Ciudad de México, 25 de julio de 2024. Desde la Diócesis de Tapachula, Chiapas, se reprochó al gobierno y a las Fuerzas Armadas indiferencia, complicidad y complacencia con cárteles del narcotráfico que han azotado la entidad con violencia por la disputa del territorio.
Reforma publicó este miércoles que al menos 600 pobladores de 235 familias, prefirieron abandonar sus hogares en Chiapas y huir a Guatemala para esquivar balazos, bloqueos y asesinatos que a diario está provocando la guerra entre los grupos criminales ligados con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa (CDS).
En una carta, Jaime Calderón Calderón, obispo emérito de Tapachula y arzobispo electo de León, y 16 miembros del Consejo Presbiteral, manifestaron su preocupación por los niveles de violencia alcanzados en el estado gobernado por el morenista Rutilio Escandón.
Dijeron que las comunidades están entre “sufrimiento, temor, sangre y muerte”, y llamaron a las autoridades de los tres niveles de gobierno a actuar sin ocultar ni evadir el problema o su responsabilidad.
“La presencia permanente de los cárteles de la droga disputándose el territorio de la Foranía sierra, yendo y viniendo por todo el territorio ante la indiferencia y complicidad aparente de la Guardia Nacional y del Ejército mexicano con la complacencia de un gobierno federal y estatal que, argumentando desconocimiento o el tener una imagen distinta de la situación y dando órdenes al Ejército y Guardia Nacional de presencia en el territorio sin intervenir para proteger a la población, ha cambiado del todo la vida de nuestros hermanos de la sierra”, expusieron.
“Hermanos de la autoridad civil de los distintos niveles de gobierno, seguimos esperando que intervengan para hacer lo que les corresponde: restablecer el Estado de Derecho en nuestras comunidades. ¿Qué necesitan para salir de su indiferencia y defender al pueblo que les tuvo confianza con su voto para que ustedes cuidaran de él? ¿Hasta cuándo van a vivir tratando de esconder una realidad triste y dolorosa que nosotros vamos cargando día a día?”, agregaron.
Ante ello, urgieron al Ejecutivo federal, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, y a las autoridades locales que cumplan con su deber de proteger a la sociedad, sin pretextos del cambio de gobierno y la llegada de Claudia Sheinbaum.
“Les pedimos, les rogamos, les suplicamos, cumplan su deber y protejan a nuestro pueblo. No los necesitamos teniendo destacamentos que vivan entre nuestra gente solo como espectadores, necesitamos que intervengan y defiendan a nuestras comunidades que están viviendo una situación de esclavitud y sometimiento en pleno siglo XXI.
“Necesitamos que, superando su indiferencia y temor, cumplan su deber y defiendan a este pueblo de sus agresores. Quiera Dios que este tiempo de transición en el gobierno federal y estatal no vaya a ser argumento para dejarnos en el olvido de la próxima administración, sino que, antes bien, el gobierno entrante tenga buena memoria, nos tenga presente y no se olvide de nosotros que ya hemos sufrido demasiado”, insistieron.
Describieron que en la zona, los pobladores viven “secuestrados en sus comunidades”, puesto que deben pagar derecho de piso “al cártel que les corresponda”, de acuerdo con su ubicación geográfica; a merced del crimen que les obliga a participar como escudos humanos en los enfrentamientos entre grupos rivales o que son reclutados por alguno de los dos bandos para pelear por el territorio.
“La situación es desesperante, es muy complicado vivir así; por un lado, secuestrados en casa propia, obligados a hacer lo que no deben, con un profundo sentido de impotencia ante lo incomprensible de la situación que viven, la gente de los cárteles que disponen a su antojo de la población; y por el otro, la presencia de los destacamentos de la Guardia Nacional y el Ejército mexicano que hacen nada por la población a la que ven sufrir día a día. ¿Hacia dónde van nuestras comunidades con todo esto? ¿Qué tenemos que hacer o decir para que el gobierno cumpla su deber, al menos, de proteger y velar por la seguridad de las comunidades?”, lamentaron.
A la sociedad, le pidieron no “regalarse” por dinero al crimen organizado, para aceptar ser sus operadores y así someter, amenazar y entregar “a sus propios hermanos”.
Texto y foto: Agencia Reforma
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