17 marzo,2023 10:10 am

Ya nos han olvidado pero por el laboratorio de la UAG miles salvaron la vida en la pandemia, recuerda

El director de Ciencias Químicas, Óscar del Moral, informa que se analizaron más de 15 mil muestras de personas con síntomas. La unidad se reconvertirá para analizar a pacientes con indicios de VIH y cáncer a bajo costo, adelanta

Acapulco, Guerrero, 17 de marzo de 2023. El Laboratorio de Diagnóstico e Investigación en Salud (Labis) de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Guerrero, creado para procesar prueba Covid-19, está en proceso de reconversión y funcionará como un laboratorio especializado para llevar a cabo análisis de enfermedades no comunes como VIH y cáncer entre otras a bajo costo.

En entrevista para El Sur el director de la Unidad Académica de Ciencias Químicas, Óscar del Moral Hernández, indicó que gran parte de la población se ha olvidado del laboratorio que analizó más de 15 mil muestras de personas con síntomas de coronavirus, y que ayudó a que unos 100 mil no se contagiaran y otros miles que no fallecieran.

“Ya nos ha olvidado la mayoría, incluso las personas que usaron el laboratorio, porque la pandemia llegó a otro nivel”, porque el virus circula como lo hacen otros virus respiratorios, pero que ya no representa una alerta sanitaria como lo fue durante los dos primeros años de Covid-19.

Recordó que este laboratorio se conformó en tres semanas y se inauguró el 13 de abril de 2020, y para el 1 de mayo se oficializó su reconocimiento ante el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (Indre). Destacó que fue la quinta universidad en poder reaccionar con un laboratorio especializado junto con la UNAM, y el IPN, y donde trabajaron en los días más complejos entre 10 y 12 personas.

Afirmó que el laboratorio fue un gran triunfo y logro, pero que se tiene que reconocer a quienes hace 15 años decidieron empezar a hacer investigación científica seria en la escuela, y dejar equipo e infraestructura.

“La petición para las autoridades es que por favor inviertan en ciencia y tecnología, porque quizá lo que se invierta hoy sea lo que nos permita salvar una pandemia en 5, 10 años, y si llega otra igual o peor, que seguro va a llegar”.  Insistió que invertir en ciencia y tecnología nunca está de más porque quizá se salven miles de vida en otros años.

Subrayó que se demostró que los universitarios pueden responder ante una emergencia sanitaria de carácter mundial “y que lo pudimos hacer de una manera eficiente. Hoy sabemos que podemos montar un laboratorio acreditado y con reconocimiento nacional con estándares internacionales en un tiempo corto, pero también siempre y cuando haya recursos económicos”.

Del Moral Hernández recordó que en un principio se pensó procesar en el laboratorio entre 10 a 15 muestras diarias, pero en el segundo pico de la pandemia se procesaron hasta 250 muestras diarias, y hubo una tasa de positivos de ocho por cada 10 personas.

Además de que en las estadísticas hay universitarios que se infectaron hasta ocho veces en los dos años de la pandemia.

El científico indicó que la experiencia que le dejó a él y otros trabajadores fue el acercamiento a los pacientes, lo que un laboratorista a diferencia del médico no tiene, porque no ve a las personas y sólo procesan las muestras en tubos de ensayo.

Laboratorio al servicio de la población 

Del Moral Hernández informó que el laboratorio está en proceso de reconversión en un laboratorio especializado en ejecutar análisis y pruebas para enfermedades no comunes, así como para VIH, cáncer, hepatitis, entre otras, que no se hacen en el estado.

“La idea es que sea un laboratorio de servicio a la sociedad, con un costo de recuperación para los reactivos, debido a que los sueldos de los trabajadores ya los paga la universidad”.

Dijo que las pruebas para estas enfermedades no existen en el estado, además de que son caras, porque son de diagnóstico molecular y reiteró, “pero se necesita una mayor inversión”.

Recordó que para montar el Labis y contando el costo de los equipos que ya tenían en otros laboratorios de la facultad, se invirtieron unos 10 millones de pesos sin contar con el material y reactivos que se fueron adquiriendo.

El peligro continúa 

A tres años de la alerta por la pandemia y con menos casos en la actualidad, dijo que la enfermedad llegó para quedarse, pero eso no implica que la enfermedad sea menos agresiva, porque hay gente que puede seguir muriendo por contagiarse de este virus, sobre todo aquellos que tienen enfermedades crónicas degenerativas y otras comorbilidades.

Del Moral Hernández indicó que una vez que se vivió el momento más crítico de la pandemia, una gran parte de la población no cambió sus hábitos, como el estornudo de etiqueta, y no portan cubrebocas cuando se enferman de un resfriado.

El investigador llamó a la población a seguirse cuidando y usar el cubrebocas en lugares concurridos, “pero muy poca gente lo hace porque ya no es obligatorio”.

Dijo que como parte de la nueva normalidad y la baja en contagios, a pesar de que el laboratorio sigue funcionando, hay veces que no se procesa ninguna muestra durante todo el día.

Dejó indicaciones en caso de fallecer 

Del Moral Hernández dijo que uno de los momentos más críticos para los trabajadores que estuvieron en el laboratorio fue entre los meses de junio a septiembre de 2020 porque fue cuando los contagios estaban a la alza y se dispararon en Iguala.

Recordó que el trabajador que resultó positivo en el laboratorio fue en junio, pero que no hay manera de saber si fue su contagio durante el proceso de toma de muestras y el procesamiento, además de que todos los que estuvieron se contagiaron en momentos distintos y lo más probable es que haya sido en otro espacio fuera del laboratorio.

Comentó que él se contagió en julio de ese año cuando no había vacunas y cuando había una alta tasa de personas que estaban falleciendo y que no sólo eran adultos mayores, sino que había jóvenes.

“A nosotros nos llegaban muestras de la Secretaría de Salud, tomábamos muestras en el laboratorio, no había vacunas, y lo único que nos preguntábamos era cuándo me va a pasar a mí”.

Recordó que “cuando me infecté en julio de 2020, no se sabía mucho del virus y había pocas estadísticas. Uno nunca sabe qué predisposición genética pudiera tener y qué cepa te tocó”.

El investigador respondió que dejó indicaciones en caso de no sobrevivir, “había instrucciones de qué hacer y cómo proceder si a mí me pasaba algo, con la escuela, con el laboratorio y las responsabilidades que tenía en ese momento”.

A tres años de la conformación del laboratorio, dijo que la facultad está a nivel de cualquier universidad del país, incluida la UNAM, y “con el reconocimiento del Indre tenemos un mayor respaldo y consideraciones”.

Informó que los 200 egresados anuales de la facultad ahora están capacitados para procesar las pruebas de Covid-19, y se les abrió un gran campo laboral y de gran demanda durante la pandemia y aún en esta nueva etapa.

Texto: Jacob Morales Antonio