20 mayo,2020 11:58 am

A los payasos la contingencia “nos puso en jaque, no hay trabajo”, dice “Tallarín de la Sopa Aguada”

 

Acapulco, Guerrero, 20 de mayo de 2020. Tallarín de la Sopa Aguada sabe que aunque no quiera, la risa tendrá que esperar un rato pues, ante la pandemia por el Covid-19 y las restricciones para salir de casa, no hay trabajo.

“Para los payasos que nos dedicamos a trabajar en fiestas particulares, que nos presentamos en hoteles, en congresos, esta situación de que nos hayan cancelado la Semana Santa nos puso en jaque”, aseguró en charla telefónica Salvador Francisco Alarcón Arizmendi, el hombre detrás de un personaje ya con una larga carrera.

“La temporada real, la fuerte de Acapulco, más que verano y diciembre, es Semana Santa y todos los acapulqueños vivimos directa o indirectamente de lo que la zona hotelera recauda en esas fechas”, indicó.

“Normalmente en estas fechas, en mayo, los payasos vivimos con lujo porque es mayo cuando más dinero tenemos ya que nos fue muy bien en Semana Santa, pero ahora nada, nada”, reveló quien es además miembro del grupo teatral La Gruta, de la Universidad Autónoma de Guerrero.

Agrega que “todo lo que tenía de contratos particulares como Tallarín se cayó, desde una fiesta infantil el 27 de marzo hasta baby shower y ni hablamos del Día del niño, del de La Madre, del Maestro y pues sin trabajo, completamente en ceros, nada”.

Y esa nada y en el caso de quien también fuera consejero municipal de Acapulco en el área de Teatro, constituyen no sólo las cancelaciones mencionadas sin otra serie de actividades agendadas como encuentros teatrales y de payasos, cursos y talleres en diferentes estados del país.

Del mismo modo, diversas actividades programadas con escuelas del puerto y que también constituían parte de sus ingresos. “Toda la temporada fuerte, todo el trabajo, tanto para La Gruta como para mí de payaso se canceló”.

Alarcón Arizmendi mencionó que con fortuna “tengo una gotita, una beca de la UAG, pero pues es una chiquita y con lo que pago cosas primordiales como la comida o la renta. La mayoría de nosotros no tenemos casa propia, seguro ni otras prestaciones, o la luz, que resulta increíble que en vez de bajar subió; yo normalmente pago 500 (pesos) de luz y ahora me llegó de 2 mil”.

Llamó la atención sobre los payasos que trabajan el arte urbano, en las calles; “imagínate, van al día y ahora no tienen ingresos porque no pueden trabajar en el Zócalo, por ejemplo, o los que trabajan en los camiones que ya no los están dejando subirse”.

Alarcón Arizmendi aplaudió la iniciativa de varios compañeros suyos para salir a las calles y transformados “se organizaron en equipos, creo unos cuatro, para ir a distintos lugares con una mesa, con lo poquito que han juntado de despensa lo mismo para donar a la gente, a nuestros propios compañeros que lo necesitan, así como para recibir lo que la misma gente quiera ofrecerles”.

Al preguntarle sobre las expectativas que el gremio pudiera tener para el futuro, aceptó que la realidad será otra, distinta y la vida será más dura que antes.

“El gremio, a nivel nacional, hasta los grandes payasos nacionales, de renombre, saben que esto viene duro; circos cerrados, no hay eventos y menos apoyos del gobierno que parece que nos tiene como olvidados es parte del panorama que ya estamos viviendo”, señaló.

“Esto que vivimos será un parteaguas mundial, donde vimos que la cultura no es prioridad y hay mucha gente incrédula ante esta enfermedad; nada volverá a ser lo mismo después de esta pandemia”, concluyó.

Texto: Óscar Ricardo Muñoz Cano / Foto: El Sur