20 abril,2021 4:46 am

Bosques grises y negros, y árboles vueltos cenizas dejó el incendio en El Calvario

El daño es mayúsculo para las fábricas de mezcal, que necesitan agua fresca y corriente, porque el fuego quemó las tuberías. En este ejido de la sierra de Chilpancingo el siniestro destruyó 5 hectáreas de maguey que darían 4 mil litros de la bebida, principal producto de este lugar

Chilpancingo, Guerrero, 20 de abril de 2021. La devastación del fuego en este ejido es evidente, zonas que antes ofrecían una amplia gama de verdes quedaron reducidas a grises y negros, pinos y encinos jóvenes y antiguos se volvieron cenizas.

Algunos vecinos culpan a los gobiernos del estado, federal y al municipal porque intervinieron tarde (su ayuda real se vio hasta el cuarto día de la conflagración), las autoridades ejidales señalan a sus vecinos de El Tejocote porque “se les escapó el fuego”, y Evaristo de unos 54 años, presidente del Consejo de Vigilancia, piensa que es su culpa, “porque era mi responsabilidad cuidar el bosque”.

El ejido cobija a Evaristo, le ayuda a sacudirse ese sentimiento porque todos combatieron el incendio hasta el cansancio, todos sufren las consecuencias, todos andan y viven en este lugar que cambió de colores, pero rescató con esfuerzo su área más preciada, la que les da la mayor cantidad agua y mantiene el colorido.

Andar por el lugar siniestrado es hundir los pies en 5 centímetros de ceniza, respirar la polvareda que se levanta con cada paso, las partículas quemadas de bosque parecen levantarse sólo con mirarlas, su textura es suave, es materia volátil.

El recuento de daños del presidente del Comisariado Ejidal, Juan Calixto, es que de las 846 hectáreas del ejido se quemaron “entre 450 y 500”.

El Calvario está a 2 mil 200 metros sobre el nivel del mar, es parte de la sierra de Guerrero y está a 30 minutos en automóvil desde la ciudad de Chilpancingo, cuenta con un Área Natural Protegida voluntaria de 246 hectáreas, es un espacio bellísimo con gigantescos árboles, con cuevas de donde emana el agua y con ardillas que corren frente a los pies de los visitantes, un espacio en donde los pulmones se sienten plenos. El fuego destruyó 100 de estas hectáreas.

La población se dedica principalmente a hacer mezcal, su producto ha sido premiado internacional y nacionalmente. Es delicioso, cremoso (o aceitoso) en su presentación de 52 grados de alcohol y es exclusivamente de Agave Cupreata o Papalote, como se le conoce a este tipo de maguey en la zona.

La autoridad informó ayer que el incendio quemó las tuberías de agua y la población ahora tiene que acarrearla, pero es un problema mayúsculo para las fábricas mezcaleras, porque para la producción se necesita agua fresca y corriente, con la que ayer no contaban.

Del daño a la materia prima, dijo, “se quemaron 5 hectáreas de maguey, y cada hectárea nos da entre 700 y 800 litros de mezcal, porque escojemos la piña más madura para el mezcal”.

El comisariado además informó que, según un experto de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), en términos monetarios el ejido perdió un millón 800 mil pesos debido al incendio.

El fuego ganó una vez, otra vez y otra vez

El martes de la semana pasada, “cuando nos avisaron que se estaba prendiendo venimos, pero no pudimos controlar, el aire estaba muy fuerte, hacíamos guardarrayas y nos ganaba, nos ganaba, cayó la noche y nos fuimos a nuestras casas como a la una de la mañana”, relató el presidente del Comisariado Ejidal, Juan Calixto.

“A las 5 de la mañana volvimos para intentar controlar la lumbre y nos volvió a ganar, luego llegó Protección Civil del estado, hicieron lo que pudieron pero eran pocos, unos 14 (cuando se consultó al comandante de la dependencia estatal en el segundo día de combates dijo que acudieron 12), y nosotros éramos como 40 personas”.

“El viernes llegaron los compañeros del Ejército Mexicano, Conafor y nos apoyaron, hasta entonces fue que logramos sofocar esta parte”, dijo mientras señalaba un cerro siniestrado.

Detalló que se quemaron los alrededores de cinco manantiales. En uno de ellos se vieron, junto a una cruz adornada con flores, cenizas y magueyes calcinados, pero el agua aún escurriendo con fuerza, fría, dulce y cristalina.

Reiteró, como ya se publicó en estas páginas, que fueron afectados cinco manantiales, “uno que lleva agua a Chilpancingo, el segundo manantial es para el pueblo El Calvario, el tercero también lleva agua a El Calvario, y los otros abastecen a El Tejocote y otros pueblos”.

Al comisariado se le preguntó de la ayuda que recibió el ejido y de un encuentro que tuvieron las autoridades ejidales con el gobernador Héctor Astudillo Flores este domingo, y respondió así:

“Primero quiero darle las gracias al gobernador, se mostró muy sensible con nuestro problema”, detalló uno por uno los acuerdos que ya fueron publicados en estas páginas y pidió “esperamos que nos cumpla su palabra, nos dijo que nos apoyaría”.

Se le preguntó cómo están los combatientes del fuego y dijo que todos bien, que algunos estaban muy agotados, “pero no pasó a mayores”.

A la población llegó personal de la Comisión de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento del Estado de Guerrero (CAPASEG) alrededor de las 2 de la tarde, para hacer un diagnóstico y rehabilitar el sistema dañado por el incendio.

Texto: Rosendo Betancourt Radilla / Fotos: Rosendo Betancourt Radilla