10 abril,2018 1:47 pm

Viajes infernales y panacea: hace 75 años se descubrió el LSD

Texto: DPA
El viernes 16 de abril de 1943, Albert Hofmann estaba recogiendo su laboratorio en la farmacéutica Sandoz, en Basilea, algo frustrado porque no avanzaba en su búsqueda de un medicamento para estabilizar la circulación cuando de pronto alcanzó el éxtasis. El químico había entrado accidentalmente en contacto con la sustancia que estudiaba: la dietilamida de ácido lisérgico, el LSD.
Hofmann describió así los acontecimientos de aquel viernes en un simposio en Basilea organizado con motivo de su cumpleaños número 100 en 2006: “Tuve que abandonar el laboratorio, tenía la sensación de que me pasaba algo. Me fui a casa en bicicleta, me tumbé y tuve una experiencia maravillosa. Todo lo que me imaginaba se materializaba ante mí de forma profundamente satisfactoria. Duró tres o cuatro horas y después desapareció”.
El lunes siguiente, el 19 de abril, quiso investigar lo ocurrido, por lo que tomó conscientemente LSD, que había extraído de hongos del tipo cornezuelo. Sin embargo, fue una dosis demasiado grande, lo que tuvo consecuencias espantosas: “Un viaje infernal”, explicó.
“Pensé: has realizado un gran descubrimiento y ahora te tienes que marchar”. Los muebles con los que estaba familiarizado adoptaban formas grotescas y su vecina se le apareció como “una bruja malvada y pérfida con la cara de colores”. Unas horas después desapareció el efecto: “Tenía la sensación de que se me presentaba una nueva vida, no puedo describir lo bonito que fue”.
La farmacéutica en la que trabajaba sacó pronto al mercado un medicamento con la sustancia para usarla en la psicoterapia. El LSD hizo que enfermos psíquicos que hasta ese momento estaban bloqueados pudieran liberarse y ser tratados, dijo Hofmann. Los médicos utilizaron el LSD en el tratamiento de alcohólicos, como antidepresivo en pacientes esquizofrénicos y con personas con traumas graves.
En los años 60 el movimiento hippie descubrió el LSD y muchos propagaron los viajes alucinógenos como una huida de la banalidad y conformidad de la sociedad. Y no solamente grupos marginales: el profesor estadounidense de psicología Timothy Leary exigió la legalización de las drogas que alteran la personalidad, entre ellas el LSD. El gurú hippie fue despedido en 1963 de la prestigiosa Universidad de Harvard.
Los Beatles lanzaron en 1967 su tema “Lucy in the Sky with Diamonds”, abreviado LSD, y supuestamente Jimi Hendrix también defendía el uso de la sustancia.
Pero una y otra vez se producían “malos viajes” por tomar una dosis incorrecta. Muchos cometían delitos o se suicidaban bajo la influencia del LSD, por lo que las autoridades la prohibieron a finales de los 60 en Estados Unidos y más tarde en todo el mundo.
Décadas después volvió a crecer el interés académico en las posibilidades del LSD. El psiquiatra suizo Peter Gasser, quien se encontró con Hofmann en varias ocasiones antes de su muerte en 2008, recibió en 2007 un permiso excepcional para investigar cómo puede ayudar el LSD a pacientes con cáncer o con otras enfermedades terminales.
Hofmann escribió un libro sobre su “niño problemático” en el que se lamentaba del abuso que había desacreditado a su droga. Hasta el final siempre estuvo convencido de que la sustancia, en dosis controladas, ayudaba positivamente a ampliar la conciencia. “Me abrió los ojos y me concedió una sensibilidad interior por el milagro de la creación, y por eso le estoy muy agradecido al destino”, dijo al cumplir los 100 años.