16 febrero,2018 7:09 pm

Víctima pone al descubierto red de pederastia en la Diócesis de Saltillo

Ciudad de México, 16 de febrero de 2018. Un hombre que se hace llamar Alexis, de 33 años, describió que en la Diócesis de Saltillo se reclutaba a menores para ser víctimas de abusos sexuales por parte de los sacerdotes.
El hombre, que afirma haber sido víctima de abusos, se entrevistó con Aída Badillo, una activista defensora de derechos humanos, a quien reveló en un agravación que dura 50 minutos aproximadamente, datos acerca de la presunta red de corrupción de menores que se da al interior de la diócesis.
Narra que su encuentro con esta red comenzó a los 13 años en grupos de jóvenes de la comunidad católica.
A los 14 años asistió a un retiro espiritual durante diciembre. El retiro tenía lugar en el Seminario Menor, en Saltillo, donde también asistían participantes de otros municipios del estado dirigidos por la diócesis y apoyados por los presbíteros de las diferentes comunidades.
Cuenta cómo aunque supuestamente era un retiro para fomentar la vocación sacerdotal, los guías espirituales les daban nalgadas cuando estaban desnudos, en las regaderas, como supuestas “bromas”.
“En el Seminario Diocesano las relaciones entre los mismos seminaristas era algo muy común (…) yo pertenecía a un movimiento nacional que se llamaba Círculo del Espíritu Santo y de la Cruz, hasta los 26 años dejé de ir a ese grupo de la iglesia”, declaró.
Cuando tenía 17 años, y aún estaba en ese grupo, un sacerdote le propuso tener relaciones sexuales, a lo cual accedió a pesar de parecerle extraño pues sabía que no era correcto. La situación se repitió en varias ocasiones.
“Nuestras reuniones eran para cuestiones del grupo, teníamos reuniones de manera semanal, sin embargo en una ocasión entre sí, entre no, en la oficina se me empezó a acercarse más y más, cuando menos lo pensamos estábamos los dos de frente, dijo que no era correcto, me dio un beso y yo se lo respondí y pasó lo que tenía que pasar, en la oficina de la iglesia.”
Los encuentros con el presbítero continuaron, no sólo en la oficina, sino también en la iglesia y diversos moteles.
Alexis dice que este sistema para atraer jóvenes a esta red de abusos continúa hasta el día de hoy, pero que ahora los adolescentes que acceden lo hacen por interés económico.
Asimismo, confirmó que un activista de la Comunidad LGBTI conocido como Carlos Llamas, también ayudaba a reclutar jóvenes que se prostituían para llevarlos a los grupos religiosos con el padre Robert Cougan, encargado de la Pastoral Penitenciaria. Agregó que este sacerdote se ha declarado manifiestamente “activo”, y ha sido contactado por otros sacerdotes para tener encuentros sexuales.
“La Iglesia siempre ha sido así, pero como que Vera (el obispo) vino a traer màs libertinaje, era más escondido, era bien raro, pero ahora ya hay más libertinaje, es más el descaro, de un sacerdote”, explicó Alexis.
Agregó que con el paso de los años, los eventos sexuales ya no sólo eran con grupos diocesanos, sino también con frailes, a quienes calificó como “promiscuos y libertinos”.
Afirmó en la grabación de Badillo que no está dispuesto a declarar ante las autoridades, pues siente temor de las represalias de la Iglesia, institución a la que califica de cómo una mafia con mucha fuerza.
“La Iglesia es un juego de poder, es una mafia, lo poco o mucho que yo viví dentro de la iglesia, supe que es un juego de poder, no les conviene, te vas, te desapareces, tienen que silenciarte de cierta manera para no quedar mal ellos, fue lo que pasó con el Padre Gofo, pero él ya se hizo famoso y por eso no lo han podido silenciar por completo.”
Aída Badillo estima que al menos 60 menores han sido víctimas de los abusos de esta red de pederastia de la Diócesis de Saltillo.
La activista llamó a las víctimas a denunciar los abusos, ante la Fiscalía General del Estado, para que se haga justicia y se desarticule esta red de abusos.
Texto: Redacción El Sur, con información de Vanguardia / Foto: Hilda Ríos, Cuartoscuro