14 agosto,2020 5:47 am

Activistas sociales que han partido

Bajo el ala del sombrero

Carlos García Jiménez

 

Hay hombres que luchan un día y son buenos (…) Pero hay quienes luchan toda la vida.

Esos son los imprescindibles.

Bertold Brecht.

 

Entre los mil 524 guerrerenses que han fallecido a causa del Covid-19, hay unos cuya pérdida se extiende más allá de sus parientes y vecinos que los conocieron. Son aquellos que desde una perspectiva histórica dejan un vacío en los movimientos de transformación social. Su muerte, a causa de un diminuto enemigo circunstancial, y no por la violencia e injusticia del sistema económico y político que combatían, se torna ridícula y desgraciada.

Son muertes inesperadas y sin fundamento como la que libró en 1905 el fundador del primer país socialista, V. I. Lenin, cuando por librarse de la persecución de la policía zarista, estuvo a punto de hundirse en un frágil témpano de hielo y perecer ahogado. “Que manera tan estúpida de morir”, exclamó airado luego que sus camaradas le salvaron la vida.

Arrastrados por la pandemia algunos activistas sociales partieron de esta vida en una circunstancia de la que pudieron haberse librado; no lo lograron como muchos otros que sí, pero dejaron su huella que es pertinente tener siempre presente. Rescatamos aquí los pasos y contribuciones de algunos de ellos.

Genaro Cruz Apóstol 

Maestro bilingüe, fallecido el pasado 31 de julio a la edad de 65 años, era un indígena amuzgo que abrió brecha en la lucha por la democracia en Xochistlahuaca; junto con otros líderes locales y foráneos despertó el instinto organizativo de sus paisanos, en tiempos del figueroísmo caciquil de los años 70 y principios de los 80. Es célebre su papel en la lucha por una escuela secundaria, que abrió los ojos a sus paisanos para que un año después se sublevaran contra una presidenta municipal autoritaria.

La demanda de una secundaria se logró pero la caída de la presidenta no (esta derrota derivó en persecución y destierro temporal de Genaro y de otros maestros bilingües). Tuvieron que pasar 20 años para que resurgiera aquel instinto de rebeldía y resistencia bajo la figura del Frente Cívico Indígena de Xochistlahuaca (FCIX) que primero logró la renuncia de Aceadeth Rocha –otra presidenta impuesta mediante fraude–, y luego la instauración del municipio autónomo Suljaa, paralelo al ayuntamiento oficial. Estas luchas cívicas, intercaladas con el agrarismo local –en las que siempre estuvo presente Genaro–, son el antecedente del actual gobierno morenista en ese municipio.

Para la historia, Genaro dejó Cronología Breve, Autoridades Agrarias Ndaatyuaa Suljaa, en donde consigna hechos ocurridos de 1926 a 1933 en relación al ejido de Xochistlahuaca.

Nicolás Carrillo Mercado

Oriundo de Villa Nicolás Bravo, municipio de Ajuchitlán, fue un líder social siempre dispuesto a organizar a los campesinos para mejorar la producción y comercialización de sus cosechas. Sin abandonar su tradición de campesino milpero y ganadero, también incursionó en iniciativas para mejorar los ingresos económicos de los campesinos de la Tierra Caliente. Desde los años 70, en distintos momentos sucesivos, lideró proyectos de recolección, producción, transformación y comercialización de barbasco (un tubérculo destinado a la industria farmacéutica), ajonjolí, melón y maíz.

En tiempos del gobernador Alejandro Cervantes Delgado (1981-1987), fue el principal organizador de la Unión de Ejidos Vicente Guerrero que agrupó a 10 núcleos agrarios circunvecinos a Villa Nicolás; se vinculó así a otras 10 uniones de ejidos de la entidad para gestionar y materializar el programa Crédito a la Palabra (para la adquisición de fertilizantes, semillas y equipos agrícolas), y los Bancos de maíz (para acopiar este grano en tiempos de cosecha y venderlo posteriormente a mejores precios).

Tras la política anti campesina del gobernador José Francisco Ruiz Massieu (1987-1992) que desmanteló los logros de la Coordinadora de Uniones de Ejidos, y corporativizó a la mayoría de las uniones de ejidos a la oficialista Confederación Nacional Campesina (CNC), Nicolás, junto a otros líderes agraristas regionales, resistieron estos embates impulsando la Alianza de Organizaciones Campesinas de Guerrero (Alcagro). Posteriormente, desde su región, fue activista de otras convergencias campesinas que han dejado huella en el agro guerrerense: Red Estatal de Productores de Maíz (1996), Frente Popular para el Desarrollo de Guerreo (2014) y el MCPASXXI-GRO (2018).

Debilitado por su edad y una enfermedad crónica que padecía, Nicolás Carrillo fue sorprendido por el Covid-19 el pasado 16 de julio, a una edad de 79 años.

René González Justo

Con una formación de ingeniero civil, René El Justo (como él mismo, bromeando, se autodenominaba) se distinguió más por su inquieta labor social y política a favor de las causas sociales. Fue presidente del comisariado ejidal de su ejido natal (Marquelia), diputado local, funcionario público en los tres ámbitos de gobierno, y mayormente activista social. Desde este último espacio promovió el municipalismo en varias regiones de la entidad; el cooperativismo para vivienda y proyectos productivos a través de la Fundación Progreso; la incidencia ciudadana en políticas públicas rurales a través del Frente Popular para el Desarrollo Sustentable de Guerrero, entre otras iniciativas.

Fue actor clave en la creación del municipio de Marquelia, y su primer presidente municipal (2002-2005). En su sueño de insertar al municipio en una ruta de desarrollo a largo plazo, dejó en formato de libro el Plan de gran visión para el municipio de Marquelia.

Siempre sonriente ante la vida, a sus 59 años, el corazón de René dejó de latir el pasado 22 de junio.

Estos camaradas que ya viajan en otra dimensión del universo, dejaron huellas, memorias y señales futuristas para los que seguimos a ras de tierra. Al respecto, es pertinente recordar el mensaje del también inmortal Nikolai Ostrovsky: “Lo más preciado que posee el hombre es la vida, se le otorga una sola vez y hay que saber vivirla de modo que al final de los días no se sienta pesar por los años pasados en vano, para que no exista una angustia por el tiempo perdido y para que al morir se pueda exclamar: toda mi vida y todas mis fuerzas han sido entregadas a la causa más noble en este mundo, a la lucha por la liberación de la humanidad”.

A pleno sol. Mientras en Guerrero los legisladores hacen leyes para perpetuarse en los cargos públicos, en Oaxaca –sus homólogos– están a favor de la salud y la vida, legislando para poner límites al uso de glifosato en la agricultura y la venta de alimentos chatarra en escuelas.

 

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