17 septiembre,2017 9:25 am

Piden normalistas y madres de Ayotzinapa hacer un ejercicio de memoria y no olvidar a los 43

Presentan en Chapingo el libro Hermano de la artista gráfica Gabriela Esparza

Vania Pigeonutt

El Sur / Ciudad de México

En la presentación del libro Hermano que la artista gráfica Gabriela Esparza exhibió el jueves en la Universidad Autónoma Chapingo, madres de Ayotzinapa y normalistas pidieron a la gente, la mayoría estudiantes, hacer un ejercicio de memoria, no olvidar el caso de los 43 normalistas desaparecidos el 26 de septiembre de 2014, y participar en la marcha del 26 de septiembre para exigir la presentación con vida de los estudiantes.

A unos días de que se cumplan tres años de la desaparición forzada de 43 normalistas de Ayotzinapa, Gabriela Esparza—segunda finalista para la beca de residencia artística en el Women’s Studio Workshop de Nueva York—, comentó en la biblioteca central de la universidad que su ejercicio fotográfico, busca darles corporalidad de los desaparecidos.

Tomó 43 fotografías a su hermano David, de ahora 24 años, porque como fueron los 43, pudo ser cualquiera. Su hermano presta su cuerpo y coloca a la altura de su cara las fotografías en blanco y negro de cada uno de los 43. Hay reseñas breves de los estudiantes y el libro pone énfasis en la participación del Ejército durante la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre. Señala que el último lugar donde estuvo uno de los normalistas, por la investigación de las telecomunicaciones fue el 27 Batallón de infantería con sede en Iguala.

En su participación Cristina Bautista Salvador, madre de Benjamín Ascencio Bautista, dio las gracias en náhuatl, su lengua materna. Consideró que lo más triste a tres años de distancia es que no saben dónde están sus hijos. “Lloramos de no verlos en nuestra casa, de no saber cómo van con sus estudios”.

Ante unos 50 estudiantes y profesores de la escuela, que al igual que las normales rurales es internado para estudiantes de bajos recursos económicos, y se especializa en ciencias de la tierra, dijo que “no confiamos en el gobierno mexicano porque desde el principio nos engañó. Le hemos dicho que no nos vamos a rendir hasta dar con el paradero de nuestros hijos”.

Compartió que son momentos de unidad porque el “gobierno está muy mal. Dice que no pasa nada. Búscanos la unidad porque hace la fuerza, el gobierno despoja de tierras, nos quita el agua, todos estamos luchando por una causa justa; es muy importante caminar juntos”.

Y reiteró que no quitarán el señalamiento de que fue el Ejército quien desapreció a sus hijos. Que fueron monitoreados desde que salieron de la normal esa noche para llevarse camiones a su normal para la marcha del 2 de octubre en la Ciudad de México. “La vedad histórica ya fue destruida, no hay evidencias científicas que nos prueben que nuestros hijos fueron calcinados en el basurero de Cocula”.

Durante la presentación, varios estudiantes leyeron las reglas breves de los 43 desaparecidos. En cada página, Gabriela Esparza colocó afiches de los 43 y los rostros de cada uno emulando fotografías tomadas con cámara polaroid. Escribió un poema al inicio: “Te echo de menos, le digo al aire, te busco, te pienso y siento que como tú no habrá nadie…”

Hilda Legideño, madre de Jorge Antonio Tizapa Legideño, padre de una niña de 3 años, expresó a los presentes que “ha sido un largo caminar, hemos caminado 35 meses sin respuesta, lejos de dar respuesta, nos han mentido, nosotros con padres hemos caminado contra corriente, pero hoy sabemos que el Estado se llevó a nuestros hijos”.

Agradeció el libro, que es un documento que habla de quienes son los jóvenes de Ayotzinapa. Normalistas que como los estudiantes de Chapingo, dijo, tenían ganas de estudiar y sacar adelante a sus familias. Reiteró que la noche de Iguala fue una coordinación de fuerzas policiacas que se encargaron de desaparecer a sus hijos, pero alguien dio la orden. No sólo la delincuencia organizada mató a tres normalistas y a otros tres civiles esa noche, también el gobierno quiso criminalizar a los normalistas y hace tres años, aún decían que los confundieron con un grupo criminal.
También Héctor Martínez, del comité estudiantil de la normal Rural de Ayotzinapa, Ricardo Flores Magón, consideró que siguen siendo víctimas de la persecución del Estado. Puso como ejemplo el miércoles, cuando en Tixtla, Guerrero, policías emplearon armas de fuego para disuadir una actividad. Recordó que su normal ha sido reprimida por impulsar el pensamiento libre. Y pidió a los estudiantes no dejarlos solos.

Gabriela Esparza llamó a que en este 15 de septiembre, durante a celebración patria la gente reflexione sobre la desaparición forzada y cómo afecta a todo el país.
Para su libro tomó como bibliografía los libros de las Horas marcadas, Ayotzinapa, la Travesía de las Tortugas y Ayotzinapa, el rostro de los desaparecidos. Es un libro de autor que sólo se reprodujo 150 veces, para que no perdiera la calidad artística de objeto, explicó Esparza.
Gabriela, una joven de 34 años, detalló en entrevista que su trabajo buscaba llevar a los 43 al seno familiar. Que ella, sus cinco hermanos, entre ellos David, el único hombre, se sintieron identificados con el caso. También para que lo jóvenes de las edades de los desaparecidos, supieran que a cualquiera pudo ocurrirles.

“Quería que fueran parte de mi familia. Traerlos a mi casa. Lo que dijo el joven (un participante) que esa vida es tú vida, es decir, mi vida es como la tuya, no tiene por qué ser diferente: ellos tienen sueños, anhelos, quieren hacer cosas como tú, como cualquiera”.

Varios estudiante participaron dándoles palabras de apoyo a los padres de los 43 y a la Normal Rural de Ayotzinapa. Durante la lectura de las 43 reseñas algunas personas lloraron, al igual que las mamás participantes. Una estudiante de Chapingo, dijo al término de la presentación, en referencia a las autoridades: “Nosotros somos grandes ellos son pequeños”.

Uno de los organizadores fue el profesor Medardo London, jefe de publicaciones de la Universidad, donde está parte importante de la obra del muralista Diego Rivera, que fue mostrado a las madres y estudiantes de Ayotzinapa.