25 junio,2022 5:29 am

Vedas de pericos y guacamayas

Octavio Klimek Alcaraz

 

En México, se tienen inventariadas 22 especies de pericos y guacamayas del grupo taxonómico de los psitácidos, de las cuales seis son endémicas a nuestro territorio, es decir, sólo aquí se encuentran en todo el planeta.

En la actualidad, todas estas especies, se encuentran oficialmente en riesgo: 11 especies se encuentran en peligro de extinción; siete están amenazadas y cuatro bajo protección especial. De hecho, en grandes áreas de distribución natural histórica de pericos y guacamayas en nuestro territorio, estos han desaparecido totalmente. Todo esto, es inaceptable como país responsable de cuidar su biodiversidad.

Recordemos, que la protección de especies clave, como los pericos y guacamayas, deben ser una prioridad de nuestros programas de conservación, ya que, si desaparecen, pueden perderse al mismo tiempo muchas otras especies, en la cadena de la vida de los ecosistemas en que se encuentran.

La pérdida de los espacios de vida para los pericos y guacamayas, como son los bosques y selvas, al estar sujetos a su destrucción, contribuye de manera fundamental a que este grupo de aves se encuentre en riesgo en México

Pero los pericos y guacamayas, que nos son a todos familiares, por sus colores brillantes, su inteligencia pícara y amable, los convierte en los comediantes del mundo de las aves. Estas bellas características marcan para ellos lamentablemente su destino trágico al ser sujetos al tráfico legal o ilegal de vida silvestre. Todavía hay personas en la sociedad actual que los demandan, ya que tienen una enorme popularidad como animales de compañía y actores.

Toda esta problemática se combina para hacer más complejo los factores que contribuyen al declive de las especies de pericos y guacamayas en México.

Al respecto, en el año 2007 publique en este diario un artículo al que titulé Pericos y guacamayas en el Congreso (El Sur, 28 de abril de 2007). En el texto se reseñaban los datos del estudio titulado Tráfico ilegal de pericos en México. Una evaluación detallada. El mencionado estudio fue presentado y realizado por Juan Carlos Cantú Guzmán, director de programas de Defenders of Wildlife en México, y María Elena Sánchez Saldaña, presidente de Teyeliz AC. Ambas son organizaciones no lucrativas dedicadas al cuidado y protección de la biodiversidad de México. Como producto de la información de ese estudio y sus propuestas, se realizó una reforma a la Ley General de Vida Silvestre para que a través de la adición de un artículo 60 Bis-2 se prohibiera el aprovechamiento con fines comerciales de la familia Psittacidae en México, una veda. Después de ser aprobada por ambas Cámaras del Congreso de la Unión fue publicada la reforma el 14 de octubre de 2008.

En el estudio ya citado se decía: “se estima que se capturan entre 65 mil y 78 mil 500 pericos cada año. La tasa de mortalidad general para pericos capturados del medio silvestre excede el 75 por ciento antes de llegar al consumidor final, lo que se traduce entre 50 mil y 60 mil pericos muertos cada año, lo cual convierte a este comercio en uno terriblemente inhumano y de un gran desperdicio”.

Se señalaba en dicho reporte, que existe verdadera impunidad para los traficantes de estas aves. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) sólo lograba asegurar alrededor del 2 por ciento del tráfico ilegal anual, debido a sus carencias de personal y presupuesto para aumentar el esfuerzo de inspección y vigilancia.

Asimismo, informaba que este mercado ilegal es prácticamente mexicano. Se estimaba, que alrededor del 90 por ciento de los pericos mexicanos que se capturan permanecen en el comercio interno y sólo alrededor del 10 por ciento de esta captura ilegal sale del país.

Además, hay que señalar, que de 2003 hasta octubre de 2006 no se tenía conocimiento de autorizaciones por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para la captura de pericos y guacamayas. Aunque el estudio no lo menciona, de esas fechas hasta 2008 se habían otorgado nuevas autorizaciones de captura de estas aves.

