Acapulco, Guerrero, 1 de noviembre de 2024. El presidente del comité estatal del Sistema Producto de Mango, Daniel Radilla Ríos, informó que el huracán John afectó 10 mil hectáreas de poco más de 2 mil productores, que representarían un 60 por ciento de la siembra en Guerrero. Pidió apoyo para el campo y políticas públicas para contrarrestar el cambio climático porque los daños también aumentan la pobreza.
Explicó que cuando ocurrió el huracán, el 23 de septiembre, era un mes en el que los productores ya habían empezado a aplicar un paquete tecnológico, que aumentó su precio de 40 mil a 70 mil pesos por hectárea. Que el mango comienza a prepararse desde mayo con poda, fertilizante y procesos, se induce la floración y al momento del fenómeno hidrometeorológico ya había “canicas”, como llaman al mango en sus inicios de crecimiento, pero con la humedad y el viento se perdieron en los árboles que resistieron.
Con dicho paquete tecnológico, los productores esperan una cosecha de 15 a 20 toneladas por hectárea si se da bien, o “apechugar” como en este caso en que no tendrán cosecha en enero. “Entonces en monto económico, no pues es mucho dinero lo que se pierde”, expresó en consulta telefónica.
Dijo que John dejó mucha lluvia e inundaciones fuertes con niveles de un metro en las huertas, comentó que en Costa Chica en la parte de Marquelia y Cuajinicuilapa afectó por el aire y tiró huertas completas, pero en Costa Grande hubo inundaciones. Que los productores que estaban en las riberas de ríos y arroyos perdieron el cien por ciento de sus huertas, como en El Papayo, Atoyac, Tecpan, La Unión, y en la región de Tierra Caliente, y destacó que en Coyuca de Benítez hay una zona con cerca de 500 hectáreas que se volvió un playón.
Recordó que los productores apenas se estaban recuperando de los daños dejados por el huracán Otis, ocurrido el 24 de noviembre del año pasado, porque los sembradíos de Acapulco y Coyuca de Benítez “de cien árboles por hectárea quedaban dos, y chuecos, que en el transcurso se murieron”, que algunos acababan de resembrar y los nuevos árboles tardan cuatro años para producir.
Subrayó que el cambio climático que para muchos es nuevo es una realidad que se está viviendo en el campo “de manera mucho muy recurrente (con) varios factores” porque si no es viento, es agua, humedad, sequía, plagas o enfermedades, que el porcentaje de pérdidas es alto en el sector y con eso se acrecienta la pobreza. Y opinó que el gobierno tiene que hacer algo en políticas públicas para contrarrestar este daño.
Dijo que la administración estatal les envió un formato y ya se hizo llegar al titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural (Sagadegro), Alejandro Zepeda Castorena, mediante su secretario técnico, el total de hectáreas y productores que habían invertido su dinero y tuvieron pérdidas.
Radilla Ríos expuso que los productores esperan que el gobierno considere alguna partida presupuestal para “paliar” la parte económica que se carece en el campo, o insumos como fertilizante, apoyos con equipos menores como motosierras para limpiar donde se desgajaron los árboles o darles formación, o para evitar plagas y enfermedades, u otro tipo de productos “que están carísimos, por las nubes”.
Detalló que, a diferencia de otros estados, gracias al clima y la ubicación geográfica en Guerrero por año se realizan de dos a tres cortes: Los árboles florean en septiembre y en cuatro meses el mango ya está listo, se cosecha en enero, febrero y marzo; la siguiente floración es en diciembre y sale entre abril, mayo y parte de junio, es casi natural y los precios bajan porque la producción es alta y también se da en los árboles de las casas; y la tercera cosecha se da con variedades tardías e inducida con floraciones de abril y mayo, y sale entre septiembre y noviembre.
Llamó a los productores a no desanimarse y seguir adelante en la lucha en el campo porque “es lo que nos tocó saber y nosotros lo que sabemos hacer es producir fruta de calidad para exportarla y venderla”, y destacó que mucha gente aún la considera exótica.
Texto: Yee Trujillo/ Foto: El Sur