30 octubre,2017 7:47 am

Historia del Ayuntamiento XI

Víctor Cardona Galindo

Páginas de Atoyac

En 1940 se desató un conflicto entre familias del Filo Mayor, es un proceso conocido como La Guerra de los Chiveros, porque dejó muchos muertos. Como por coincidencia ese año  comenzó el saqueo de los recursos forestales. Comenzaba el repunte del café, porque durante la feria de Semana Santa los pueblos de la sierra quedaban vacíos, toda la gente bajaban a la cabecera municipal para surtirse de abarrotes, comestibles y herramientas para cultivar la tierra.

Se fundaba aquí la Compañía Minera Los Tres Brazos para explotar el tungsteno que está en las entrañas de la azul montaña.  Un obrero tejedor de la fábrica de hilados y tejidos de El Ticuí ganaba por ocho horas de trabajo 14 pesos semanales, era novedad, y durante los días de paga se instalaba un gran tianguis al frente de la fábrica, donde se compraba todo lo necesario para la subsistencia. Según los registros, 1940 fue el año menos lluvioso de siglo pasado y la plaga de los chapules acababan con los sembrados de parte baja del municipio generando falta de los granos básicos. Aun así, todo era esperanza porque las fuentes de riqueza, la fábrica y la tierra, estaban en manos de quienes las trabajaban.

Se abrieron escuelas en las comunidades más importantes del municipio. Los de aquella generación recuerdan que entre el Palacio Municipal y la escuela primaria Juan Álvarez había un cuarto que funcionaba como cárcel y cuando salían los niños a jugar iban a ver a los presos, porque la barda del Ayuntamiento era la misma con la de la escuela. En 1940 se inició la construcción del templo evangélico El Buen Pastor en la calle Hidalgo, el primero en su género en Atoyac.

En la década de los cuarenta se vieron las primeras avionetas cruzar el cielo y los primeros campos aéreos en muchos poblados de la sierra. Había vuelos que conectaban a las poblaciones de Costa Chica y Costa Grande con Acapulco y Zihuatanejo. Se establecieron rutas para ir a la Ciudad de México, Uruapan y Morelia.

Todavía se podían ver en la ciudad las casas con claraboyas, eran las huellas que había dejado la revolución, había muchos hombres armados con pistola, machete o puñal que con gabán al hombro, siempre andaban dispuestos para quien les diera el gusto. En este contexto emergió fuerte la figura de Toribio Gómez Pino, fue el encargado de perseguir a los enemigos del reparto agrario, pero también fue el encargado de limpiar la región de todos aquellos ex revolucionarios que nadie controlaba y se paseaban por los pueblos armados haciendo desmanes. Además se encargó de la persecución de bandidos como El Garrobo de San Vicente de Benítez y de la banda de Los Chiveros que asolaba el Filo Mayor. La presencia de Toribio Gómez fue importante en esos tiempos en que agraristas y comerciantes se disputaban el Ayuntamiento.

En el periodo de 1939-1940 asumió la alcaldía Efrén Reyes Girón, quien duró en el puesto menos de un año porque, el 18 de septiembre de 1939, fue asesinado accidentalmente en el poblado de Alcholoa, por el comandante de la Policía Urbana Juan Cabañas. Su cadáver fue traído a esta po­blación en donde fue sepultado, y quedó en su lugar Rosendo Nogueda, quien tomó posesión al día siguiente, este también fue sustituido por Antonio Ayerdi Nogueda antiguo miembro del extinto Partido Socialista, quien tampoco logró concluir el periodo constitucional porque fue remplazado  Francisco Chávez Zeferino. Después del suceso trágico, en que murió el presidente municipal, el agrarista Regino Rosales de la Rosa ocupó la comandancia de la policía, ya grande este hombre moriría en la masacre de campesinos, el 18 de mayo de 1967, perpetrada por el gobierno de Raymundo Abarca Alarcón.

Es a finales de 1939 cuando se comenzaron a organizar las fuerzas políticas al interior del nuevo Partido de la Revolución Mexicana (PRM) que sustituyó al Partido Nacional Revolucionario (PNR), éste siendo el partido oficial postuló Manuel Ávila Camacho con el apoyo del presidente Lázaro Cárdenas del Río.

