18 octubre,2024 5:27 am

Un llamado a la unidad y la acción

LA POLÍTICA ES ASÍ

 

 

Ángel Aguirre Rivero

 

 

 

Siento una gran tristeza por lo que ocurre en mi estado, y aunque los desafíos son grandes, me llena de esperanza la oportunidad de poder ayudar.

Las solicitudes de despensas, ropa, víveres y láminas, ponen de manifiesto la solidaridad de nuestros amigos, que nos apoyan en los momentos más difíciles, especialmente en la Montaña alta y la Costa Chica.

He encontrado un inmenso apoyo en amigos empresarios y miembros de la comunidad judía, así como del Instituto Politécnico Nacional, los que, con gran generosidad, han enviado tráileres con víveres y otros recursos para quienes más lo necesitan.

A pesar de los retos de inseguridad que atraviesan todas las regiones, confío en que podremos recuperar la paz y la seguridad

Sé que la Montaña alta y la Costa Chica, que alguna vez estuvieron a salvo de este mal, pueden resurgir más fuertes si seguimos esforzándonos y colaborando con determinación.

Siento una profunda nostalgia por aquellos momentos en los que podíamos transitar libremente por todo Guerrero, disfrutando de sus paisajes, su gastronomía, su cultura y su gente, pero también sé que podemos recuperar esa libertad.

En cuanto a Acapulco, después de los huracanes Otis y John, veo una gran oportunidad para la renovación.

Hay muchas personas que siguen apostando por el futuro de Acapulco, y estoy convencido de que, con un esfuerzo conjunto, podemos devolverle su esplendor y convertirlo en un destino vibrante y seguro.

Tal vez no se haya dimensionado lo que se viene para Acapulco y para Guerrero. Por ello, mi insistencia en crear un organismo rector de carácter federal que se avoque al renacimiento de Acapulco, coordinando las acciones del gobierno estatal y municipal y siendo el gran interlocutor con la iniciativa privada. La sociedad debe entender también la necesidad urgente de organizarse, alzar la voz y participar activamente ahora, y no cuando ya no sirva de nada.

Sin embargo, sería injusto no reconocer la buena disposición de nuestra presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, quien, en tan solo quince días, nos ha visitado dos veces y, por primera vez, tocó una de las colonias populares más afectadas, la Alejo Peralta, para constatar personalmente los daños, estoy cierto que en su próxima visita continuará con esta práctica.

La presidenta Sheinbaum ha mostrado su sensibilidad humana, y estoy seguro de que nos acompañará siempre para darle celeridad a la recuperación de Acapulco, como estoy cierto de que lo hará con otras regiones que también requieren de su presencia y que no sólo se atienda a Acapulco. Por lo pronto, dispuso de la reubicación a través de Sedatu de 300 viviendas que se encuentran en zona de alto riesgo.

No obstante, no podemos ignorar la realidad de que el desarrollo también conlleva responsabilidades. La expansión de Punta Diamante debe ser llevada a cabo con un enfoque sostenible, considerando los impactos ambientales y sociales. Necesitamos un organismo federal que garantice que cada inversión respete nuestro entorno y que beneficie realmente a la población.

Es necesario aprender de las lecciones que nos han dejado huracanes como Paulina, Ingrid, Manuel, Otis y John. Estos fenómenos han demostrado la fragilidad de nuestras infraestructuras y la necesidad de un plan integral de gestión de riesgos que nos prepare para el futuro.

Recuerdo que cuando Ingrid y Manuel, el entonces presidente Peña Nieto ordenó a Jorge Carlos Marín –quien fungía como su secretario de Sedatu–, que se hiciera una investigación para identificar a los responsables de otorgar por actos de corrupción, permisos en zonas donde jamás debieron haberse construido fraccionamientos y zonas habitacionales. Valdría la pena retomar esta investigación de la que no conocimos sus conclusiones.

Los guerrerenses hemos librado las peores batallas, y estoy seguro de que unidos, saldremos adelante. No es momento para la discordia, mucho menos para estar pidiendo la salida de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, que nada aportaría y quien está cumpliendo con su responsabilidad.

Estoy convencido y optimista de que en diciembre nuestro querido Acapulco volverá a brillar y tendremos una gran ocupación hotelera, porque somos poseedores de la bahía más bella del mundo.

 

Del anecdotario

 

Ahora que Francisco Labastida Ochoa publicará su autobiografía, que seguramente resultará interesante su lectura, me recordó que fui el primer gobernador que se pronunció a favor de su candidatura desde Tecpan de Galeana, siendo éste secretario de Agricultura y Ganadería, convencido de que sería un gran presidente.

Sin embargo, hace poco, conversando con Paco, reconoció algunos errores que se cometieron durante su campaña, de la cual formé parte, atendiendo los estados de Veracruz, Puebla y Oaxaca.

Le pregunté por qué había dejado la coordinación de su campaña en dos personajes sin ninguna trayectoria ni experiencia política, como Esteban Moctezuma y Emilio Gamboa Patrón.

“Oye, Paco,” le dije… “Esteban Moctezuma no ha ganado ni una comisaría y lo nombraste coordinador de tu campaña. ¿Por qué?”.

“Mira, Ángel, en un mea culpa, te debo decir que me lo impuso el presidente Zedillo”.

“¿Y por qué lo permitiste?”.

“Porque creí que nos iba a ayudar, y no lo hizo; al contrario, nos traicionó”.

Entonces le dije: “¿Por qué no lo hiciste público en ese momento para desenmascarar a Zedillo?”.

“No era conveniente, mi Ángel”, me contestó, “porque en ese momento Zedillo estaba muy bien evaluado en las encuestas”.

Perdimos por primera vez la Presidencia de la República. Acompañé a Paco Labastida hasta el último minuto de su derrota.

Recuerdo que me pidió estar recibiendo la información de los resultados electorales en una pequeña oficina del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, y fui el primero en decirle que los resultados no nos favorecían. Lo que incomodó a Dulce María Sauri y a Emilio Gamboa, quienes se negaban a decirle la verdad, pues aún faltaba por recibirse la información de algunas entidades del país. En mi carácter de economista hice lo que llamamos una extrapolación y estaba absolutamente seguro que la cifras no nos eran favorables. Entré a la oficina del candidato y le hice una señal para comunicarle que la derrota era inminente, y observé el malestar de la dirigente nacional y de Gamboa Patrón.

Muchos de mis amigos me visualizaban como miembro del gabinete y el propio Paco Labastida me había ofrecido que de ganar la Presidencia, estaría muy cerca de él. Pero la historia fue otra. A los pocos meses decidí contender como diputado federal de mayoría por mi querida Costa Chica, quien me brindó todo su respaldo y obtuve una de las votaciones más altas en estado de Guerrero, lo que me permitió ser presidente de la Comisión de Comunicaciones y posteriormente la de Presupuesto y Cuenta Pública en la 59 Legislatura federal.

Fue una noche fría. Caminé hacia mi casa de la colonia Sinatel para recibir el calor y el amor de Laura del Rocío y de mis hijos Laurita y Angelito, que aún eran adolescentes.

Después, Paco y yo nos encontramos en el Senado de la República, él como presidente de la Comisión de Energía y yo de la de Comunicaciones y Transportes. Y nos seguimos queriendo como antaño.

La política es así…