17 mayo,2022 6:49 am

Urgen en homenaje a leer a Carlos Fuentes ante la “niebla intelectual y política que nos envuelve”

Redacción

“Hoy podemos hablar ya de una disciplina fuentista, en el sentido de que ya hay un gran elenco de personalidades del mundo académico, en el mexicano e internacional, que están trabajando en el análisis de la obra de Carlos Fuentes. Esto es lo que podríamos ver a 10 años de la distancia de su fallecimiento”, dijo Diego Valadés, en el homenaje por internet que hizo El Colegio Nacional al escritor este domingo por la noche.
No sólo se conmemoró el décimo aniversario luctuoso de Fuentes, sino también el 50 aniversario de la entrada “del observador y analista de la realidad” a la institución.
Haciendo referencia al discurso de ingreso de Carlos Fuentes al Colegio Nacional, Valadés destacó que en aquel momento el escritor dijo que cuando la ciencia, la moral, la política o la filosofía llegaban a situaciones límite y encontraban problemas para resolver sus propios dilemas, acudían a la literatura en busca de soluciones y elementos para suplir las insuficiencias.
“Fuentes habló de los errores y excesos de la libertad, refiriéndose en este caso a los que podrían cometer quienes analizaban las obras de autores, pero nunca le incomodó la crítica, por eso respetó e incluso aplaudió y defendió la libertad de los críticos y muchos como él consideramos que es preferible correr el riesgo de la libertad y no sujetarnos a la certidumbre de la privación de la libertad, esto es aplicable a la literatura pero también a la vida cotidiana y a la vida política de los países”, declaró Valadés.
La periodista cultural Silvia Lemus, viuda de Fuentes, también recurrió al discurso inaugural del escritor en El Colegio Nacional, del que leyó un fragmento. Después de su intervención, le siguió una recopilación en video de los discursos que ofreció Fuentes como miembro de aquella institución.
Para uno de los participantes, el antropólogo Roger Bartra, Fuentes es una “ventana” a la vida política y cultural de México que representa una oportunidad de encontrar claves de la historia del país para comprender y decodificar “el autoritarismo y las marañas políticas”.
“Su libro Tiempo mexicano tiene una inquietante actualidad, pues no abre la puerta a aquella época en que el populismo priísta gobernaba el país. Aquellos tiempos mexicanos tan lejanos vuelven a ser convocados por un gobernante que invoca la invención mítica e indígena como una fuerza nacional opuesta a la modernidad capitalista. Leer a Fuentes hoy es un imperativo ante la niebla intelectual y política que nos envuelve”, declaró Bartra.
Anamari Gomís señaló que los escritores que actualmente incluyen elementos prehispánicos en sus obras no lo habrían hecho si Fuentes no hubiera incursionado en esa temática antes.
El escritor y editor Jovany Hurtado advirtió en su participación que hoy en día se necesita una nueva lectura de la obra de Fuentes, que salga de los espacios comunes y vaya a espacios poco explorados.
Por su parte, el político Porfirio Muñoz Ledo, que conoció a Fuentes durante sus años universitarios, dijo que el autor de Terra Nostra era su “cuate”, en toda la extensión de la palabra, porque “desde que nos conocimos, hasta que murió, no dejamos de vernos toda la vida”.
El escritor Julio Ortega, profesor de la Universidad de Brown y amigo de Fuentes desde la juventud, comenta que, pese a que desde hace 10 años partió el escritor, su energía positiva no ha cesado, pues su ejemplo y su obra continúa presente por su carácter “mundano”. “Hay muy pocos países hospitalarios como México (…) entonces Carlos ha sido un representante de México en el mundo y un interlocutor cultural con el mundo.
“Lo conocí antes de que pensara siquiera que iba a ser un gran escritor, aunque ya era un gran observador”, dijo Elena Poniatowska al inicio de su participación. “Fuentes irrumpió como un balazo”, cuenta la escritora sobre el recibimiento que tuvo Fuentes con La región más transparente y recordó las múltiples fiestas en las que convivió con el homenajeado.
“Quizás y él lo sabía, pero nunca lo dijo, que iba a ser el mejor escritor”, declaró Poniatowska.
El escritor Juan Villoro habló sobre la habilidad de transformación de Fuentes en el género de la novela, pues no le bastaba trabajar en un formato lineal. Esta práctica la llevó a tal extremo, que en ocasiones se debatió sobre si algunas de sus obras sí eran novela o algún otro género. “Todo esto habla de una capacidad extraordinaria para entender que todo esto es un desafío”, aseguró.

Ya no hay nada por publicar,
dice la viuda Silvia Lemus

En una entrevista aparte con el diario argentino La Nación, la periodista Silvia Lemus aseguró que “ya nada queda por publicar” del autor.
“Hemos revisado todo y quizás queden algunos cuentos de juventud. Pero ya todo está publicado y su novela póstuma fue Aquiles o El guerrillero y el asesino”, precisa. El hecho de que todas sus obras ya hayan salido a la luz, dice Lemus, obedece a que “Fuentes era muy disciplinado”.
“Tenía muy claro lo que deseaba escribir. Hacía siempre un plan. Decía que al día siguiente ese plan ya no iba servir porque había sueños que en la noche le habían indicado algo”. Lo cuenta con calma, la que aprendió con la resignación y el duelo tras la muerte prematura –antes de los 30 años– de los dos hijos que tuvo con el escritor, Carlos y Natasha, fallecidos con un par de años de diferencia.
“El 14, día anterior a su fallecimiento, subió a su oficina, en el cuarto piso de nuestra casa, y dejó anotado su plan para la novela que se habría llamado El baile del centenario”, reveló Lemus.