14 junio,2022 5:26 am

Una cumbre deslucida para una realidad compleja

Abelardo Martín M.

 

Muy polémica a nivel internacional resultó la decisión del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, de no asistir a la Cumbre de las Américas, la novena, que tuvo lugar en Los Ángeles, California.

Su protesta anunciada ante la posición norteamericana de excluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua, por considerar que los gobiernos de esas naciones no son democráticos sino más bien dictatoriales, generó una corriente de simpatía en la región, al grado que los presidentes de otros países como Bolivia y Honduras secundaron la estrategia y tampoco estuvieron presentes, por lo que su representación corrió a cargo de sus ministros de Relaciones Exteriores.

Otras ausencias por diversos motivos se juntaron, hasta sumar ocho, en tanto que veintidós mandatarios sí acudieron a la convocatoria del Presidente Biden, quien en la reunión se mostró preocupado por los fenómenos migratorios y anunció planes para promover el desarrollo y la cooperación económica en la zona, como forma de desincentivar la migración ilegal, así como facilidades para la migración legal, pero se mostró insistente en el fortalecimiento de la democracia como “un poder increíble” para mejorar la vida de todos.

De todos modos, en la cumbre el presidente de Argentina, Alberto Fernández, y el primer ministro de Belice, John Briceño, expresaron la queja de los ausentes e incluso de algunos de los presentes, por la exclusión de los países no invitados, y en especial por el bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba, posición que también sostuvo en la reunión de cancilleres el representante mexicano, Marcelo Ebrard.

Habrá que ver si el presidente norteamericano tiene el tiempo y la posibilidad de desplegar los planes anunciados para la zona, pero en lo inmediato ha trascendido que el próximo mes se aplicará a recibir en la Casa Blanca a los principales gobernantes de países latinoamericanos, entre ellos el de México, para afinar los detalles de la cooperación regional.

Antes y después de la cumbre, queda en evidencia que los gobiernos de todo el continente requieren encontrar nuevos esquemas que les permitan gestionar sus diferencias, y eventualmente avanzar en los muy viejos proyectos de cooperación e integración, un objetivo en que por contraste Europa ha avanzado con gran celeridad y eficacia a lo largo del último medio siglo.

Entretanto en México el tema más relevante ha sido la reciente jornada electoral en seis estados de la República, donde se definió la renovación de sus gubernaturas y de otras autoridades locales. El resultado global, en que Morena obtuvo cuatro triunfos de los seis posibles, mostró sin lugar a dudas que el movimiento transformador mantiene su vitalidad y avanza en todo el país.

Ahora en consecuencia, ha empezado a hablarse de los comicios del próximo año, en que se elegirá a los nuevos gobernadores de Coahuila y el Estado de México, con lo cual se acabará de perfilar el escenario para 2024, en que tendrá lugar la elección presidencial, y de la correlación de fuerzas de las agrupaciones políticas de aquí a entonces.

En Guerrero, donde la agitación partidaria y electoral se dirimió el año pasado con el triunfo indiscutible de Morena, este lapso ha transcurrido en relativa paz. Pero sólo en ese ámbito.

El gran pendiente de averiguar qué fue lo que pasó realmente con los desaparecidos de Ayotzinapa constituye aún una herida abierta. El movimiento de los padres de las víctimas continúa su lucha, la cual alcanzará mayor fragor a medida que se aproxima el octavo aniversario de la tragedia.

No es el único factor de inestabilidad. El mayor conflicto es la criminalidad desbordada. El gobierno estatal se manifiesta muy satisfecho porque en las cifras de pronto se advierten pequeñas reducciones. Estamos en el noveno lugar nacional en homicidios dolosos, se resalta como logro.

Sin embargo, delitos de alto impacto generan el sobresalto de la población, e indican que la delincuencia consolida su imperio en la mayor impunidad. La ejecución múltiple en una granja avícola en la población de Petaquillas, en la periferia de Petaquillas, el pasado fin de semana, causó por ello gran revuelo, al igual que el ataque con armas de fuego al palacio municipal de Atenango del Río, o la racha de unidades del transporte público quemadas por quienes evidentemente están extorsionando a los transportistas.

Todo ello conforma el panorama cotidiano de nuestro estado. Es también la realidad de vastas zonas del territorio nacional que sufre la expansión de carteles y grupos delincuenciales.

Y es asimismo la compleja situación que los gobiernos locales y el federal deberán afrontar si pretenden deveras transformar el país.

Ya habría que ir empezando.