8 junio,2024 6:02 am

Una mujer en la Presidencia; una deuda histórica y un panorama complejo

Rosa Icela Ojeda Rivera

 

Al consumarse la independencia de México el 27 de octubre de 1821 el poder quedó en manos de un emperador, Agustín de Iturbide, y a su derrocamiento se estableció la República. Luego de 1863 a 1864 fue el segundo imperio, el de Maximiliano, hasta su asesinato; de entonces a la fecha estuvieron al frente del Poder Ejecutivo cerca de 80 hombres, algunos de ellos recordados por haberse reelegido en múltiples ocasiones, por la venta del territorio nacional, por ordenar masacres, represión, violencia, robo, defraudación, provocar crisis económicas, enriquecimiento ilícito, corrupción, endeudamiento de la nación e incremento y dominio de grupos criminales vinculados al tráfico de droga, secuestro, extorsión y trata de personas.
En los 203 años de la nación mexicana ninguna mujer había gobernado el país.

Antes del triunfo de Claudia Sheinbaum, seis mujeres participaron como candidatas, cinco fueron postuladas en las elecciones de 1984, 1994 y 2006 por partidos políticos del espectro ideológico de izquierda. Su participación fue testimonial, pero todas contribuyeron a la ampliación de los derechos de las mujeres y reivindicaron la legitimidad de su acceso al Poder Ejecutivo.

Rosario Ibarra de Piedra fue la primera candidata a la Presidencia de la República en 1988. Ella y su partido, el PRT denunciaron la represión política y exigieron libertades, su campaña cobijó la causa de las madres que, como ella, tenían al menos un hijo desaparecido por motivos políticos por el régimen autoritario de partido hegemónico, el Revolucionario Institucional (PRI); hicieron visibles los excesos del poder, el uso de la violencia y la desaparición forzada contra sus adversarios políticos y opositores al régimen. Rosario obtuvo el 1.77% de la votación.

En la elección de 1994 participaron Cecilia Guadalupe Soto González por el Partido del Trabajo (PT), que obtuvo un 2.75% de la votación y Marcela Lombardo Otero postulada por el Partido Popular Socialista (PPS), quien obtuvo el 0.47% de los votos.En la elección presidencial del 2006 participó Dora Patricia Mercado Castro, por el Partido Alternativa, Socialdemócrata y Campesina (PASC); fue la primera vez que una mujer obtuvo más de un millón de votos y un porcentaje del 2.70%.

La quinta candidata fue Josefina Vázquez Mota postulada por el Partido Acción Nacional (PAN), partido de ideología conservadora. La votación obtenida por ella fue alta para los estándares previos de las mujeres participantes, el 25.34% de los sufragios.Ahora en 2024, 40 años después de la primera candidatura de una mujer a la Presidencia de la República en 1988, dos mujeres participaron como candidatas, ambas con posibilidad de triunfo. Claudia Sheinbaum por el partido Morena que se define como un partido de izquierda, antineoliberal, y Xóchitl Gálvez militante del PAN, partido de derecha, de ideología conservadora, cercano a la democracia cristiana.

Claudia Sheinbaum ganó la elección de 2024 con el 59.7% de los votos, lo que le da una distancia de más de 30 puntos de Xóchitl Gálvez, la candidata postulada por la coalición Fuerza y Corazón por México encabezada por el PAN, quién obtuvo el 27.6%.La alta votación obtenida por Claudia Sheinbaum refleja la aprobación de las políticas sociales bienestaristas impulsadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Sheinbaum carecía por sí misma de la posibilidad de obtener tan alta votación, el capital político de Claudia radica en su larga trayectoria de izquierda y en sus sólidas relaciones con importantes personas progresistas y de izquierda del mundo académico, lo que le da la posibilidad de integrar un gabinete que le permita gobernar en tiempos difíciles y sin tener el carisma de su predecesor.

Claudia contará con el apoyo que puede brindarle el Congreso para realizar la reformas que requiere para hacerse de los medios que le permitan ampliar las políticas sociales –como fue su promesa de campaña– y para enfrentar retos tan sensibles como frenar nuevos incrementos al precio de los productos de la canasta básica y evitar la devaluación del peso sin recurrir al endeudamiento externo.

El ejercicio de Claudia en el gobierno no será fácil, pues recibe un país desgastado, secuestrado por los cárteles criminales vinculados al robo, homicidio, secuestro, extorsión, trata de personas, despojo y explotación de las riquezas naturales como bosques y minería, que han originado un nuevo ciclo de desplazamiento forzado interno que nadie ha podido atender por omisión y/o colusión.
Las políticas de seguridad en México desde 2006 propiciaron una situación de violencia equivalente a la de un país en guerra, sin visos de solución efectiva en el corto plazo. Esos son parte de los retos que deseamos puedan ser superados por el bien del país, de Guerrero y de sus habitantes.