Pero no fue candidato único, el 25 de julio de 1939, el general Juan Andrew Almazán lanzó su candidatura presidencial, dando lugar a la formación del Partido Revolucionario de Unidad Popular (PRUN), el cual fue una organización que conglomeró los intereses de muchos grupos, que se unieron con el único propósito de oponerse al partido oficial.

El PRUN aglutinó a los disidentes del PRM, del Partido Acción Nacional, creado el 19 de septiembre de 1939; del Partido Antirreeleccionista y del Partido Laborista, a viejos revolucionarios de diferentes facciones inconformes con el sistema, había sindicalistas que antes pertenecieron a la CTM, trabajadores del petróleo, ferrocarrileros, universitarios, la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM), la Confederación Nacional de Estudiantes, entre otras importantes organizaciones anticardenistas.

Con el lema “Libertad y orden”, Almazán agrupó los intereses de grandes sectores de la población mexicana, en su mítines recordaba su lucha al lado de Emiliano Zapata e identificaba sus ideales con el Caudillo del Sur y empleándolo como símbolo del mestizo y del  indio pobre que luchó por ser dueño de una parcela. El discurso de Almazán era a todas luces incongruente porque lo apoyaron muchas organizaciones de derecha que se habían opuesto al reparto de las tierras.

Cárdenas en un principio no vio en Almazán una verdadera amenaza, pronto la campaña tuvo dimensiones inesperadas y su popularidad creció de manera impresionante. Cuando llegó el día de la jornada electoral, a pesar de las promesas de Lázaro Cárdenas de unas elecciones democráticas y ordenadas, hubo muchas actividades fraudulentas. En algunos lugares llegaron hombres armados con ametralladoras Thompson para amedrentar a los votantes y en muchas casillas se presentaron pandillas disparando contra las filas de votantes. En otros casos se robaron las urnas para cambiar las boletas por otras a favor del candidato oficial.

El resultado fue por demás increíble únicamente el 5.72 por ciento fue para Almazán y la aplastante mayoría, el 93.89 por ciento de los votos, para Ávila Camacho. Cuando el 15 de agosto de 1940 el cómputo oficial anunció la victoria de Ávila Camacho por abrumadora mayoría, los almazanistas proclamaron el fraude y anunciaron que estaban listos para levantarse en armas. Sin embargo el levantamiento no llegó a concretarse a pesar de que ya había bandas en todo el país dispuestas a combatir en contra del gobierno sobre todos aquellas ligadas a la derecha.

En Atoyac, Almazán, que en los tiempos de la revolución anduvo por aquí, tuvo muchos seguidores, se hablaba de un fuerte desembarco de armas en Zihuatanejo. En diversas partes de la sierra había gavillas dispuestas a tomar las armas en contra del gobierno. Don Inés Galeana Dionisio recordó que 300 hombres se enlistaron, en 1939, en espera de las órdenes de Juan Andrew Almazán para tomar las armas.

Entre las personalidades que lo apoyaban estaban Antonio Díaz Soto y Gama, varios hijos de Zapata, Luis Díaz Morones y el talamonte Melchor Ortega. Como se ve confluyeron líderes de izquierda, sindicalistas y empresarios creando una candidatura multicolor. En esa elección también se renovarían las diputaciones federales y las senadurías. El  diputado Feliciano Radilla Ruiz fue elegido como candidato a senador por el partido oficial, escaño que no logró porque fue asesinado.

Dice Wilfrido Fierro que según el Diario Oficial con fecha del 4 de enero de 1940, se hace “la dotación de ejidos a la Unidad Agraria de la Zona Cafetalera que comprenden 21 comunidades de la sierra de Atoyac.

El general Cárdenas dijo a Feliciano Radilla “el día que se publique el decreto, los terratenientes te van a sentenciar a muerte”. En efecto el gobernador Alberto F. Berber, “opuesto al cardenismo, al reiniciar la represión anticampesina comienza por mandar asesinarlo en la misma capital del estado el 8 de febrero de 1940. Al autor material del atentado, Antonio Nogueda, lo ascienden a mayor del Ejército y posteriormente le otorgan el cargo de jefe de la policía judicial de Morelos”, registra Francisco Gómezjara.

