorme sonrisa de niño. Diecinueve años y 207 días tiene la joven perla francesa.
Ese gol sentenció la final en el 65, porque era el 4-1, pero el portero Hugo Lloris se encargó de dar algo más de emoción al intentar un regate en su área. No fue la mejor idea porque Mandzukic estaba ahí, interceptó el balón y marcó el 4-2 definitivo.
La final de locos fue el epílogo a un Mundial criticado a veces por la excesiva racanería de algunos equipos, entre ellos Francia. Pero Rusia 2018 tenía reservado el mejor “show” para el último partido. Nadie olvidará esta final.