Pero al entrar en vigor en el 2008, la reforma de la Ley General de Vida Silvestre se dejó de dar autorizaciones para comercializar pericos y guacamayas en el país. Por ello, es interesante conocer un nuevo reporte de los citados especialistas y de investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (Cantú, J. C., M. E. Sánchez, García de la Puente, E. y Ontiveros, P. J. M. 2022. Disminuye el tráfico ilegal de Psitácidos en México. Defenders of Wildlife, Teyeliz AC y UABCS. Junio 2022. pp 57).

Los autores reconocen que aún existe polémica alrededor de la efectividad de las vedas sin embargo el análisis estadístico realizado demuestra que el tráfico ilegal de loros disminuyó gracias a la veda. En este nuevo reporte se señala que el tráfico ilegal de loros en México disminuyó 47 por ciento tras la veda decretada en octubre del 2008. El reporte analizó los aseguramientos de loros por la Profepa encontró que hubo una disminución sustancial después de la veda del 2008. Señalan que incluso en Estados Unidos también ocurrió una disminución del 88 por ciento en aseguramientos de loros mexicanos. La disminución de aseguramientos junto con el aumento constante en el esfuerzo de inspección y de operativos de la Profepa, arrojó dicha disminución en el tráfico ilegal de pericos y guacamayas.

Los especialistas aseguran que la veda de loros mexicanos está funcionando y con estos datos se demuestra que sí se puede detener el tráfico de especies en México con el apoyo de las autoridades y de la ciudadanía. Estiman que de 31 mil a 37 mil psitácidos han dejado de ser capturados anualmente gracias a la disminución en el tráfico ilegal. Es decir, decenas de miles de loros se han quedado en las selvas y bosques para crecer, reproducirse y aumentar el tamaño de las poblaciones silvestres.

Los especialistas afirman que la explicación de la disminución del tráfico ilegal de loros es debida a la propia veda del 2008, que puso fin a la expedición de permisos de captura, lo que a su vez dificultó que los traficantes hicieran trampas y engañaran a las autoridades.

También influyó una campaña de comunicación permanente en todo el país en la que se informó de la veda, de las amenazas a los loros y de las formas de denunciar la venta ilegal. Al igual que el desarrollo de muchos programas de recuperación de loros, el aumento en los fondos para la conservación, programas de educación ambiental y usos alternativos de los loros como el aviturismo que deja una derrama económica significativa, y en menor medida, la importación masiva de especies de loros exóticos.

Del análisis de los aseguramientos se desprende que las cinco especies más traficadas son el perico de frente naranja, loro de cachete amarillo, guacamaya verde, loro frente blanca y loro de cabeza amarilla. Así mismo, algunas de las especies que tuvieron mayores disminuciones en aseguramientos después de la veda fueron el loro de frente blanca con el 88 por ciento de disminución, perico verde con 72 por ciento, perico pecho sucio con 60 por ciento, entre otros.

Sin embargo, señalan que el tráfico ilegal continúa y es necesario redoblar esfuerzos para erradicarlo en las próximas décadas para que las poblaciones de loros y guacamayas puedan recuperarse y empezar a aumentar de nuevo

La veda está funcionando, pero aún decenas de miles de loros siguen siendo capturados ilegalmente cada año. Harán falta algunas décadas de trabajo continuo para disminuir el tráfico ilegal hasta un nivel en el que las poblaciones de loros y guacamayas puedan recuperarse y empezar a aumentar de nuevo.

En paralelo a la veda se requiere incrementar el esfuerzo de investigación para conocer el estado de las poblaciones de las principales especies de pericos de pericos y guacamayas. Investigar con mayor detalle las causas que las mantienen en riesgo, en especial ratificar que los datos de reducción de capturas son debidos a las citadas prohibiciones legales. Me inclino a suponer que el mayor factor de riesgo es la pérdida de sus espacios de vida.

Se debe señalar finalmente que para lograr la conservación de estas aves se requiere un enfoque múltiple. Hay que atender este asunto de manera integral y articulada, como un problema biológico, económico, cultural y de educación, así como de manejo sostenido de la diversidad biológica.

En este momento, se requiere impulsar una campaña continua de información para que la gente no adquiera pericos y guacamayas dado que es ilegal. Aunque de fondo debemos recomendar no adquirir ningún tipo de animal de la vida silvestre, como posición ética del derecho de los animales a vivir en libertad. Esto es fundamental, no sólo el enfoque policiaco o punitivo.