29 enero,2022 10:47 am

Vende la Casa Millon patrimonio mexicano y amaga con denunciar al país por acusaciones de tráfico

Son “piezas chiquitas” y las acusaciones son por “estrategia política”, dice el experto de la subastadora francesa, Sergio Reynes, tras increpar a la embajadora Blanca Jiménez Cisneros, quien leía una carta de protesta afuera de la empresa. El representante de la firma critica que el país no actúe contra los que sacan las figuras del territorio nacional

Acapulco, Guerrero, 29 de enero de 2022. La francesa Casa Millon consiguió la venta de 32 lotes con 34 piezas que habrían sido elaboradas por culturas que habitaron en el actual territorio mexicano, pero de ellas el gobierno de México sólo reconoció que “30 son bienes arqueológicos que forman parte del patrimonio cultural de México”.

La embajadora en Francia, Blanca Jiménez Cisneros, leyó una carta de protesta afuera de Casa Millon, y cuando lo hacía, salió el experto de la empresa que increpó a la diplomática, Sergio Reynez, quien criticó que el gobierno de México haga acusaciones como si la firma “vendiera drogas”, aseguró que se trata de “piezas chiquitas”, que las acusaciones son por “estrategia política” y que se reservan el derecho a responder legalmente por las acusaciones de México hacia Millon

El viernes se llevó a cabo la subasta Carnets de Voyage-Opening Season Sale, organizada por Casa Millon, formada por 381 lotes con piezas antiguas originarias de países como Nepal, Costa Rica, Tanzania, República Democrática del Congo, Perú, Ecuador, Colombia, Guatemala, Nigeria, Costa de Marfil, Etiopía, Camerún, Tanzania y Burkina Faso, entre otros.

Entre las piezas que alcanzaron un mayor precio está la escultura de un “perro gordo que se muestra al acecho, con la cola y las orejas erguidas y la boca abierta, mostrando los colmillos en señal de protección. El animal está magistralmente modelado con formas naturalistas que evocan un concepto de fertilidad, abundancia y poder”.

La escultura catalogada con el lote 136 mide 32 x 42 x 25.5 centímetros habría sido elaborada en la región del actual estado de Colima. Se esperaba que fuera vendida entre 3 mil 500 y 4 mil 500 euros, es decir, entre 81 mil 381 y poco más de 104 mil pesos, de acuerdo con el tipo de cambio actual; sin embargo, fue vendido en 5 mil euros (116 mil pesos), sin impuestos incluidos.

Otra pieza arqueológica vendida en Francia fue el lote 129, una pequeña estatua antropomorfa que está arrodillada, con una joroba y un rostro que mira hacia el cielo “con intensidad”, que fue tallada en jadeita verde, que mide 7.3 x 3.1 x 4 centímetros y que habría sido elaborada por la cultura Olmeca. Salió en mil euros, poco más de 23 mil pesos.

También se vendió un vaso “en forma de perro gordo, con las orejas erguidas y la boca abierta mostrando los colmillos en señal de protección”, que mide 23x26x19 centímetros y habría sido elaborado en Colima, entre los años 100 a. C. 250 dC.

El vaso estaba clasificado como lote 63 y se preveía vender entre 400 y 500 euros (9 mil 300 y 11 mil 625 pesos), pero alcanzó 700 euros (16 mil 238 pesos).

La venta está “en armonía con la ley francesa”, asegura la Casa Millon

Con la intención de detener la venta, la embajadora de México en Francia, Blanca Jiménez Cisneros, protestó frente a la Casa Millon.

La embajadora condenó la subasta en un texto que leyó afuera de la sede de la subasta, debido a que se trata de bienes culturales de la Nación, además de monumentos arqueológicos, según lo estipulado en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas.

Sin embargo, Jiménez Cisneros fue increpada por uno de los expertos de casa de subastas, Sergio Reynes.

Mientras la diplomática leía la carta de protesta, Reynes se acercó a la embajadora para exigir que no los traten de “traficantes de obras” y criticó que el trato a la empresa fuera como si “vendiéramos drogas”.

Reynes señaló que “la venta está en armonía con la ley francesa. México no dice nada contra las personas que trafican, y a nosotros, que somos honestos, nos dice que estamos robando”.

En la carta leída por la embajadora, se señala que estas ventas “fomentan el pillaje, el saqueo, el tráfico ilícito y blanqueo de bienes perpetrados por la delincuencia organizada internacional, atenta contra la arqueología moderna al incentivar excavaciones ilegales para extraer a objetos e impedir que estos puedan ser investigados. En el caso de México, dichas piezas representan un legado invaluable de nuestras culturas ancestrales”.

La funcionaria dijo que con la venta del patrimonio cultural mexicano “se roba la posibilidad de reconocer y difundir la vasta cultura que nos precede. Al irse a casas particulares, desaparecen fragmentos de nuestra identidad y memoria.

“México reitera su rechazo a la venta en el extranjero de objetos culturales prehispánicos mexicanos que bajo la legislación vigente en nuestro país son propiedad de la Nación, inalienable e imprescriptible.

“Pese a los extrañamientos públicos del gobierno de México, las casas subastadoras siguen ofreciendo bienes de origen mexicano. Censuramos esta conducta corporativa irresponsable, además, queremos advertir que en muchas ocasiones los catálogos incluyen piezas de reciente manufactura –piezas falsas– y además anuncian piezas de origen mexicano pero que en realidad pertenecen al patrimonio de otro país”, indicó la embajadora.

El experto de la Casa Millon, en cambio, defendió la legalidad de la venta y tildó de “estrategia política” la queja de las autoridades mexicanas. “La venta está en armonía con la ley francesa. México no dice nada contra las personas que trafican y a nosotros, que somos honestos, nos dice que estamos robando”, apuntó Reynes.

La casa de subastas “se reserva el derecho de denunciar a México por las acusaciones vertidas sobre ellos. Me duele que digan que estamos traficando con sus piezas porque las han vendido de manera legal”, añadió Reynes, según el cual los objetos mexicanos expuestos, “son piezas chiquitas, que no son importantes para su patrimonio”. (Con información de la agencia EFE y TV Azteca).

Texto: Redacción

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