15 abril,2023 10:47 am

Abordan en un espectáculo de danza el estrés innecesario al que obliga la vida moderna

La directora de la compañía Motores, Gabriela Hernández Cárdenas, indica que en su investigación utilizó la repetición como herramienta escénica, como un vehículo para llevar el cuerpo al límite y cuestionar si el agotamiento mental llega antes que el físico

Guadalajara, Jalisco, 15 de abril de 2023. La veloz dinámica de la vida contemporánea ha provocado un estrés innecesario en los seres humanos, pero es el propio cuerpo el que se puede convertir en una especie de refugio y salvación, describe la coreógrafa Gabriela Hernández Cárdenas, quien bajo esa idea realizó una investigación en torno al cansancio para producir el espectáculo Simul 21.

Hernández Cárdenas, directora de la compañía Motores, con sede en la Ciudad de México, relata que en ese proceso de indagación utilizó la repetición como herramienta escénica, como un vehículo para llevar el cuerpo al límite y cuestionar si el agotamiento mental llega antes que el físico.

El espectáculo está dividido en dos segmentos: A day (Un día), que es una videodanza, y Yes we can (Sí podemos), una coreografía. En ambas se explora la idea de la repetición, como un ejercicio de simulación, para reflexionar sobre el transcurso del tiempo, sobre los ciclos interminables, las rutinas que a veces llevan al aislamiento, a cuestionamientos también reiterativos.

Ambas coreografías hacen una evocación a la deshumanización al que se somete a los seres humanos frente a los distintos mecanismos de la llamada “sociedad del cansancio”, concepto acuñado por el filósofo Byung-Chul Han, quien advierte que el exceso de trabajo conduce sociedades repletas de individuos agotados, frustrados y deprimidos, describe la artista.

“Utilizamos la repetición como herramienta corporal y de investigación para la creación de ambas: en A day usamos la repetición para simular y hacernos perder la noción del tiempo, es un día que se repite incesantemente, un día que no tiene fin ni principio, todo se vuelve cíclico y se pierde el principio de la temporalidad.

“Eso nos traslada a una especie de sueño ya que esta pérdida de tiempo siempre nos hace sentirnos entre portales, entre viajes, y al mismo tiempo nos hace observar que el hecho de vivir en algo cíclico nos hace sentir encerrados, nos crea este propio aislamiento personal del cual no tenemos escapatoria y nuestros cuestionamientos parecen interminables”, describe Hernández Cárdenas.

Mientras que en Yes we can, la compañía hace una reflexión sobre la acelerada vida cotidiana, sobre la relación del éxito y el exceso de productividad, que han llevado al consumismo, a convertir a los humanos en clientes de mercancías que no necesitan.

“En esta coreografía también jugamos con la repetición para ensalzar el cuerpo físico, para exaltar la mente, la corporalidad es más compleja, intensa, porque queremos llevar al cuerpo físico a un agotamiento, lo cual hace que la mente eventualmente llegue también a ese cansancio.

“Los espectadores pueden observar a los bailarines al borde del cansancio, ya que es una pieza desgastante físicamente, pero también nos cuestionamos si más bien el cansancio mental llega antes que el físico por estar en esta repetición precisa, ambas creaciones llevan la repetición como motivo, pero la repetición no es algo sencillo, tiene una decodificación que hace que el ejercicio se vuelva más complejo”, describe la coreógrafa.

Este espectáculo se estrenó hace un par de años en la Ciudad de México y gracias al estímulo de Efiartes, ha emprendido una gira por distintas urbes del país, como Cuernavaca y Chihuahua.

Ahora toca el turno a Guadalajara, el sábado en el Foro 790 (Calle Prisciliano Sánchez), a las 19:00 horas; y el domingo, a la misma hora, pero en el escenario del Laboratorio de Artes Variedades (Ocampo 180).

Texto: Rebeca Pérez Vega / Agencia Reforma / Fotos: Agencia Reforma