El martes el Vasco tendrá una oportunidad más para la reivindicación, contra Estados Unidos en Guadalajara, en la despedida de Andrés Guardado
Puebla, Puebla, 14 de octubre de 2024. Los óles contra la Selección Mexicana comenzaron al 65’. Minutos después, los abucheos al portero Raúl Rangel, luego de que el Valencia firmara el 2-2 definitivo en el estadio del Puebla.
La afición no abandonó al Tricolor, como se informó en SanCadilla Reforma. El tema es que la gente está tan sensible con el Tri que castiga duro los errores, más ante el antepenúltimo de la Liga española y que aun así tuvo la osadía de viajar con su equipo B.
Todo parecía festivo cuando Alexis Vega anotó apenas al 8’, de tiro libre, pero después Guillermo Martínez falló un mano a mano y la gente comenzó a impacientarse. A la media hora se escuchaban los primeros silbidos de desesperación, acallados por el golazo de Ozziel Herrera.
En el Tricolor todos repiten de memoria el discurso de reconectar y reconquistar a la afición, pero tendrán que hacer mucho más porque no se ayudan mucho con errores de marcación como los que derivaron en los goles de Daniel Gómez (41’ y 61’).
El técnico Javier Aguirre carga una herencia muy negativa por ese disgusto colectivo, aunque dos empates en tres partidos tampoco parecen la mejor solución.
Al 86’, la escena más ácida: mientras el sonido local presumía que los “incondicionales” apoyaban hasta el final, esos mismos “incondicionales” emprendían la huida, presos del desencanto.
Irónicamente, los fans que sí se quedaron le dieron más chamba al encargado del sonido local, que tenía que subir el volumen de la música en cada despeje del portero rival porque todos saben que la frustración de la gente es la ruta más corta al grito homofóbico.
El martes una oportunidad más para la reivindicación, contra Estados Unidos en Guadalajara, en la despedida de Andrés Guardado.
Por lo pronto, ayer en Puebla algunos incondicionales solo se quedaron para castigar a los futbolistas en su camino al vestidor. México se fue abucheado, pero, ¿cuál es la novedad?
Sigue Vasco sin respuestas
La buena noticia es que aún quedan 606 días para el debut en el Mundial. La mala es que ¡solo quedan 606 días!
La Selección Mexicana que tocó fondo en el Mundial de Qatar ya dejó ir casi dos años y no hay evidente mejora. Javier Aguirre pide no caer en exageraciones sobre una situación contrarreloj, pero por ahora no logra vacunar a los seleccionados de esos males por los que hasta el Valencia “B” se dio el lujo de turistear por Puebla y aun así empatar a dos.
¿Y si el problema de México no fuera el técnico, como se empeñan en creer los federativos?
Porque Aguirre es hábil al manejar el discurso con la prensa y es intenso en el área técnica: en un momento reprende al portero Raúl Rangel y de inmediato le pega un grito al naturalizado Germán Berterame y luego manotea ante las marcaciones arbitrales o cuando México no gana las pelotas divididas.
En el gol de tiro libre de Alexis Vega, el “Vasco” señaló a alguien en la banca, como quien dice “gracias a ti”. ¿Será que Rafael Márquez pulió la técnica de Vega?
Aguirre entiende que es momento de experimentar con distintos parados tácticos, de probar a jugadores incluido al naturalizado Germán Berterame o de apostar otra vez por los veteranos de siempre.
Porque 606 días parecen muchos, pero no en una Selección Nacional que solo puede juntarse verdaderamente en las Fechas FIFA, porque ahora vienen los juegos de noviembre y después este Tricolor con “europeos” no volvería a reunirse hasta marzo, a un año y tres meses del debut en el Mundial.
Amor de hermano
Todo por Lorena.
Diagnosticada hace tres años de cáncer de mediastino, no pudo asistir al estadio del Puebla para ver a sus ídolos de la Selección Mexicana, aunque fuera de lejitos, sobre todo a Guillermo Ochoa.
Así que fue su hermano Álex Flores Flores quien desde Tlaxcala, y sin boleto para el partido, se lanzó al estadio, con 30 fotografías en la mochila, 50 pesos para el pasaje de ida y otros 50 para la vuelta, y la creencia de que podría ver a los jugadores para explicarles y llevarle los autógrafos a su hermana de 30 años.
Ya en el boulevard Ignacio Zaragoza, por donde llegó la Selección Mexicana, Álex se percató de su error al ver pasar de largo el autobús.
Antes de caer preso de la desesperación, buscó una alternativa: cazó a varias personas con una acreditación, consciente de que probablemente ellas tendrían acceso a los jugadores. Así obtuvo una información valiosa: la ubicación de personal de la FMF que podría ayudarlo con su propósito.
Eso sí, hay un gran negocio en la firma de artículos. Mucha gente se dedica a obtener firmas y luego vender los objetos como si fueran petróleo.
Por ello, Álex llevaba las cartillas del IMSS con las múltiples visitas de su hermana.
Personal de la FMF entendió la urgencia y prometió acercarlo a los jugadores, pero Álex no podía quedarse después de las 22:00 horas porque ya no habría camión de regreso a casa.
Una vez más tuvo fortuna: le prometieron conseguirle las firmas y mandárselas por paquetería a Tlaxcala, apenas termine la actividad del Tricolor el martes al enfrentar a Estados Unidos en Guadalajara.
Texto:Édgar Contreras / Agencia Reforma
