28 marzo,2018 10:43 am

Ve Brasil superado el “fantasma” del 7-1 y quiere ahora el “hexa”

Texto: DPA / Foto: EFE

Río de Janeiro, Brasil, 28 de marzo 2018. Era sólo un amistoso y Brasil no brilló como en otros partidos de la era Tite, pero el triunfo por 1-0 tuvo un sabor especial para los sudamericanos. Porque el rival era Alemania, responsable del último gran trauma del futbol brasileño, y la cura subraya ahora las ambiciones de la “canarinha” en Rusia 2018.

El grito de alivio llegó casi cuatro años después de la humillación de Belo Horizonte, en el Mundial que Brasil disputaba en casa y en el que el equipo se hundió en las semifinales con un 7-1 frente a los futuros campeones.

En la noche del martes, el tramo final de la recuperación empezó cuando el delantero Gabriel Jesus cabeceó con fuerza hacia el arco germano en el minuto 37 del amistoso jugado en Berlín. Todavía hubo unos segundos de duda sobre si la pelota había cruzado la línea, como si la maldición amenazara con continuar.

La “canarinha” había estado además dubitativa la primera media hora, el mismo periodo en el que en 2014 ya había encajado cinco goles. Pero casi una hora después, el “fantasma” parecía llegar a su fin con el pitazo final en Berlín, gracias a un once brasileño que jugaba además sin su gran estrella, Neymar, que se recupera todavía de una operación en el pie.

“Brasil se empieza a olvidar del 7-1”, aseguró hoy el diario “Folha de Sao Paulo”, que celebró también que el equipo sobreviviese a la fase final del duelo, cuando Alemania apretaba para evitar la derrota.

“La selección es ahora más fuerte”, dictaminó por su parte “Lance!”, el principal diario deportivo del país, para subrayar que la victoria por la mínima de la “canarinha” marca el inicio de una nueva etapa.

“Mejor vencer a los reservas de Alemania que nada”, señaló otro columnista, restándole relevancia al hecho de que la “Mannschaft” mandase a varios suplentes al campo en el Olímpico de Berlín, algo que podría no reflejar la verdadera correlación de fuerzas actual entre ambos equipos.

“La victoria fue magra pero fundamental para mostrar que aprendemos”, creía también “Folha”, dejando de lado por un día los análisis del juego para reflexiones más profundas sobre el aprendizaje “tras el horror”.

Los propios protagonistas mostraron que la victoria fue ante todo un paso psicológico importante. “Es autoestima, tiene ese componente”, admitió en Berlín el seleccionador Tite, el encargado de reconstruir el equipo desde 2016, y que había hablado en varias ocasiones del “fantasmita” del Mineirao en los últimos días.

Thiago Silva, uno de los pocos veteranos de hace cuatro años, apareció ante las cámaras serio y visiblemente aliviado. “Esta camiseta hay que respetarla”, pidió el capitán de Brasil 2014, que no estuvo en la debacle frente a Alemania por suspensión.

Un punto extra para la autoestima brasileña podría ser además la ausencia de Neymar, el jugador en el que están depositadas las mayores esperanzas para Rusia 2018. Porque el partido demostró que Tite ha conseguido formar un colectivo que puede funcionar sin su gran astro.

“El equipo siente su ausencia, pero hemos aprendido también a ser fuertes sin él”, dijo el técnico en Berlín.

Las principales conclusiones de la victoria, sin embargo, seguirán siendo las extradeportivas tras el amistoso que era en realidad mucho más que un amistoso. “¡Le ganamos a Alemania y nos vestimos de verde y amarillo!”, escribieron en la noche los administradores del estadio Mineirao de Belo Horizonte, sede del 7-1.

Y el próximo paso ya está claro. Tite tiene que mover sus fichas para “la única venganza posible”, consideró “Lance!”: ganar el “hexacampeonato” en Moscú, “con o sin Alemania en el camino”.