Los campesinos ya tenían su tierra y los restos del líder agrarista fueron traslados en avión hasta la comunidad de El Ticuí y después del velorio fue sepultado en el panteón de Corralfalso al sur de su natal Boca de Arroyo. “Él no necesitó mucho, sólo dos metros de tierra en el panteón”, dirían los que deseaban su muerte.

Días después el 15 de febrero de 1940 se les dio posesión definitiva a las 21 comunidades y se les entregaron los certificados de derechos agrarios. Don Isaías Gómez recuerda que el ejido de El Cacao se fundó en los terrenos de don Justo Pérez y tomó una parte de la huerta del alemán Herman Ludwig en cuya finca habían sido peones algunos de los nuevos ejidatarios.

La fábrica trabajaba a toda su capacidad, el comercio crecía y muchos llegaban a buscar fortuna. El gobierno cobraba buenos impuestos, por eso el subrecaudador de rentas de esta ciudad Enrique Villalva fue asesinado, el 18 de febrero, en el camino hacia Tecpan de Galeana, por un grupo de individuos encabezados por Alberto Radilla, La Pimienta. El funcionario se dirigía a dejar los fondos recaudados cuando fue bajado del camión en el que viajaba a la altura de Corralfalso. Los bandidos se llevaron el dinero.

En octubre de 1940 cuando se vivían los mejores tiempos de la fábrica, se editó el periódico El Costeño cuyo director fue Rómulo Alvarado, “teniendo como colaboradores a los profesores Marcelo Jiménez, Benjamín Oropeza y Sirenio Vargas. El periódico de referencia circuló seis meses”, dice el cronista Wilfrido Fierro.

Al venirse nuevamente la elección de gobernador se comenzaron a mover las piezas. Como comenté en la entrega anterior, el 15 de noviembre de 1940, el teniente coronel Raymundo Cacho Peña comandante del 59 Batallón de Reserva destituyó al Ayuntamiento Constitucional que encabezaba Rosendo Nogueda y en su lugar colocó a Antonio Ayerdi. La fuerza federal destacamentada en este lugar, acatando órdenes del gobernador del estado Alberto F. Berber, rodeó el Palacio Municipal y obligó al alcalde a renunciar. El primer mandatario de la entidad deseaba tener incondicionales en los Ayuntamientos para poder imponer como candidato al gobierno del estado a su medio hermano Francisco S. Carreto.

El mismo día Gregorio Sarabia presidente del comisariado ejidal de El Humo, en un telegrama enviado al presidente la República, protestaba contra el gobernador del estado Alberto F. Berber quien estaba deponiendo los Ayuntamientos que no le eran afines. A la protesta de Sarabia se sumaron otros comisariados ejidales del municipio.

Viejos reservistas como Toribio Gómez participaron en esa deposición, informaba al secretario de Gobernación, el 3 de diciembre del 1940, el profesor Graciano Sánchez presidente del Confederación Nacional Campesina. Aquí Toribio Gómez y Mónico Aquino eran partidarios de Berber y se encargaron de hacer la labor para dividir al campesinado de la región, tenían de su parte a los agricultores de la zona cafetalera, mientras en el bajo el candidato fuerte era Rafael Catalán Calvo.

El gobernador Berber maniobró para que el Congreso del Estado nulificara el registro de Catalán Calvo, entonces su candidato ganó la elección y el Congreso del Estado declaró gobernador electo a Francisco S. Carreto, el 12 de febrero de 1941, pero sólo unos días después el Congreso de la Unión declaró  la desaparición de poderes en estado. Uno de los autores de la destitución del gobernador Berber fue el senador agrarista Nabor Ojeda Caballero compañero de Feliciano Radilla Ruiz. Entonces el Congreso de la Unión nombró a Carlos F. Carranco Cardoso como gobernador sustituto, quien llamó a nuevas elecciones donde se registró como candidato único Rafael Catalán Calvo para el periodo 1941-1945 a quien se le recuerda como un buen gobernador, fue el periodo cuando más tierras se repartieron a los campesinos y se impulsó la educación en todo el estado.

Aquí en 1941 asumió la presidencia municipal Gregorio Sarabia Barrientos, líder agrario de la comunidad de El Humo, quien luego fue sustituido por Simón Martínez Abarca. Finalmente en 1942 tomó el cargo de presidente municipal el fundador del desaparecido Partido Socialista, Genaro Reyes, él concluyó el periodo que correspondía a Gregorio Sarabia.